Salmos 88:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 88:1 | Comentario Bíblico Online

Las primeras palabras del salmo son las únicas que indican un poco de consuelo, pues, antes de comenzar sus quejas, llama a Jehová «Dios de mi salvación», lo cual insinúa que, por mal que le fuesen las cosas, todavía esperaba de Dios la salvación y dependía de Él como del autor de toda salvación.

1. Vemos primero a un hombre de oración. Su único consuelo es haber orado; pero se queja de que, a pesar de su oración, todavía está en aflicción: «De día he clamado en la noche delante de ti» (lit.); en otras palabras, su clamor diario se prolongaba hasta la noche (v. Sal 88:1), lo hacía «tendiendo hacia Jehová sus manos» (v. Sal 88:9), como quien quería asir de Él con el anhelo de alcanzar su favor y con el temor de no conseguirlo. Y esto, «cada día» (v. Sal 88:9). A Dios dirigía su oración, y de Él deseaba y esperaba respuesta (v. Sal 88:2): «Llegue mi oración a tu presencia, para ser aceptada por ti».

2. Era un hombre de dolor y pesadumbre; por lo que algunos le hacen aquí tipo de Cristo. Clama: «Mi alma está saturada de males» (v. Sal 88:3). También Cristo dijo: «Ahora está turbada mi alma» (Jua 12:27). Y, en su agonía: «Mi alma está abrumada de una tristeza mortal» (Mat 26:38), como aquí el salmista, pues dice: «Mi vida está al borde del Seol» (v. Sal 88:3).

3. Se consideraba moribundo, como si el corazón se le fuese a quebrar de tristeza (v. Sal 88:5): «Abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, de quienes no te acuerdas ya para protegerme ni para proveer para mí. Me has puesto en el hoyo más profundo (lit. v. Sal 88:6); tanto mi situación, como mi condición y mi ánimo no pueden estar más bajos; estoy en tinieblas, en los abismos». De esta forma tan tremenda pueden ser afligidas las buenas personas por efecto de la melancolía y la debilidad de su fe.

4. Lo que le da el mayor motivo de queja es el desagrado de Dios hacia él (v. Sal 88:7): «Sobre mí pesa tu ira y (me) oprimen (lit. aprietan hacia abajo) tus olas» (comp. Sal 42:7). La mano de Dios pesaba fuerte contra él, de forma que estaba a punto de hundirse y desfallecer.

5. Otra circunstancia agravante de sus dolores era que sus amigos le habían abandonado. Cuando estamos afligidos, sirve de algún consuelo tener cerca de nosotros a quienes nos aman y simpatizan con nosotros; pero este buen hombre no gozaba de este consuelo (v. Sal 88:8): «Has alejado de mí mis conocidos, esto es, mis amigos íntimos; me has puesto por abominación (como un leproso; comp. Sal 31:12) a ellos; no sólo se avergüenzan de mí, sino que tienen asco de mí y me miran, no sólo con menosprecio, sino con aborrecimiento».

6. Considera su caso sin remedio, deplorable (vv. Sal 88:8, Sal 88:9): «Encerrado estoy y no puedo salir, como un prisionero que no tiene escape». Así que gime y dice: «Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; se nota en ellos lo mucho que sufro en cuerpo y alma». Sin embargo, el llanto no ha de impedir la oración: «Mis ojos enfermaron … pero te invoco, Jehová, cada día».

Salmos 88:1 explicación
Salmos 88:1 reflexión para meditar
Salmos 88:1 resumen corto para entender
Salmos 88:1 explicación teológica para estudiar
Salmos 88:1 resumen para niños
Salmos 88:1 interpretación bíblica del texto