Hebreos 13:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Hebreos 13:1 | Comentario Bíblico Online

Este capítulo contiene una serie de exhortaciones, al parecer muy diversas, que los autores tratan de englobar de varias maneras. En ello se echa de ver el carácter, ya mencionado, de apéndice que el presente capítulo tiene.

1. Comienza el autor sagrado (v. Heb 13:1) por una exhortación de carácter general: «Continuad amándoos mutuamente como hermanos» (NVI). El verbo está en presente de imperativo, por lo que la NVI ha hecho muy bien en traducirlo de forma continuativa. El amor fraternal (lit.) forma en griego una sola palabra: philadelphía, vocablo que sale, además de aquí, en Rom 12:10; 1Ts 4:9; 1Pe 1:22 y dos veces en 2Pe 1:7. El autor sagrado nos ha dado a conocer que este amor existía ya antes entre ellos (v. Heb 6:10; Heb 10:34), pero ahora peligraba a causa precisamente de su inmadurez y de las fluctuaciones de su conducta cristiana. Por eso, les exhorta a que continúen en ese amor.

2. Una virtud que fluye espontáneamente del amor fraternal, y de la que suelen hacer gala los orientales, es la hospitalidad: «No os olvidéis (v. Heb 13:2) de prestar hospitalidad a los forasteros, porque algunos, al hacerlo así, tuvieron por huéspedes a ángeles, sin percatarse de ello» (NVI). Lo más probable es que el autor sagrado se refiera aquí al episodio de Gén 18:1-8, pero también Gén 19:1. nos presenta otro ejemplo en el caso de Lot. De esta virtud de la hospitalidad dice Trenchard: «Quizá los hebreos estaban en peligro de descuidarla a causa de la dificultad de sus circunstancias. ¡No lo olvidemos nosotros por la razón inversa: el exceso de comodidades en nuestra civilización occidental!»

3. Viene después otra virtud que el Señor Jesús tiene en mucho, como vemos por Mat 25:36 (comp. con Rom 12:15; 1Co 12:26; Col 4:18 y, en esta misma epístola, Heb 10:34). No siempre resulta grato este deber, pues hay quienes pueden interpretarlo en un contexto politicosocial, pero el creyente verdadero ha de atender a lo que manda Dios antes que al qué dirán de los hombres. También esto lo habían cumplido anteriormente los destinatarios de la carta (Heb 10:33, Heb 10:34), donde vemos que no sólo habían compartido la situación de los afligidos.

4. En cuarto lugar, tenemos la pureza sexual: «El matrimonio (v. Heb 13:4) debe ser tenido en gran honor por todos, y el lecho conyugal debe conservarse sin mancilla, porque Dios juzgará a los impúdicos (gr. pórnous; lit. fornicarios) y a los adúlteros (gr. moikhoús)» (NVI). En este versículo hay que hacer algunas observaciones:

(A) La primera frase carece de verbo en el original, por lo que puede traducirse en indicativo («el matrimonio es digno de honor en todos»; lo cual puede entenderse, a su vez, de dos maneras: «en todos los hombres», o «en todos los aspectos») o en imperativo: «el matrimonio sea tenido en gran honor por todos». Aun en este segundo caso, podría aludir «a los que lo desacreditaban o impugnaban, prohibiendo casarse (1Ti 4:10)» (Bartina). Sin embargo, toda la primera parte del versículo suena mejor en sentido de exhortación, puesto que el versículo está inserto dentro de una serie de exhortaciones; léase, pues, como se halla traducido en la NVI (o en la RV. 1960 y 1977). Dice J. Brown, con toda honradez: «Me temo que, en el modo en que las palabras suelen traducirse, tengamos un ejemplo de la indebida influencia que puede ejercer el deseo de obtener un argumento contra la doctrina de un enemigo. Que el pasaje, considerado como una afirmación, contiene una más fuerte y más directa condenación de la detestable doctrina de la Iglesia Católica Romana con respecto al celibato de los clérigos, más bien que cuando es traducido como un precepto, parece haber sido la verdadera razón por la que el primer modo de verterlo ha sido preferido por nuestro traductor y por muchos otros traductores protestantes».

(B) El sentido exhortativo cuadra mejor también con la segunda parte del versículo, en que el autor sagrado asegura que a los violadores de la santidad del matrimonio los juzgará Dios. Dice S. Bartina: «Este nombre se pone enfáticamente al final, como si señalase un juicio soberano y último definitivo y terminante, al que nadie podrá substraerse, por oculto que esté su pecado ante los hombres. Es el juez de todos (Heb 12:23) y fuego devorador (Heb 12:29)».

5. En quinto lugar (vv. Heb 13:5, Heb 13:6), el autor sagrado amonesta contra la avaricia: «Conservad vuestras vidas libres de la afición al dinero (gr. aphilárguros, sin afición al dinero; vocablo que sale únicamente aquí y en 1Ti 3:3, al final, entre las cualidades del anciano de iglesia) y estad satisfechos con lo que tenéis (gr. tois paroúsin, con lo presente), porque ha dicho (en pretérito perfecto) Dios (lit. Él): Jamás te dejaré; nunca te desampararé. Así que podemos decir con toda confianza (lit. hasta el punto de atrevernos a decir): El Señor es mi valedor; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme ningún hombre?» (NVI). Notemos lo siguiente:

(A) El autor sagrado ha mencionado anteriormente (Heb 10:34) la pérdida de los bienes que los destinatarios habían sufrido. Esto mismo le servía de fondo para hacerles ver lo inestable de las posesiones terrenales, por lo que la mejor norma para conservar la paz interior y huir de toda ansiedad en cuanto a la situación económica era (y es) despreocuparse de la solicitud por el porvenir y contentarse con lo presente. Esto mismo era lo que Pablo había advertido a Timoteo (1Ti 6:7-10) y el Señor Jesús a sus discípulos (Mat 6:25.).

(B) Para instarles a la confianza en la providencia de nuestro Padre Celestial, les anima con un par de citas del Antiguo Testamento. La primera es Deu 31:6 (comp. con Jos 1:5), donde Moisés dice a los israelitas: «Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará». Este último verbo es, en el original de Heb 13:5, el mismo de Mat 27:46; Mar 15:34. Según el autor de Hebreos, Dios mismo es quien dice esas palabras, un ejemplo más de la inspiración divina de toda la Escritura. El objeto es el mismo de Deu 31:6; Jos 1:5: Que nos animemos a no desfallecer, sabiendo quién es el que nos protege en todo momento. La segunda cita está tomada del Sal 118:6; en ella expresa el salmista su absoluta confianza en Dios, como el auxiliador omnipotente y fiel que siempre acude a ayudarnos en los momentos de peligro y nunca nos decepciona.

Hebreos 13:1 explicación
Hebreos 13:1 reflexión para meditar
Hebreos 13:1 resumen corto para entender
Hebreos 13:1 explicación teológica para estudiar
Hebreos 13:1 resumen para niños
Hebreos 13:1 interpretación bíblica del texto