Ezequiel 16:35 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Después de la enumeración de todas las abominaciones de que ha sido culpable esta notoria adúltera, le leen la sentencia, la cual es pronunciada con toda solemnidad (v. Eze 16:35): «Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová». Dice Lofthouse, citado por Fisch: «Todo el ludibrio de la sección anterior se resume en este insultante apelativo». ¡La ciudad fiel, convertida en ramera! (Isa 1:21).

1. Se declara el crimen y se hace el sumario con el pliego de cargos (vv. Eze 16:36, Eze 16:43). (A) La violación de los dos primeros mandamientos de la primera tabla del Decálogo, por medio de la idolatría: sus prostituciones con sus amantes, es decir, con todos los ídolos de sus abominaciones. (B) La violación de los dos primeros mandamientos de la segunda tabla, mediante el asesinato de sus niños inocentes (v. Eze 16:36, al final): «y por la sangre de tus hijos, los cuales les diste». (C) Su vil ingratitud es otra circunstancia agravante de sus pecados (v. Eze 16:43): «Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto … y nunca se te ha ocurrido arrepentirte de tus abominaciones».

2. Se lee la sentencia en general (v. Eze 16:38): «Yo te aplicaré la sentencia de las adúlteras y de las que derraman sangre», y estos dos crímenes eran castigados con pena de muerte. Esta mujer criminal tiene que ser expuesta a la pública vergüenza (v. Eze 16:37): Dios va a descubrir a todos los anteriores amantes de Israel la desnudez de esta ramera, esto es, según Feinberg, «todo este juicio (o castigo) había de llevarse a cabo en presencia de las naciones vecinas; ella (Israel) iba a ser espectáculo y escarmiento para todas las naciones». Fisch lo explica de esta otra manera: «Ellos (los amantes) serán usados por Dios para infligir una humillación nacional a Su pueblo pecador». Las calamidades de Jerusalén servirán de pesar a sus amigos, y de gozo a sus enemigos. Aquellos a quienes la nación israelita permitió que la despojasen de su virtud, la verán ahora despojada de su honra (v. Eze 16:39).

3. Se detallan otros pormenores del castigo que va a ser aplicado a esta ramera:

(A) «Te apedrearán (como se debe hacer con las adúlteras Lev 20:10 ) y te destrozarán con sus espadas (según el significado más probable del verbo hebreo bittek, que no sale en ningún otro lugar de la Biblia)» (v. Eze 16:40). Cuando los muros de Jerusalén fueron derribados con grandes piedras catapultadas contra ellos, y los habitantes de la ciudad fueron pasados a cuchillo, se ejecutó literalmente esta sentencia.

(B) «Destruirán tus lugares altos (v. Eze 16:39) y derribarán tus altares y … se llevarán tus hermosas alhajas. Quemarán (v. Eze 16:41) tus casas a fuego, como se destruyen las habitaciones de las malas mujeres.» Había la queja, en los mejores reinados de los reyes de Judá, de que no habían sido quitados los lugares altos; pero ahora el ejército caldeo los destruirá todos. La cautividad en Babilonia hizo que el pueblo de Israel dejase de ser ramera, y que cesara de prodigar sus regalos de ramera (v. Eze 16:41), pues allí quedó curada de raíz su idolatría. Esta observación de M. Henry es cierta históricamente, pero no es eso lo que se desprende del texto del versículo Eze 16:41, al tener además en cuanta que dicha explicación rompería el hilo de la porción, como lo muestra el contexto posterior. Lo que dicho versículo Eze 16:41 quiere decir es que «con la destrucción del Estado, las maniobras políticas con otras naciones, en las que se había enredado (Israel), llegarían a su fin»; y «ya no volvería Judea a estar en disposición de sobornar a sus vecinos para obtener su amistad» (Fisch). O, como dice el refrán español, «muerto el perro, se acabó la rabia».

4. Con la destrucción de Judá y Jerusalén a manos de los caldeos, en justo castigo de los pecados y de las graves abominaciones de Israel, la ira de Dios (v. Eze 16:42) se habrá desahogado, cesará el celo de Dios, pues no habrá motivo para darle celos, como no puede dar celos una esposa ya difunta, y el enojo de Dios será sustituido por la calma del descanso.

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