Viviendo en la ley

 

Distinguir el verdadero evangelio de lo tirano y cruel del
legalismo no es cosa fácil. El legalismo o religiosidad hace
hijos esclavos. Hay una ley que Pablo la llama de ley del pecado
y de la muerte. Esta ley está encerrada en la carne, es decir
Dios la confino a la carne. Esta ley dice:

 

“Porque de la justicia que es por la ley Moisés
escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas”.
Romanos 10:5

 

Es decir el evangelio legalista, aunque parezca espiritual, es un
evangelio mezclado. Pablo les explica a los Gálatas: “ustedes
comenzaron en el Espíritu, y ahora van a terminar en la carne”.
Es decir están retrocediendo al legalismo y a la religiosidad.
Todas las religiones del mundo están basadas en el hacer las
cosas para merecer. “Si te portas mal en esta vida ten cuidado
porque en la siguiente vida puedes ser una cucaracha”.

 

Qué pasaría si al papa o al Dali Lama lo ves en pantalón jeans o
playera sucia. ¿Eso les quita la santidad? ¿Qué le pasa a un
sacerdote si se viste diferente a la hora de la misa? Eso no debe
cambiar en nada ¿Pero porque no lo hacen? Ellos saben bien que
dan una imagen, tal vez falsa tal vez no. Porque me voy a estos
ejemplos, la realidad es que basamos nuestra espiritualidad en lo
que vemos mayormente en lo exterior y en apariencia. Pero Dios
dice claramente que él ve el corazón, pero como nosotros no lo
podemos ver, simplemente hablamos de lo que vemos. En eso basamos
nuestra religión.

 

“Porque de la justicia que es por la ley Moisés
escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas”.
Romanos 10:5

 

La gente religiosa basa su vida en lo que ve que la gente hace y
eso determina si es hijo de Dios o no. Por eso Jesus es y será un
montón de contradicciones. La gente lo veía en la cruz y le
gritaba:

 

 

“Sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz”. Marcos
15:30

La gente más religiosa de la época no lo pudo identificar, ahí
estaba el salvador del mundo dando su vida por ellos muriendo en
la cruz. Pero para ellos en ese momento era un perdedor, un
mentiroso, un impostor, un débil, un bandido más.

 

Hoy en día tenemos legalistas en medio de nosotros, poniendo
cargas pesadas en la vida de los creyentes. Tenemos religiosos
poniendo reglas y condiciones para llegar al cielo. Tenemos hasta
jueces dictando quien va y quien no va al cielo. Porque su
evangelio está basado en el hacer, no está basado en la fe. Su
evangelio es un evangelio diferente como lo llama Pablo, Pablo
los llama los que tropiezan con la cruz.

 

“Y  yo, hermanos, si aún predico la
circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso
se ha quitado el tropiezo de la cruz. !!Ojalá se mutilasen los
que os perturban! Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis
llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la
carne, sino servíos por amor los unos a los otros”. Gálatas
5:11-13

 

El evangelio está basado en creer y solo mirar aquel que murió en
la cruz por nosotros. Es un evangelio puro y santo. No es un
evangelio basado en las obras, las obras son el fruto del amor de
Dios. Entonces la cruz de Cristo sirve de tropiezo para aquellos
que toda su vida han creído que el portarse bien los llevara al
cielo. Entonces su evangelio está basado en sus meritos pero no
se dan cuenta. Vivir en la ley es quitar los ojos de la cruz
donde Cristo fue crucificado y querer avanzar y vivir de acuerdo
a reglas y leyes. A  los legalistas se les hace tan fácil
que no lo pueden creer. Algo debe estar equivocado (ellos creen).
Pablo es duro y dice:

 

 

 !!Ojalá se mutilasen los que os
perturban!

 

 

Un evangelio legalista está basado en meritos. Un evangelio
legalista tropieza con la cruz, un evangelio legalista quita la
vista de Jesus. ¡No podemos poner cargas en las personas para
creer que viven en un evangelio de Dios!. Dios es el que
justifica, el que hace la obra, el que determina si alguien es
salvo o no. Dios es el que santifica y no la religión. Un
religioso o legalista (que vive en la ley) siempre mira para
verse a sí mismo y sus obras y el mismo determina si su camino es
recto. Pero un hijo libre de Dios siempre está mirando a la cruz
de Cristo. Siempre depende de las obras de Cristo y se da cuenta
que cada día necesita más de Cristo. En la cruz se gano nuestra
victoria, ahí se gano nuestra paz, ahí se gano nuestra salud, ahí
se gano nuestra bendición.

 

Un legalista todavía cree que puede ganarse la bendición y
todavía cree que la salvación se pierde o se gana por obras.

Seguiré escribiendo sobre estos temas.

Bendiciones y escríbeme si estas siendo bendecido por este
ministerio.

Abdiel Salas

[email protected]

 

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