¿Grito de Guerra o Rituales Religiosos?

‎Gálatas
5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por
el Espíritu.

 

Increible, «El Grito de Guerra» es como un ritual donde a través del grito ellos pelean contra la miseria, los resentimientos, amargura, bla,blabla. También van a recibir un baño de agua pura para ser libre del sufrimiento ¿Pero es que no es suficiente el Espíritu Santo de Dios, y Su Palabra viva que transforma.

 

¿A quienes ellos le gritan, a Satanás? Pobrecillos ciegos sin conocimiento de Dios, no saben que para vencer al enemigo no tenemos que gritar. Dios nos ha dado la armadura para poder resistir en el dia malo: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:13-17).

Todo aquel que tiene que gritar para ser libre de la amargura, realmente no es hijo de Dios, porque una vez que somos salvados y pertenecemos a Dios, el Espíritu hace su morada en nuestros corazones para siempre, sellándonos con la confirmación, certificación y seguridad de la promesa de nuestro estado eterno como Sus hijos. Jesús dijo que Él nos enviaría al Espíritu para que fuera nuestro Ayudador, Consolador y Guía. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14:16).

No tenemos que gritar para tener paz, y ser libre de amarguras, porque el Espíritu también funciona como productor del fruto en nuestras vidas. Cuando Él habita en nosotros, Él comienza a trabajar para cosechar Su fruto en nuestras vidas – amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23).  Estas no son las obras de nuestra carne, la cual es incapaz de producir tal fruto, sino que es el producto de la presencia del Espíritu en nuestras vidas.



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