Significado de GÉNESIS, LIBRO DEL Según La Biblia | Concepto y Definición

GÉNESIS, LIBRO DEL Significado Bíblico

¿Qué Es GÉNESIS, LIBRO DEL En La Biblia?

El primer libro de la Biblia y el primero de los cinco escritos por Moisés. Describe la creación de todas las cosas mediante los actos portentosos del único Dios verdadero, la rebelión humana, el castigo y la restauración (Gén 1:1Gén 11:9). El resto del libro explica el origen de Israel, el pueblo de Dios, y su lugar en el plan de redención divina (Gén 11:10Gén 50:26). Ver Pentateuco.
Contenido
La mayoría entiende que la estructura del Génesis se relaciona con la frase repetida que se traduce de diversas maneras, “estas son las generaciones de X”, “estos son los registros de X” o “este es el relato de X”. La palabra hebrea toledot que aparece en esta frase normalmente significa “descendientes”, pero en Génesis generalmente quiere decir “historia familiar”. Tiene un sentido figurado en la primera aparición en Gén 2:4 (donde se traduce orígenes) al referirse a los cielos y la tierra. Allí introduce una sección que recrea lo que ocurrió con la creación de Dios, es decir, la entrada del pecado y la muerte. Además, los primeros 11 capítulos de Génesis relatan la historia más antigua de la tierra y demuestran por qué era tan necesario el plan de redención divino por medio de Abraham. El resto del libro se refiere a:
(1) Los patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob y sus hijos;
(2) el juramento de Dios de bendecir y redimir a la humanidad a través de ellos, y
(3) cómo llegaron a Egipto los descendientes de Abraham.

Gén 1:1-31Gén 11:1-9

Gén 1:1-31; Gén 2:1-3 describe el origen del universo, “los cielos y la tierra”, los seis días de la creación y el séptimo día cuando Dios descansó. Gén 2:4-25; Gén 3:1-24; Gén 4:1-26 describe más detalladamente cómo creó Dios al ser humano y cómo se corrompió la humanidad a través del pecado. Gén 5:1-32; Gén 6:1-8 detalla la descendencia de Adán hasta la época de Noé. Gén 6:9-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29 relata la historia del diluvio, el pacto de Dios con Noé y la maldición de Dios sobre Canaán y los cananeos. Finalmente, Gén 10:1-32; Gén 11:1-9 registra la distribución geográfica de los hijos de Noé (Gén 10:1-32) y explica que la existencia de tantos idiomas y naciones es resultado de la maldición de Dios ante el orgullo humano manifestado en la torre de Babel (Gén 11:1-9).

Gén 11:10-32Gén 50:1-26

Gén 11:10-26 detalla a los descendientes de Sem, el hijo de Noé, hasta la época de Taré y sus hijos Abram, Nacor y Harán. Algunos consideran que esta sección es la conclusión de la primera división importante del libro. Gén 11:27-32Gén 25:1-11 relata la historia de la relación de Dios con Abram (que significa “padre exaltado”), cuyo nombre Dios cambió por Abraham (que significa “padre de una multitud”). Dios le prometió a Abraham que lo bendeciría, engrandecería su nombre, sería enemigo de sus enemigos y le daría multitud de descendientes que se convertirían en una gran nación. Más importante aún es la promesa de Dios de que bendeciría a todas las naciones a través de él (Gén 12:1-3). En Gén 15:1-21, Dios reafirmó su pacto con Abraham y lo garantizó incondicionalmente. Abraham trató de cumplir la promesa de Dios de que tendría un hijo y tomó a Agar, la sierva de su esposa, para que fuera su esposa esclava. De ella nació Ismael (Gén 16:1-16). Sin embargo, la promesa de Dios se cumplió cuando les dio a Abraham y Sarai (cuyo nombre Él cambió por Sara) un hijo, Isaac (Gén 21:1-34). La historia de Abraham concluye con el relato de su muerte luego de proveerle esposa a Isaac. En Gén 25:19-34; Gén 26:1-35; Gén 27:1-46; Gén 28:1-22; Gén 29:1-35; Gén 30:1-43; Gén 31:1-55; Gén 32:1-32; Gén 33:1-20; Gén 34:1-31; Gén 35:1-29 se detalla la historia de los descendientes de Isaac luego de enumerar a los de Ismael, a quien Dios bendijo por amor a Abraham (Gén 25:12-18). El pasaje se refiere principalmente a la relación de Dios con Jacob, el hijo de Isaac, a quien Él escogió en lugar de Esaú para que a través de él se cumpliera la promesa de redención. Gén 37:2-36; Gén 38:1-30; Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34; Gén 45:1-28; Gén 46:1-34; Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26 relata la historia de los descendientes de Jacob, luego de detallar a los descendientes de Esaú (Gén 36:1-43; Gén 37:1). Este pasaje trata principalmente de la historia de José y cómo Dios llevó a Jacob y a sus hijos a vivir a Egipto. Aunque el carácter piadoso de José preservó a la familia, la promesa de redención de Dios se cumpliría a través de Judá, el cuarto hijo de Jacob (Gén 49:8-12). Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26 completa la historia de los patriarcas, continúa el relato de la vida de Jacob y José hasta su muerte, y anticipa el retorno a Canaán que se relata en el libro de Éxodo. Ver Abraham; Adán y Eva; Antropología; Creación; Diluvio; Dios de los padres; Humanidad; Imagen de Dios; Isaac; Jacob; José; Noé; Dios, Nombres de; Pecado; Tierra.

