Significado de HECHOS, LIBRO DE LOS Según La Biblia | Concepto y Definición

HECHOS, LIBRO DE LOS Significado Bíblico

¿Qué Es HECHOS, LIBRO DE LOS En La Biblia?

Ubicado inmediatamente después de los cuatro Evangelios en el NT, el libro de los Hechos es la segunda parte de una obra (la primera es el Evangelio de Lucas) que comienza con la declaración de Lucas acerca de su propósito de escribir, y termina con Pablo en su arresto domiciliario en Roma (62 d.C.). Hechos es una fuente importante para la historia de la iglesia primitiva, porque documenta el cumplimiento de la tarea encomendada a los apóstoles por el Cristo resucitado en Hch 1:8 : “y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Pedro y Pablo aparecen especialmente en la extensión del evangelio a Roma. Los discursos de los Hechos, alrededor de un tercio del libro, son ricos en sólida teología.
Aunque puede haber indicios de Hechos ya en 1 Clemente (aprox. 95–100 d.C.) y en la Didajé (principios del siglo II), las primeras referencias identificables aparecen con Justino Mártir (aprox. 130–150 d.C.) en su Primera y Segunda Apología. El título actual del libro se estableció a fines del siglo II.
A fines de dicho siglo, la autoría tanto del Evangelio de Lucas como del libro de los Hechos se le atribuía comúnmente a Lucas, a quien Ireneo describía como médico y compañero de viajes de Pablo. Señalaba que el uso de las frases en la primera persona del plural que aparecía en los últimos capítulos (los denominados pasajes “nosotros”) de Hechos indicaba que el autor era compañero de viaje de Pablo. Desde Ireneo en adelante, la opinión patrística es unánime en respaldo de la autoría lucana, y la evidencia interna confirma un autor común. En ambos libros hay un estilo y un vocabulario similares y temas en común. Los prefacios de ambos libros afirman una misma autoría: los dos están dedicados a la misma persona (Teófilo) y la narración de la ascensión al final de Lucas y al comienzo de Hechos los vincula entre sí.
Numerosos eruditos ubican Lucas antes del 64 d.C. porque Hechos concluye abruptamente cuando Pablo ya había estado en Roma durante dos años. La ausencia de un relato sobre el resto de la vida y el ministerio de Pablo se explicaría si el libro hubiera sido escrito alrededor de esa época (aprox. 62–64 d.C.). La teología primitiva de los discursos de Pedro y la ausencia de referencia a las persecuciones de los creyentes que Nerón llevó a cabo en Roma (64–67 d.C.) también respaldan dicha fecha. No obstante, estos argumentos no son excluyentes y es probable que Hechos termine de la manera que lo hace porque Lucas había cumplido con su propósito de describir la extensión del evangelio a Roma. Tres predicciones de la caída de Jerusalén que aparecen en Lucas (Luc 19:41-44; Luc 21:20-24; Luc 23:28-31) probablemente evidencien que se tenía conocimiento de este hecho producido por el ejército romano en el 70 d.C. Sin embargo, también podrían reflejar auténticas predicciones de parte de Jesús anteriores al hecho. El uso aparente del Evangelio de Marcos como fuente por parte de Lucas también sugiere una fecha posterior al 62 d.C., y la mayor parte de la tradición antigua indica que Marcos escribió su evangelio basándose en las memorias de Pedro después de la muerte de este último (aprox. 67–68 d.C.). Obviamente, Hechos se escribió posteriormente a Lucas pero es probable que no mucho después. Otros eruditos también sugieren fechas entre el 70 y 90 d.C., ubicándolo en su mayoría alrededor del 80 d.C. Aunque también se han sugerido fechas entre 95–100 d.C. y aun hasta 125–150 d.C., no son sostenibles.
Las opiniones varían ampliamente en cuanto al lugar de escritura y el destino original de Hechos, que con Lucas están dirigidos a Teófilo, posiblemente un ciudadano romano de cierta importancia, pero todos los intentos de ser más específicos son especulaciones. El contenido de Hechos parece estar dirigido a una audiencia que incluía a creyentes tanto gentiles como judíos. Las sugerencias más frecuentes como lugar de origen son Antioquia de Siria y Roma. Sin embargo, Lucas tal vez haya tenido intención de que sus obras alcanzaran a una audiencia sin fronteras, tal como efectivamente sucedió por la amplia distribución y la aceptación que aquellas tuvieron desde un comienzo.
