Éxodo 20:12 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Éxodo 20:12 | Comentario Bíblico Online

Las leyes de la segunda tabla, como se las llama comúnmente, los seis últimos de los Diez Mandamientos, y que comprenden los deberes para con nosotros mismos y para con nuestros prójimos, constituyen así un comentario del segundo gran mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

I. El quinto mandamiento concierne a las obligaciones que tenemos respecto a nuestros familiares, de las cuales sólo se especifican las de los hijos para con sus padres: Honra a tu padre y a tu madre (v. Éxo 20:12). Esto incluye: 1. Respeto a sus personas, apreciándoles interiormente con una estima que se exprese exteriormente en todo tiempo en nuestra conducta. 2. Obediencia a sus mandatos legítimos; así se expone en Efe 6:1-3: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, desde un principio de amor. Aunque llegues a decir: No quiero, arrepiéntete después y obedece (Mat 21:29). 3. Sumisión a sus reproches, instrucciones y correcciones; no sólo a los buenos y amables, sino también a los difíciles e impertinentes, por conciencia y en el Señor. Esforzándose en todo por servir de alivio y consuelo a sus padres, haciéndoles llevadera la vejez y manteniéndoles si se encuentran en necesidad, como recalcó especialmente nuestro Salvador al referirse a este mandamiento (Mat 15:4-6). La razón aneja a este mandamiento es una promesa: Para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Al comienzo de la segunda tabla, menciona el introducirlos en Canaán. Se promete especialmente a los hijos obedientes una larga vida en esa excelente tierra.

II. El sexto mandamiento concierne a nuestra propia vida y a la del prójimo: No cometerás homicidio (v. Éxo 20:13). Es decir, no harás nada injurioso y perjudicial a la salud, libertad y vida, de manera injusta, a tu propio cuerpo o al de cualquier otra persona. No prohíbe matar en una guerra justa, ni en propia defensa, ni en el cumplimiento de una justa sentencia judicial o de Dios mismo, sino todo daño originado por la malicia o el odio a otra persona (pues todo aquel que aborrece a su hermano es homicida 1Jn 3:15), y toda venganza personal que surja de ahí; también toda furia inconsiderada ante una provocación súbita y todo daño hecho de palabra o de obra, de deseo o de hecho, bajo la pasión, como explica nuestro Salvador refiriéndose a este mandamiento (Mat 5:22). Es muy de notar la gran diferencia entre los verbos hebreos qatal = matar simplemente, con su equivalente fonético castellano cortar, que supone la justa supresión de una vida socialmente nociva, y rasaj = cometer homicidio, que es el verbo aquí empleado y conecta fonéticamente con rasgar, que comporta la idea de injusticia, violencia y crueldad.

III. El séptimo mandamiento concierne a la castidad propia y de nuestro prójimo: No cometerás adulterio (v. Éxo 20:14). En Mar 10:19, son muchos los MSS que ponen en boca del Señor este mandamiento delante del de no cometer homicidio, como si hubiese querido dar a entender que la castidad debería ser más estimada que la vida, pues deberíamos temer el contaminar nuestro entero ser con la impureza tanto o más que la destrucción del cuerpo.

IV. El octavo mandamiento concierne a los bienes nuestros y de nuestro prójimo: No hurtarás (v. Éxo 20:15). Este mandamiento prohíbe el robarnos a nosotros mismos nuestro patrimonio mediante un derroche culpable, ya sea gastándolo indebidamente o enajenándolo inconsideradamente, así como el robar a otros de muchas maneras: retirando, a nuestro favor, los antiguos linderos, invadiendo los derechos ajenos, apropiándonos los bienes del prójimo, de su persona, de su casa o campo, por la fuerza o solapadamente, excediéndonos en el precio, disminuyendo en el peso o en la calidad de los artículos, no devolviendo lo prestado o encontrado, no pagando a tiempo justas deudas, rentas o jornales y lo que es peor, robar al público en dinero o beneficios, o en lo que está dedicado al servicio de la religión.

V. El noveno mandamiento concierne a nuestro buen nombre y al de nuestro prójimo: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio (v. Éxo 20:16). Esto prohíbe: 1. Hablar falsamente en cualquier materia, mentir y planear de cualquier forma el engañar al prójimo. 2. Hablar injustamente de nuestro prójimo, con perjuicio de su reputación. 3. Dar falso testimonio contra él, culpándole de cosas que ignora, difamándole, calumniándole, contando chismes de él, exagerando lo mal hecho y poniéndolo peor de lo que está, y cualquier modo de esforzarse en aumentar la propia reputación a costa de la del prójimo.

VI. El décimo mandamiento ataca a la raíz: No codiciarás (v. Éxo 20:17). Los mandamientos anteriores prohibían implícitamente todo deseo de hacer lo que podría ser perjudicial para nuestro prójimo; éste prohíbe todo deseo desordenado de poseer lo que no es nuestro para nuestra propia satisfacción. El apóstol Pablo cuando la gracia de Dios hizo que cayesen las escamas de sus ojos, se dio cuenta de que esta ley, No codiciarás, prohibía todos esos deseos y apetitos irregulares que son los comienzos de todo pecado que es cometido por nosotros.

Éxodo 20:12 explicación
Éxodo 20:12 reflexión para meditar
Éxodo 20:12 resumen corto para entender
Éxodo 20:12 explicación teológica para estudiar
Éxodo 20:12 resumen para niños
Éxodo 20:12 interpretación bíblica del texto