¿Cual es el problema con los frutos de buenas obras?

Encuentro peligroso en un cristiano aquella actitud que llevada por un celo que no es conforme a la Palabra de Dios, excluya en lo absoluto la necesidad de las evidencias de la fe por la misma salud de la Iglesia de Cristo y del alma de aquel que dice y no hace (1) . Es tan peligroso para la Iglesia no ser diligentes en observar los frutos de aquellos que dicen tener fe, como lo es para la seguridad de una Nación el dejar pasar cualquier equipaje que diga ser inofensivo por una aduana (2). No estoy diciendo que seamos desproporcionados y vivamos buscando fruto en toda persona, sino que seamos apercibidos y estemos alertas para poder detectar cualquier indicio de falta de piedad por el bién de esa alma, y el de la iglesia local. (1) Romanos 10:2; (2) Mateo 7: 16 – 20.

Uno de los defensores de esta tesis, sin ninguna razón Biblica, preguntaba a un hermano en una Red Social, ¿Cuanto fruto se debe tener para saber si es o no es de Dios? Y esto en un espiritu de contienda. Bueno, no se trata de cuanto fruto, se trata de que de frutos dignos de arrepentimiento, es todo (3). Además enseña la Palabra de Dios que una fe sin obras está muerta, como ya expliqué en entradas anteriores (4). La verdad es que la gracia salvífica de Dios, quién concede por su misericordia no solo esta dádiva, sino que además concede la fe, también nos capacita verdaderamente para andar conforme a la fe, y ese andar implica hacer (5). (3) Mateo 3:8, (4) Santiago 2:17; (5) Efesios 2: 8 – 10, Filipenses 1:29.

El hermano Wilianson en su comentario de la Buenas Obras de la Confesión de Fe de Westminster afirma muy acertadamente que las obras que son nacidas de la gracia verdadera, son también una gracia que Dios produce en los suyos, y no solo eso eso, sino que por esas obras obtenemos una recompensa, «Otra gracia» ¿No es esto maravilloso? Tanto el deseo como la acción provienen de Dios, pero a su vez esto no excluye nuestra responsabilidad, con todo Dios nos recompensa (6). Debo decír que no entiendo como la Soberanía de Dios y la responsabilidad (Que también es decretada por Dios) humana actúan juntas, pero acepto que esta enseñanza está expuesta en la Biblia, tanto como el Dogma de la Trinidad, y la Eternidad de Dios. (6) 1ra Corintios 9:24.

No debemos temer hablar de las buenas obras. Es nuestro deber obrar conforme a la fe que profesamos, sino, somos mentirosos, y si bién es cierto las obras no son garantía de la salvación en algunos casos, verdaderamente Dios muestra que el amor sin fingimiento es aquel que hace, y que la fe que no obra es una fe vana (7). Lejos de ser algo contraproducente, debo ratificar la bendición de esta doctrina que nos puede llevar al borde de la angustia, una sana angustia si es que somos de Dios. ¿Por qué? Porque esa angustia solo vendrá si examianando nuestras vidas, podemos ver que esta no se conforma a la Ley de Dios, y si esto es así, algo no anda bién y debemos buscar el Unico Refugio para el descanso de nuestra alma «Jesucristo». (7) Santiago 2:17

El amor se muestra en obras, no podemos decír amar a nuestras esposas, si no hacemos un esfuerzo conciente y voluntario de darles aquello que las hace felices, de protegerlas, de suplir sus necesidades materiales, emocionales, físicas (8). No puedo decír que amo a mi esposa si no trabajo para proveer lo que ella necesita, y si no comparto con ella las cargas del hogar, entre otras cosas. El amor no son solo palabras de amor, sino hechos. Los hechos hablan mucho más abundantemente de lo que somos, que aquello que decimos ser. Así también la fe sin obras es infructuosa. No niego que algunos pueden imitar las buenas obras sin ser regenerados, pero a su tiempo su pié resbalará, pero los suyos (de Dios) deben perseverar hasta el fin obrando conforme a la piedad (9). (8) Efesios 5:25, 1ra Juan 2:7 – 11, 3: 1 – 11, 14; (9) Filpenses 1:6.

Me preocupa que esta nueva corriente de pensamiento hipercalvinista pueda contaminar la bella Teología Clásica Reformada y por esa razón escribo estas lineas deseando que los que son de Dios puedan meditar en ellas y glorificar a Dios por causa de Su Infinita bondad. ¡Cuanta necesidad tenemos de cristianos que sepan ver con ojos espirituales y diligentes a la Palabra de Dios! No me diga usted que no es importante ver los frutos en buenas obras de aquellos que son creyentes por favor, porque es precisamente la religión falsa aquella que abunda en palabras pero cuyos hechos impúdicos y groseros ensucia a los ojos de muchos la bendita imagen del Nombre de Dios con blasfemias.

¿Cual es el problema con las buenas obras? Ojalá que no sea una artimaña para justificar una vida seca y muerta cuya de cuya boca brote agua salada y ojalá que quienes ponen tropiezo con estas enseñanzas contrarias a la Biblia no estén caminando sobre brazas y llevando a alguno pequeñitos al error. Ratificamos nuestra fe, hemos sido salvos por gracia, por medio de la fe, para buenas obras.

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…» Colosenses 1.-

© Por Fares Palacios. Bautista Reformado. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.


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