Salmos 40:6 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Después de extasiarse ante las maravillas que obra Dios a favor de los suyos, es llevado extrañamente a predecir aquella maravilla de maravillas que es la obra de nuestra redención por medio de nuestro Señor Jesucristo. Estos versículos son citados, a tal efecto, en la Epístola a los Heb 10:5., como puestos en boca del Salvador.

1. Vemos primero la absoluta insuficiencia de los sacrificios legales para hacer expiación por el pecado a fin de obtener nuestra paz con Dios: «Sacrificio y ofrenda no deseaste» (lit.), es decir, no quisiste que el Redentor los ofreciese. Algo tenía que ofrecer, pero no eso (Heb 8:3). Incluso cuando la ley acerca de los sacrificios estaba en toda su vigencia, puede decirse que Dios no los requería ni los aceptaba por lo que eran en sí mismos, puesto que no tenían fuerza alguna para quitar los pecados (Heb 10:4) ni, por tanto, para satisfacer a la justicia de Dios. La vida de una oveja o de un buey, que tiene mucho menos valor que la vida de un hombre (Mat 12:12), no podía en modo alguno equivaler al precio requerido para nuestra redención (v. 1Pe 1:18-20). Ni podía quitar el miedo al pecado al pacificar la conciencia, ni remover el poder del pecado al santificar la naturaleza. Todo su valor consistía en su referencia al sacrificio de Jesucristo, del que eran figura y sombra, símbolos en que poner a prueba la fe y la obediencia del pueblo de Dios. Pero había de llegar la sustancia, la realidad, que es Cristo, capaz de dar a Dios la gloria, y a los hombres la gracia, que aquellos sacrificios no podían por sí mismos dar.

2. La designación del Señor Jesús para la obra y el oficio de Mediador: «Me horadaste los oídos» (lit.), expresión que alude, por una parte, a Éxo 21:6, donde le son horadados los oídos al siervo que se queda libremente con su amo (comp. con Flp 2:7, Flp 2:8) y, por otra, a Isa 50:4, Isa 50:5, donde el oír conecta con el obedecer, si tenemos en cuenta que, en hebreo, se usa el mismo vocablo para ambos verbos. Es bien sabido nota del traductor que el autor de Hebreos tomó de los LXX la cita correspondiente, con lo que Heb 10:5 dice literalmente: «Mas me preparaste (un) cuerpo». El sentido no varía, ya que, si el oído es el instrumento para recibir el mandato de Dios, el cuerpo es el medio exterior con que cumplirlo (v. 2Co 5:10 «por medio del cuerpo». Lit.). Un rabino converso me hizo notar que el cuerpo del feto tiene la forma de una oreja.

3. Su consentimiento voluntario a la obra que se le encomendó (v. Sal 40:7): «Entonces dije: Yo voy» (lit.). Como si dijese: «Puesto que no deseas sacrificio, ni ofrenda, ni holocausto, ni expiación (v. Sal 40:6), aquí me tienes a mí, decidido a entrar en liza con los poderes de las tinieblas y mirar por el interés de tu gloria y de tu reino, antes que dejar sin hacer la obra de la redención. Aquí me tienes dispuesto a ser enviado al mundo cuando se cumpla la plenitud de los tiempos (v. Mar 1:15). Para todos los santos del Antiguo Testamento seré «el que viene» (Mat 11:3; Luc 7:19, Luc 7:20; Heb 10:37. Lit.)».

4. El motivo por el que vino a dar cumplimiento a esta obra: «En el rollo (alude a la forma en que se escribían los documentos) del libro (es decir, de la Escritura Sagrada) está escrito de mí». ¿Qué es lo que estaba escrito de Él? nota del traductor (A) El texto masorético actual hace aquí un corte; por lo que nuestras versiones le hacen seguir, por ello, de punto y coma. Se referiría entonces a lo anterior, con lo que se insinúa más claramente el sentido mesiánico (el cual aparece, ya de manifiesto, en Heb 10:5-7). (B) Otras versiones modernas hacen desaparecer dicho corte, y unen la frase con lo que sigue, y traducen así: «Se me ha prescrito en el rollo del libro hacer tu voluntad» (Biblia de Jerusalén. De modo parecido, la versión de Arconada en La Sagrada Escritura de la B.A.C., la Nueva Biblia Española y la de Las Buenas Nuevas). (C) La New International Version propone una tercera lectura, como alternativa a la que aparece en nuestras versiones RV: «He venido con el rollo escrito para mí. El hacer tu voluntad, etc.». Si se adopta la segunda lectura, el sentido mesiánico sólo se sabría con el texto de Heb 10:5-7 a la vista.

5. El gozo con que tomó a pechos esta empresa. Habiéndose ofrecido voluntariamente a ella, no le volvió después la espalda, ni se desanimó por lo arduo de la obra, sino que la llevó a cabo gozoso y satisfecho: «El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón». Esta frase no está citada literalmente en Heb 10:7, pero el gozo con que Cristo cumplió la voluntad del Padre en la obra de la redención queda registrado en Isa 53:11; Heb 12:2 «por el gozo puesto delante de Él …».

6. La proclamación del Evangelio en medio de todo el pueblo: «… en la gran congregación … a la gran asamblea» (vv. Sal 40:9, Sal 40:10). El mismo que, como sacerdote, llevó a cabo por nosotros la obra de la redención, la proclamó, como profeta; primero, por sí mismo; después, por medio de sus apóstoles; ahora, y por los siglos, mediante su Palabra y su Espíritu (Heb 2:3, Heb 2:4). Lo que proclama es la justicia de Dios (vv. Sal 40:9, Sal 40:10), así como su fidelidad y salvación (explanación de justicia), y repite de forma inversa, en el estilo siguiente, bajo los sinónimos misericordia y verdad, el tan conocido binomio. Véase cómo repite: «He proclamado … no refrené mis labios … No encubrí … He publicado … No oculté …». (comp. con Hch 20:20, Hch 20:21, Hch 20:27).

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