Interpretaciones
Hasta el siglo XIX, tanto cristianos como judíos aceptaban la autoría de Moisés del Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia. Hay seis pasajes que citan explícitamente a Moisés como autor de, por lo menos, parte de la obra (Éxo 17:14; Éxo 24:4-8; Éxo 34:27; Núm 33:1-2; Deu 31:9; Deu 31:24-26; Deu 31:22; Deu 31:30). Aunque en el Génesis no se encuentra dicha mención, el libro es parte integral del Pentateuco sin el cual Éxodo carecería de sentido. Éxodo hasta Deuteronomio proveen abundante testimonio de que la revelación de Dios al pueblo de Israel llegó por primera vez a través de Moisés, y el resto del AT se refiere al Pentateuco como “el libro de la ley”, e implica que lo escribió Moisés (por ej. Jos 1:7-8; 1Re 14:6; 2Cr 34:14; Dan 9:11-13). Jesús y los escritores del NT consideraron que el Pentateuco, incluyendo Génesis, provenían de Moisés (ver Luc 16:29; Luc 16:31; Luc 24:27; Luc 24:44; Jua 1:17; Jua 5:45-47; Jua 7:19; Jua 7:22-23; Hch 3:22; Hch 13:39).
Sin embargo, con la llegada del Siglo de las Luces, muchos eruditos bíblicos se embarcaron en el camino de la crítica que divergía radicalmente del punto de vista tradicional. La motivación que los respaldaba provenía en parte del deseo de abrir una brecha en la tradición religiosa, a fin de descubrir lo que realmente sucedió en el pasado y liberar la fe religiosa del dogmatismo y la esclavitud al literalismo bíblico. Ciertas características del texto bíblico eran señales que apuntaban hacia ese camino:
(1) Las variaciones en los nombres utilizados para Dios (Elohim/Yahvéh);
(2) las supuestas redundancias, tales como los dos relatos de la creación (Gén 1:1-31; Gén 2:1-25) y las dos narrativas de la esposa–hermana (Gén 12:1-20 y Gén 20:1-18);
(3) las variaciones en los nombres de personas y topónimos tales como cananeos/amorreos, ismaelitas/madianitas y Sinaí/Horeb;
(4) las ideas supuestamente diferentes, como la lejanía o la inmanencia de Dios, y
(5) los anacronismos, por ej. referencias a los reyes de Israel (Gén 36:31) o a la ciudad de Dan (Gén 14:14; comp. Jos 19:47). Como consecuencia, en el siglo XIX en Europa surgió una nueva concepción, especialmente sobre cómo y cuándo se escribió el Pentateuco. Se conoció como “la hipótesis documental” debido a que la teoría proponía cuatro fuentes documentales principales, J, E, D y P, que se escribieron y recopilaron entre los siglos IX y V a.c. Julius Wellhausen, a través de su trabajo publicado por primera vez en 1878, fue el principal erudito de la propagación de esta teoría revisionista, no solo del origen del Pentateuco sino también de la historia de Israel.
Este clásico punto de vista crítico ha sufrido muchas revisiones, sin embargo ha demostrado ser muy resistente a pesar de oponerse a lo que la Biblia dice de sí misma. Numerosas implicancias problemáticas han generado asimismo diversas respuestas. Primero, si no podemos confiar en la manera en que la Biblia describe su propio origen, ¿por qué deberíamos confiar en ella en lo referente a otras áreas? Segundo, si el Pentateuco no se originó en tiempos de Moisés, su confiabilidad como fuente de la historia antigua de Israel es cuestionable. Tercero, si el Pentateuco se compone de diversas fuentes cuya teología y perspectiva no coinciden entre sí, ¿cómo se puede escuchar la voz de Dios? El camino que nos ha guiado a este territorio enemigo se puede rastrear y evitar mediante una lectura de los textos bíblicos que sea
(1) más sensible a las convenciones literarias del antiguo Cercano Oriente en la era mosaica,
(2) más tolerante frente a las prácticas de los escritores de la antigüedad que son diferentes a las nuestras,
(3) más abierta al principio de la revelación divina verbal y
