Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 102:1 | Comentario Bíblico Online
El título del salmo es «Oración del que sufre». Es, pues, una oración puesta en las manos de los afligidos. Pónganla éstos no en sus manos, sino en su corazón y preséntenla a Dios. Cuando nos hallamos decaídos, debemos orar «derramando nuestro lamento delante de Jehová», lo cual insinúa el permiso que Dios nos otorga para ir a Él con toda libertad para exponerle nuestras cuitas. Es un pensamiento que debe tranquilizar nuestra alma.
1. El salmista ruega humildemente a Dios que tome nota de su aflicción y de la súplica que le dirige en su aflicción (vv. Sal 102:1, Sal 102:2): «Llegue a ti mi clamor y, con él, mi alma». Si oramos con fe, con fe podemos decir a Dios: «Señor, escucha mi oración; escúchala y contéstala; otórgame el alivio que necesito y busco en el día de mi angustia».
2. Se lamenta del estado al que ha sido reducido por su aflicción. Nótense los símiles que emplea para presentar de manera vívida su condición: (A) Sus días se consumen en el humo (v. Sal 102:3. Lit.), como un enfermo consumido por la fiebre. (B) Así que sus huesos (su cuerpo) están quemados cual tizón (v. Sal 102:3). (C) Su corazón está marchito como el heno (v. Sal 102:4), que se ha secado y encogido con el calor del sol. Aquí, el corazón representa la fuente del vigor físico. (D) Estas angustias le han quitado el apetito (v. Sal 102:4): «Y me olvido de comer mi pan». (E) Al estar mal nutrido, se ha quedado en la piel y los huesos (v. Sal 102:5, comp. con Job 19:20). (F) Como todos los afectados de melancolía, buscaba la soledad como el pelícano (v. Sal 102:6), ave solitaria, sombría y austera. (G) Se ve a sí mismo como búho entre ruinas (v. Sal 102:6). Dice Cohen: «Los árabes llaman al búho madre de las ruinas , porque hace su casa en lugares desolados y edificios abandonados». (H) Se desvela y gime como gorrión solitario (v. Sal 102:7), que ha perdido a su pareja y queda triste en el tejado de la casa). (I) Sus amigos le han abandonado, pero sus enemigos están cerca de él para insultarle (v. Sal 102:8), y se mofan de su situación (comp. Sal 42:5). (J) En señal de duelo, llora y se echa ceniza en la cabeza. Ese es el sentido, como en Sal 80:5. (K) Es muy bella la imagen del versículo Sal 102:11: «Mis días son como sombra que se alarga». Dice Cohen: «Las sombras se alargan al atardecer, cuando el sol está a punto de ponerse. Se da cuenta (el salmista) de que su vida pronto va a ser devorada por la oscuridad de la muerte».