Lucas declaró haber utilizado todos los recursos disponibles al prepararse para escribir su obra (Luc 1:1-4). Se han hecho muchas sugerencias en cuanto a qué fuentes documentales pudo haber utilizado Lucas para Hechos, pero todas esas hipótesis son subjetivas y especulativas. A. Harnack, quien respalda la autoría lucana, propone como fuentes para Hch 1:1-26; Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 6:1-15; Hch 7:1-60; Hch 8:1-40; Hch 9:1-43; Hch 10:1-48; Hch 11:1-30; Hch 12:1-25; Hch 13:1-52; Hch 14:1-28; Hch 15:1-41 ciertos escenarios tales como Antioquía, Cesarea y Jerusalén. Pensaba que Lucas había recurrido a sus propios recuerdos para escribir Hch 16:1-40; Hch 17:1-34; Hch 18:1-28; Hch 19:1-41; Hch 20:1-38; Hch 21:1-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32; Hch 27:1-44; Hch 28:1-31. C. C. Torrey sugiere un lenguaje arameo original detrás de Hch 1:1-26; Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 6:1-15; Hch 7:1-60; Hch 8:1-40; Hch 9:1-43; Hch 10:1-48; Hch 11:1-30; Hch 12:1-25; Hch 13:1-52; Hch 14:1-28; Hch 15:1-41 por los muchos “semitismos” que se encuentran en el texto. Otros han observado que los datos se pueden corroborar comparándolos con la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento hebreo, que era la Biblia utilizada por la mayor parte de la iglesia primitiva.
Se han sugerido varias soluciones para los pasajes en primera persona del plural de Hch 16:1-40; Hch 17:1-34; Hch 18:1-28; Hch 19:1-41; Hch 20:1-38; Hch 21:1-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32; Hch 27:1-44; Hch 28:1-31. La posición tradicional, y la más factible, es que manifiestan la presencia de Lucas cuando tuvieron lugar los acontecimientos. Otras sugerencias indican el uso del diario personal de un compañero de Pablo como fuente para un escritor posterior. Algunos sugieren que el uso del ‘nosotros’ es simplemente un recurso editorial que no implica la presencia de un testigo ocular.
Aunque no fuera posible establecer la existencia de fuentes escritas para Hechos, Lucas tuvo acceso a las tradiciones locales de las comunidades creyentes, a los informes de testigos visuales y a recuerdos preciados que se trasmitían en las iglesias. Estas clases de recursos pueden explicar, por ejemplo, los detalles relacionados con la obra de Felipe el evangelista y las conversiones en la casa de Cornelio. Aunque hay una superposición de contenido entre las cartas de Pablo y Hechos, no existe indicación clara de que Lucas haya tenido acceso a las epístolas. Quizás las cartas de Pablo aún no se habían reunido y todavía se hallaban en las iglesias a las cuales estaban dirigidas. Es evidente que Lucas no tuvo acceso a ellas o no las consideró relevantes para su propósito al escribir Hechos: describir la extensión del evangelio hasta Roma.
La identidad del texto original de Hechos presenta un problema especial. Los testimonios iniciales del texto divergen entre sí más que los de cualquier otro libro del NT. El texto “occidental” difiere significativamente del “alejandrino”, y es casi 10% más extenso. El alejandrino se considera anterior y más confiable, y las traducciones modernas de la Biblia se basan en él en relación a Hechos. Ver Crítica Textual, Nuevo Testamento.
Como escritor, Lucas está entre los mejores del NT. Escribió con una clara intencionalidad como historiador y teólogo. Su evangelio seguía el nuevo género cuyo pionero había sido Marcos. Hechos también tiene mucho en común con el género de la monografía histórica helenística. Las narraciones de Hechos también tienen gran similitud con los relatos narrativos del AT de asuntos tales como el llamado de los profetas y las descripciones de tareas encomendadas. La manera de tratar el tema de las trayectorias de Pedro y de Pablo también se compara con las narraciones de la vida de Jesús en los Evangelios.
