Si la Biblia dice que hay una fiesta en el cielo cuando sólo un pecador se arrepiente y da su vida a Cristo, ¿qué decimos cuando el número excede los 7,000? Ese fue el sorprendente número de personas que, escuchando el Evangelio de Jesucristo, decidieron hacerse cristianos.
Estos números son el fruto del Festival de la Esperanza, una cruzada evangelística promovida por la Asociación Evangelística Billy Graham (AEBG), que se llevó a cabo del 18 al 20 de abril en Cúcuta, Colombia.
Un total de 7.550 personas se rindieron al Señor. Sin embargo, casi 100.000 personas escucharon el Evangelio durante los días del evento, entre los presentes en el Estadio General Santander y los oyentes y televidentes online, distribuidos en 34 países.
“Vemos problemas económicos en el mundo, vemos problemas políticos, vemos guerras, vemos hambre, y nos preguntamos si hay un Dios y si se preocupa por nosotros”, dijo Graham a la multitud el sábado en Aleluya.
“Jesucristo es la respuesta”, dijo. Franklin Graham sigue el ejemplo de su padre, el legendario evangelista Billy Graham, que murió a la edad de 94 años a principios del año pasado.
Con un estadio lleno de gente de varios países, incluyendo muchos refugiados venezolanos del régimen socialista dictatorial de Nicolás Maduro, la cruzada fue una gran oportunidad para que muchos supieran que en Cristo está el verdadero significado de la vida.
Franklin Graham fue inflexible en cuanto a que Cristo “ya no está colgado en la cruz”. Él está vivo. Está aquí esta noche en este estadio. Y si estás dispuesto a invocar su nombre y confiar en él, Dios te perdonará por tus pecados. Puedes tener paz esta noche con Jesucristo.
Al evento asistieron 450 iglesias que unieron sus fuerzas para decir con una sola voz que Jesucristo es la única esperanza. “Es incluso mejor de lo que esperaba”, dijo Edgar Miller, pastor de una congregación en Cúcuta.
Miller celebró el éxito de la cruzada evangelística y dijo que ahora la meta es proveer para que los miles de convertidos sean dirigidos a las iglesias para ser discipulados.
“El siguiente paso incluye que las iglesias locales se pongan en contacto con nuevos cristianos y los involucren en una congregación”, dijo, según informó la AEBG.