Violencia Espiritual: ¡Arrebatemos el reino!

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Mateo 11:12

Violencia es una palabra muy fuerte y lo que menos queremos hoy en día es más violencia. Estando en oración, el Señor me reveló en visión como mi lengua era una espada espiritual. Es decir, vi que de nuestra boca salía una espada. El reino espiritual no lo vemos. Sabemos que está en algún lugar, pero no nos imaginamos que tan cerca esta. Esto me recordó las palabras del apóstol Pablo.

12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:12-17

¿Te fijas? Este pasaje habla de una lucha, realmente tus problemas, tus dificultades, enfermedades y situaciones adversas, carencias, inclusive las situaciones de tu ciudad y país vienen de una lucha. Este pasaje es muy conocido y siempre se pone mucho énfasis en la armadura. Y eso está muy bien, pero si te fijas bien, la espada del Espíritu es un arma que se nos dio para atacar. La única arma que ataca. Muchos de nosotros solo nos defendemos y esperamos el golpe, y siempre estamos siendo aporreados en la lucha. Una lucha que se está dando en las regiones celestes. Es decir, en la atmosfera más cercana, la visible, la que vemos a simple vista. Un ejemplo de esto muy claro lo podemos ver en el libro de Daniel.

12 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. Daniel 10:12-13

Wow qué revelación, primeramente vemos que hay una oposición en las tinieblas para que el mensaje de Dios llegue a Daniel, la respuesta a su oración, para que la obra de Dios en la tierra avance. En este caso fue una oposición de 21 días. Es decir, el mensaje de Dios se retrasó 21 días, es decir, la respuesta a la oración de Daniel tuvo un bloqueo en los cielos (las regiones celestes).

Este pasaje nos da otra revelación, “a causa de tus palabras yo he venido”, “tus palabras fueron oídas”. ¿Te fijas lo poderosas que pueden ser tus palabras?. Son espadazos para el reino de las tinieblas. Daniel fue una persona como tú y como yo, aquí dice claramente que no fue hasta que él dispuso su corazón a entender y a humillarse en la presencia de Dios. Entonces fueron oídas sus palabras. Daniel entendió la importancia de sus palabras en oración, ayuno, alabanza, creyendo la palabra de Dios.  

Mi amigo, Jesús dijo que los violentos arrebatan el reino de los cielos, el reino de Dios ha sido fuertemente golpeado. Nosotros somos el reino de los cielos, pero necesitamos levantarnos en oración, ayuno y alabanza, y nuestras bocas y nuestras lenguas se convertirán en armas poderosas en contra del reino de las tinieblas. Entonces nuestras bocas y nuestras lenguas se convertirán en espadas filosas que podrán atacar para arrebatar lo que nos ha sido robado.

Fíjate como oraba Pablo:

“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; Efesios 3:10-12

Cada vez que tú y yo declaramos lo que Dios hizo, lo que está haciendo y hará en nuestras vidas, en la iglesia y en tu familia, podemos ver como es una lucha y nuestra boca y nuestra lengua se convierten en espadas filosas que penetran el reino espiritual. La iglesia necesita tomar las espadas y comenzar a atacar. Arrebatar el reino de los cielos. Declarando a “principados y potestades” quién es nuestro Rey y Señor. Mucha parte del reino de Dios ha sido secuestrado. Iglesia necesitamos recuperar el terreno perdido como iglesia, nuestras ciudades, nuestras familias. Como reino de Dios necesitamos usar más nuestras armas. Principalmente, la oración y la alabanza, que es cuando usamos nuestras bocas y nuestras lenguas, es cuando esas armas se convierten en instrumentos de guerra.

Y es cuando Dios envía a sus ángeles o arcángeles y pueden decir “a causa de tus palabras, yo he venido”, “tus palabras fueron oídas”, “desde que dispusiste tu corazón a entender y a  humillarte delante de la presencia de tu Dios, tus palabras fueron oídas”.

Hermanos y amigos, vivamos una vida cristiana violenta, no en lo físico, sino en lo espiritual. Dejemos la violencia física en todos sus matices, y hagamos violencia espiritual. Tomemos las armas de nuestra milicia, armas de guerra, armas poderosas en Dios, PERO MÁS PODEROSAS EN MANOS DE UN GUERRERO(A). Que puedes ser tú si te decides a declarar, proclamar y publicar su palabra, su justicia, su bondad, su gracia y salvación completa.

 

La oración tiene que ser una oración violenta, declarando la Palabra de Dios a los principados y potestades de las tinieblas.

La Alabanza y Adoración tiene que cambiar en nuestras iglesias para atacar el reino de las tinieblas, declarando salvación, sanidad, liberación, libertad, lo que Dios hará en su pueblo.

Los violentos espirituales, son llenos del Espíritu, es decir, son amorosos, amigables, benignos, gozosos, pacificadores, bondadosos, generosos, fieles, mansos y templados para con las personas. Pero violentos para con el reino de las tinieblas.

¡Honremos a nuestro Dios peleando la buena batalla!.

Bendiciones

Abdiel Salas


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