Significado de COSMÉTICOS Según La Biblia | Concepto y Definición

COSMÉTICOS Significado Bíblico

¿Qué Es COSMÉTICOS En La Biblia?

Materiales utilizados para el cuidado y la belleza personal. En el antiguo Cercano Oriente, tanto los hombres como las mujeres usaban cosméticos. Los hombres utilizaban principalmente el aceite, que frotaban en el cabello de la cabeza y de la barba (Sal 133:2; Ecl 9:8). Las mujeres usaban preparados cosméticos que incluían pintura para los ojos, talcos, lápiz de labios, ungüentos para el cuerpo y perfumes. En la Biblia solo hay unas pocas referencias a los cosméticos.
Utensilios, colores y elaboración de cosméticos
En excavaciones arqueológicas en Palestina, Egipto y la Mesopotamia se han hallado utensilios de cosmética de vidrio, madera y hueso. En Ur se descubrieron elementos que datan de épocas tempranas como el 2500 a.c. Una escena en un sarcófago en Egipto que data de aprox. el 2000 a.c. muestra a una mujer mientras sostiene un espejo. Lo que se ha encontrado con más frecuencia en Palestina son recipientes o paletas de piedra caliza. Estas generalmente son pequeños recipientes de unos 10 cm (4 pulgadas) de diámetro, con bases lisas y un pequeño agujero achatado en el centro. El borde ancho generalmente estaba decorado con diseños geométricos tallados. Se utilizaban para preparar colores para maquillarse el rostro. La mezcla se hacía con espátulas de hueso o morteros pequeños. Las paletas, posiblemente importadas de Siria, fueron comunes en el norte de Palestina desde aprox. el 1000 a.c. en adelante. Otra parafernalia descubierta incluye pequeños frascos de vidrio y jarritas de alfarería que se usaban como recipientes para perfume, jarrones de alabastro utilizados para ungir, redomas de marfil, calentadores de cosméticos y cofres de perfumes tales como se menciona en Isa 3:20. Las mujeres de esa época también usaban peines de marfil, espejos de bronce, ganchillos para el cabello, palillos de kohol (antimonio), cucharas para ungüento y pinzas. En excavaciones realizadas en Laquis se descubrió un objeto que aparentemente es una plancha onduladora de cabello que se remonta hasta aprox. el 1400 a.c. En la Cueva de las Cartas, uno de los escondites de algunos rebeldes de la guerra de Bar Kochba (132–135 d.c.), los descubrimientos incluían un espejo y utensilios femeninos cosméticos de vidrio, madera y hueso.
Los colores para los preparados cosméticos provenían de diversos minerales. El ocre rojo se utilizaba para colorear los labios. El blanco se obtenía del carbonato de plomo. El color verde para párpados derivaba de la turquesa o la malaquita, y el negro a menudo se sacaba del sulfato de plomo. El kohol o manganeso se utilizaba para delinear los ojos. Los colores también se producían a partir de marfiles, betún y maderas quemadas.
Los fabricaban artesanos expertos. Importaban gran parte de la materia prima de la India y de Arabia. Los aceites para cremas para la piel se extraían de olivos, almendros, calabazas, otros árboles y plantas, y de la gordura de animales y peces. Las fragancias se obtenían de las semillas, las hojas de plantas, las frutas y las flores, especialmente las rosas, los jazmines, la menta, los bálsamos y la canela.
Pintura para los ojos
Las mujeres se pintaban los párpados para que sus ojos parecieran más grandes (Jer 4:30). Tal vez haya tenido cierto valor medicinal al prevenir la sequedad del párpado o alejar las moscas que transmitían enfermedades. No obstante, las referencias bíblicas a menudo parecen asociar la práctica de pintarse los ojos con mujeres de reputación cuestionable (2Re 9:30; Eze 23:40).
Los polvos para colorear los ojos se guardaban en pequeñas bolsas, cañas, carrizos que parecían tubos de piedra, o jarros pequeños. La referencia a la hija de Job, “Karen-hapuc”, que significa “cuerno de antimonio o pintura de ojos” (Job 42:14), indica que los polvos también se acarreaban en cuernos. Los polvos se mezclaban con agua o resina y se aplicaban en los párpados con varillas pequeñas hechas de marfil, madera o metal. Las mujeres egipcias preferían los colores negro y verde, y se pintaban el párpado superior de negro y el inferior de verde. Las mujeres de la Mesopotamia preferían los amarillos y los rojos. Se trazaban líneas negras gruesas alrededor de los ojos para darles un aspecto almendrado.
Ungüentos y perfumes
Las cremas, los ungüentos y los perfumes eran especialmente importantes en el clima cálido del Cercano Oriente. Las cremas protegían la piel del calor del sol y contrarrestaban los olores corporales. Los ungüentos se aplicaban en la cabeza (Mat 6:17) o en todo el cuerpo (Rut 3:3) como parte de la higiene personal. Se consideraban parte del proceso de embellecimiento (Est 2:12). Ungirse la cabeza con aceite era señal de regocijo (Sal 45:7). En los servicios de adoración, la unción constituía una parte especial de la consagración (Éxo 30:30-32). Dios había dado la fórmula y era un secreto sacerdotal (Éxo 30:22-38). Los profetas utilizaban ungüentos para ungir a los nuevos reyes. Elías ungió a Jehú (2Re 9:3), y Joiada a Joás (2Re 11:12). En la época neotestamentaria, un buen anfitrión demostraba hospitalidad al ungir a las visitas con aceites (Luc 7:37-50). Estos se usaban a veces para ungir a los enfermos (Stg 5:14). Los ungüentos perfumados formaban parte de los preparativos para la sepultura (Mar 14:8; Luc 23:56).
El uso del perfume es una práctica antigua. La primera mención registrada se encuentra en la tumba de la reina Hatsheput del siglo XV a.c. , quien había enviado una expedición a la tierra de Punt para buscar incienso. Herodoto (450 a.c.) mencionó los artículos aromáticos de Arabia. En el caso de los magos de Oriente que le llevaron presentes al niño Jesús, la ofrenda de incienso simbolizaba divinidad. Los perfumes que se mencionan en la Biblia incluyen los áloes (Núm 24:6), la resina (Eze 27:17), la canela (Pro 7:17), el incienso (Isa 43:23; Mat 2:11), la mirra (Cnt 5:5; Mat 2:11) y el nardo (Jua 12:3). Los perfumes derivaban de la savia o resina del árbol (incienso, mirra), de la raíz (nardo) o del tronco (canela). A menudo eran costosos y se importaban de Arabia (incienso, mirra), de la India (áloes, nardo) y de Ceilán (canela).
Los perfumes se podían elaborar como polvos y se guardaban en bolsas (Isa 3:20), o en forma de aceites que se colocaban en frascos de alabastro, tal como el nardo con el que María ungió a Jesús (Jua 12:3). También se podían obtener en su forma natural como goma o esferas de resina. Cuando tenían esta forma, se los colocaba en braseros para cosméticos y se quemaba la resina. En espacios cerrados o pequeños, el humo resultante del incienso actuaba a manera de fumigación tanto para el cuerpo como para la ropa, tal como es el caso que parece describirse en el proceso de embellecimiento mencionado en Est 2:12. Ver Perfume, perfumador; Ungir.

Darlene R. Gautsch