Génesis 3:11 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Génesis 3:11 | Comentario Bíblico Online

Los ofensores quedan convictos de culpa por su propia confesión, y, con todo, se esfuerzan por presentar excusas y atenuantes de su falta.

I. Cómo les fue extraída esta confesión. Dios habló así al hombre: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? (v. Gén 3:11). «¿Cómo llegaste tú a sentir tu desnudez como una vergüenza?» ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Aunque Dios conoce todos nuestros pecados quiere oírlos de nuestros labios y requiere de nosotros una sincera confesión de ellos; no para quedar Él informado, sino para quedar nosotros humillados. La pregunta dirigida a la mujer fue la siguiente: ¿Qué es lo que has hecho? (v. Gén 3:13). Nótese que es incumbencia de quienes han comido del fruto prohibido, y especialmente de quienes han seducido a otros para comer de él igualmente considerar seriamente lo que han hecho. Al comer del fruto prohibido, hemos ofendido a Dios grande y amoroso. Al seducir a otros para que coman de él hacemos labor diabólica, nos hacemos culpables de los pecados ajenos y cómplices de su ruina.

II. Cómo trataron de atenuar su culpabilidad al confesar su pecado. No tenía finalidad alguna el descargarse de culpabilidad. En vez de confesar la gravedad de su pecado y avergonzarse de él, se excusan y les echan a otros la culpa y el descrédito. 1. Adán le echa toda la culpa a su mujer. Aprendamos de aquí a no ser atraídos al pecado por aquello que no nos ha de extraer del juicio; jamás, pues, obremos contra nuestra conciencia, ni desagrademos a Dios para agradar al mejor amigo que tengamos en el mundo. Pero esto no es lo peor del asunto. Adán no sólo le echa la culpa a su mujer, sino que se expresa de modo que tácitamente se la echa a Dios mismo. Insinúa que Dios ha sido cómplice del pecado pues le dio una mujer que le ha dado a él del fruto. Hay una extraña propensión en quienes son tentados, a decir que son tentados por Dios, como si nuestro abuso de los dones de Dios fuese una excusa de nuestras violaciones de la ley de Dios. 2. Eva, a su vez, echa toda la culpa a la serpiente: La serpiente me engañó. El pecado es como un rapaz a quien nadie se atreve a adoptar, señal de que es algo ignominioso. Aprendamos de aquí: (A) Que las tentaciones de Satanás son todas puro engaño, todos sus argumentos son falacias y todas sus seducciones, imposturas. El pecado nos engaña y, al engañarnos, nos estafa. Es por el engaño del pecado por lo que se endurece el corazón (v. Rom 7:11; Heb 3:13). (B) La astucia de Satanás no nos justificará de nuestro pecado, aunque el tentador es él, nosotros somos los pecadores; y, en realidad, es nuestra propia concupiscencia la que nos atrae y seduce (Stg 1:14).

Génesis 3:11 explicación
Génesis 3:11 reflexión para meditar
Génesis 3:11 resumen corto para entender
Génesis 3:11 explicación teológica para estudiar
Génesis 3:11 resumen para niños
Génesis 3:11 interpretación bíblica del texto