(4) flexible ante las prácticas de los escribas de actualización de los textos bíblicos durante el proceso de transmisión. De esta manera, los signos que han guiado a muchos a este sendero de la alta crítica se pueden interpretar mostrando que no difieren significativamente de la posición tradicional sobre Moisés como autor del Génesis y el resto del Pentateuco. Muchos comentarios de eruditos destacados se escribieron sobre estos libros desde esta perspectiva. Sobre Génesis, ver especialmente los comentarios de V.P. Hamilton, K.a. Mathews, g. J. Wenham y Bruce Waltke. Ver Pentateuco.
Los relatos de la creación y el diluvio del Génesis son similares a las historias de las antiguas Sumer, Babilonia y Asiria, que establecen otro testimonio sobre la antigüedad del Génesis. Algunos incluso consideran esto como una evidencia de que Génesis tomó prestada la historia de otras culturas. Sin embargo, las diferencias son tan sorprendentes como las similitudes. El relato del Génesis presenta a un Dios soberano, lleno de gracia y pureza moral. Los otros relatos retratan a dioses (múltiples) que son peores que el peor de los hombres, y a la creación como resultado de la actividad sexual de esos dioses. Una mejor explicación es que la creación sucedió como lo revela Génesis. Todos los pueblos descienden de Noé, por lo tanto las culturas de la antigüedad tenían “memoria” de los comienzos y les dieron forma a los relatos a su manera. Ver Creación; Diluvio.
La historicidad del diluvio ha sido rechazada como algo mitológico. Sin embargo, la evidencia geológica demuestra la existencia de estratos diluvianos en todo el mundo. Además se encontraron fósiles de peces en las cumbres de las montañas. No obstante, hay científicos que dan por sentado la imposibilidad de un diluvio universal. Se cuestionó la existencia de Abraham y los patriarcas. Se afirmó que era un personaje legendario o mitológico, lo mismo que la ciudad de Ur. Sin embargo, se ha descubierto Ur y ha sido excavada durante muchos años, y se ha encontrado grabado el nombre Abram en piedras del lugar.
La erudición que se practica correctamente no prueba que el Génesis no sea verdadero en todo lo que enseña sobre la creación y la caída, el diluvio, los patriarcas y demás. Existen muchas razones para llegar a la conclusión de que Génesis es una guía confiable para lo que realmente sucedió.
Enseñanzas
Dios es el personaje central de Génesis. Él es Señor y Creador soberano de todas las cosas. Génesis da por sentado la realidad de la creación divina pero no trata de probarla; no especifica cuándo sucedió la creación ni cuánto tiempo tardó exactamente. Génesis enseña con elocuencia que Dios creó todas las cosas, incluso a Adán y Eva, mediante una creación especial para que tuvieran comunión con Él. Los creó inocentes y con libre albedrío. Ellos libremente escogieron desobedecer a Dios, dejar la inocencia y perder la libertad. Esa naturaleza caída pasó a todos los seres humanos y ahora limita la libertad de la voluntad humana. Los seres humanos son seres morales que pueden escoger, pero sus voluntades no son libres para obedecer a Dios. La muerte llegó a causa del pecado, y la humanidad se corrompió tanto que Dios los borró de la faz de la tierra y comenzó de nuevo a partir de Noé. La segunda humanidad también se corrompió, y Dios confundió sus lenguas y los dispersó. El plan de redención divino comenzó a manifestarse cuando llamó a un hombre para que formara una familia, una familia escogida entre todas las familias de la tierra, que sería fuente de bendición y salvación para todos los pueblos. Dios demostró a través de cada generación en Génesis que la promesa dependía solamente de Su poder soberano y que ninguna circunstancia, persona, familia ni nación podría desbaratar Sus propósitos. El pecado humano no pudo frustrar el plan de Dios, sino que por el contrario, le dio oportunidad de demostrar Su gloria. El cadáver de José puede haber estado en un sarcófago en Egipto, sin embargo desde su lecho de muerte ordenó que sus huesos fueran transportados a su casa, Canaán, cuando Dios llevara a Su pueblo de regreso a la tierra que había prometido a Abraham, Isaac y Jacob.
