Los pecados prometen felicidad y nosotros creemos esa mentira.¿Cómo podemos cortar la raíz del pecado en nuestras vidas? El pecado debe ser penado por la justa sangre de Cristo y el poder del pecado debe ser roto por la promesa de Cristo.Las meditaciones de John Piper están enraizadas en la roca sólida de la reflexión bíblica. Al abrazar la promesa de Dios, se puede romper el poder de la ansiedad, el desánimo, la codicia, la lujuria, la amargura, la impaciencia, el orgullo, la vergüenza perdída y mucho más.Esta es una propuesta, la de revitalizar una cristiandad decadente, que solo implementa el hacer trampas a la gracia y a la fe.
Viviendo en La Gracia que viene de Dios
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