El Príncipe Mohammed Bin Salman, heredero del trono de Arabia Saudita, una vez más llamó la atención del mundo al conceder a los cristianos permiso para celebrar cultos públicos en el país. Anteriormente, esto sólo se podía hacer con el permiso previo de las autoridades. Con esta medida, se cree que la propuesta de “reformar el islamismo” puede estar ganando fuerza en la región que es la cuna del Islam.
Esta no es la única medida adoptada por el Príncipe Salman para flexibilizar la cultura religiosa y la diversidad en el país. En septiembre del año pasado, concedió a las mujeres el derecho a conducir. Se abrieron cines y las mujeres también pudieron participar en una celebración nacional junto con los hombres en un estadio de fútbol, según la G1.
En octubre, prometió a una Arabia “moderada”, practicante de un Islam “tolerante y abierto”, dar a los miles de cristianos que viven en Arabia Saudita, el país donde nació el Islam, la esperanza de poder vivir la fe en Jesucristo de una manera más libre.
A pesar de estar cerca de potencias occidentales como Estados Unidos, Arabia Saudí ocupa el puesto 12 en la lista de países que más persiguen a los cristianos en el mundo, publicada anualmente por Open Doors. La decisión a favor de los cristianos, sin embargo, ahora da lugar a más demandas internacionales para que se respete la promulgación de la ley.
Diplomáticamente, el Príncipe Mohammed Bin Salman también parece más dispuesto a dialogar con Israel. Cuando se le preguntó, por ejemplo, si reconocería el estado judío, intentó presentar una visión conciliadora, algo inusual para un líder de un país islámico:
“Creo que los palestinos y los israelíes tienen derecho a tener su propia tierra. Pero tenemos que tener un acuerdo de paz para asegurar la estabilidad para todos y tener relaciones normales”, dijo, quien también es un Ministro de Defensa de 32 años y asesor especial del rey. Con información: Puertas abiertas.