Bosquejo
I. Historia de los prepatriarcal (Gén 1:1-31; Gén 2:1-25; Gén 3:1-24; Gén 4:1-26; Gén 5:1-32; Gén 6:1-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29; Gén 10:1-32; Gén 11:1-9)
A. Creación de todas las cosas (Gén 1:1-31; Gén 2:1-3)
B. Origen y corrupción de la humanidad (Gén 2:4-25; Gén 3:1-24; Gén 4:1-26)
C. De Adán a Noé (Gén 5:1-32; Gén 6:1-8)
D. El diluvio y sus consecuencias (Gén 6:9-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29)
E. La Tabla de las Naciones y la torre de Babel (Gén 10:1-32; Gén 11:1-9)
II. Historia de los patriarcas (Gén 11:10-32; Gén 12:1-20; Gén 13:1-18; Gén 14:1-24; Gén 15:1-21; Gén 16:1-16; Gén 17:1-27; Gén 18:1-33; Gén 19:1-38; Gén 20:1-18; Gén 21:1-34; Gén 22:1-24; Gén 23:1-20; Gén 24:1-67; Gén 25:1-34; Gén 26:1-35; Gén 27:1-46; Gén 28:1-22; Gén 29:1-35; Gén 30:1-43; Gén 31:1-55; Gén 32:1-32; Gén 33:1-20; Gén 34:1-31; Gén 35:1-29; Gén 36:1-43; Gén 37:1-36; Gén 38:1-30; Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34; Gén 45:1-28; Gén 46:1-34; Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26)
A. De Noé a Abram (Gén 11:10-26)
B. El ciclo de Abraham (Gén 11:27-32; Gén 12:1-20; Gén 13:1-18; Gén 14:1-24; Gén 15:1-21; Gén 16:1-16; Gén 17:1-27; Gén 18:1-33; Gén 19:1-38; Gén 20:1-18; Gén 21:1-34; Gén 22:1-24; Gén 23:1-20; Gén 24:1-67; Gén 25:1-11)
1. La familia de Abram (Gén 11:27-32)
2. Dios llama a Abram (Gén 12:1-9)
3. Dios protege a Abram y su familia (Gén 12:10-20; Gén 13:1-18; Gén 14:1-24)
4. El pacto de Dios con Abram (Gén 15:1-21)
5. La impaciencia de Abram (Gén 16:1-16)
6. La promesa divina renovada (Gén 17:1-27; Gén 18:1-15)
7. Intercesión de Abraham por Sodoma y Gomorra (Gén 18:16-33; Gén 19:1-38)
8. Cumplimiento de la promesa de Dios en cuanto a un hijo (Gén 20:1-18; Gén 21:1-34)
9. La prueba divina definitiva de la fe de Abraham (Gén 22:1-24)
10. La primera porción de tierra de Abraham (Gén 23:1-20)
11. La esposa de Isaac (Gén 24:1-67)
12. La muerte de Abraham (Gén 25:1-11)
C. Los descendientes de Ismael (Gén 25:12-18)
D. El ciclo de Jacob (Gén 25:19-34; Gén 26:1-35; Gén 27:1-46; Gén 28:1-22; Gén 29:1-35; Gén 30:1-43; Gén 31:1-55; Gén 32:1-32; Gén 33:1-20; Gén 34:1-31; Gén 35:1-29)
1. El derecho de Esaú a la primogenitura (Gén 25:19-34)
2. Dios libera a Isaac (Gén 26:1-35)
3. Dios protege y bendice a Jacob (Gén 27:1-46; Gén 28:1-22; Gén 29:1-35; Gén 30:1-43; Gén 31:1-55; Gén 32:1-32; Gén 33:1-20)
4. Conflicto de Jacob con los cananeos (Gén 34:1-31)
5. Jacob retorna a Bet-el (Gén 35:1-15)
6. La muerte de Raquel y de Isaac (Gén 35:16-29)
7. Dios bendice a Esaú por amor a Abraham e Isaac (Gén 36:1-43)
 
E. Los descendientes de Esaú (Gén 36:1-43; Gén 37:1)
F. El ciclo de José (Gén 37:2-36; Gén 38:1-30; Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34; Gén 45:1-28; Gén 46:1-34; Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26)
1. La esclavitud de José en Egipto (Gén 37:1-36)
2. La infidelidad de Judá (Gén 38:1-30)
3. El éxito de José en Egipto (Gén 39:1-23; Gén 40:1-23)
4. La exaltación de José en Egipto (Gén 41:1-52)
5. José pone a prueba a sus hermanos (Gén 41:53-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34)
6. José se reúne con sus hermanos (Gén 45:1-28)
7. La familia de Jacob se traslada a Egipto (Gén 46:1-34; Gén 47:1-31)
8. La bendición de Jacob para su familia y su muerte (Gén 48:1-22; Gén 49:1-33)
9. Muerte de José (Gén 50:1-26)

Charles W. Draper y e. Ray Clendenen