A Lucas se lo ha descrito como el escritor más “griego” del NT. Irónicamente, este gentil compuso el 27 % del NT. Escribió en un buen griego koiné literario y, a menudo, imitaba a los autores griegos clásicos. Las obras de Lucas también están empapadas en el AT. Un total de 90 % de su vocabulario se encuentra en la Septuaginta. Ver Griego (Idioma).
Uno de los rasgos más característicos de Hechos es la presencia de muchos discursos. Estos representan alrededor de un tercio del libro, alrededor de 300 de los aproximadamente 1000 versículos que lo componen. Hay 24 alocuciones en total, 8 de Pedro, 9 de Pablo y 7 de otras personas. Diez se pueden catalogar como discursos importantes: tres sermones misioneros de Pedro (Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 10:1-48), tres discursos misioneros de Pablo (Hch 13:1-52; Hch 17:1-34; Hch 20:1-38), tres defensas de Pablo (Hch 22:1-30; Hch 24:1-27; Hch 26:1-32) y el discurso de Esteban ante el Sanedrín (Hch 7:1-60). Los discursos de Hechos probablemente sean resúmenes, ejemplos de lo que se dijo, pero no registros completos. Si cada discurso se registrara en su totalidad, entonces sería mucho más largo. El estilo de Lucas se reconoce de manera uniforme a través de los discursos de los diferentes personajes, lo cual revela su trabajo al seleccionar el material resumido que escribiría en el libro. La absoluta variedad en el contenido y el argumento de los discursos sugiere que estos constituyen un registro confiable de lo que dijeron quienes los pronunciaron. Están rodeados de un inconfundible marco de autenticidad. Hechos nos permite acceder a las declaraciones de la iglesia primitiva.
Lucas utilizó otras formas de material. Al igual que en los Evangelios, usó relatos de los milagros. La diferencia es que Jesús, en los Evangelios, actuó en función de su propia autoridad, mientras que en los Hechos, los apóstoles proceden basándose en la autoridad de Jesús y jamás en la de ellos. Las narraciones relacionadas con los viajes se utilizan eficazmente y son diferentes de las descripciones de los viajes de Jesús que aparecen en Lucas. Con gran intencionalidad describen la expansión del evangelio de una región a otra en cada uno de los viajes misioneros paulinos. Gran parte del texto consiste en episodios breves que a veces se describen como historias edificantes. Hch 19:1-41 es un buen ejemplo. Este capítulo está dedicado a una serie de encuentros breves con diferentes personas y grupos. Lucas utilizó estas cortas viñetas para ilustrar el éxito de los emprendimientos misioneros de Pablo. Lucas también utiliza de manera eficaz los relatos breves para una variedad de propósitos. A diferencia de los episodios, los relatos generalizan, y dan una impresión amplia de las características principales de las primeras comunidades de creyentes.
La personalidad de Lucas se refleja en sus escritos. Era un narrador dotado que utilizaba el suspenso, la ironía y un talento especial para captar los detalles. Describía cuidadosamente los procedimientos náuticos, detallaba los diversos alojamientos y compartía acerca de las comidas. Lucas se interesaba mucho por los pobres y los necesitados, los oprimidos y los agobiados. Mostró la importancia de la mujer en el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia primitiva.
Aunque algunos opinan de otra manera, las obras de Lucas tienen mucho en común con otras obras de historiografía helenística. Ubicó cuidadosamente dentro del contexto histórico más amplio del Imperio Romano los acontecimientos acerca de los cuales escribió. Comunicó el significado de los sucesos que describió mediante selección, énfasis y análisis. Señaló de manera específica la forma en que los observadores romanos y las autoridades de distintas épocas reconocieron la legitimidad de la iglesia primitiva.
Sería justo denominar teólogo a Lucas. Observó la historia cristiana primitiva a través de los ojos de la fe y vio rasgos constantes de la providencia divina. Mantuvo su confiabilidad como historiador pero escribiendo desde dentro de la iglesia primitiva y no desde un punto de vista de objetividad total. Varios eruditos han hecho sugerencias acerca de las inquietudes teológicas lucanas. Hans Conzelmann observó que el interés principal de Lucas era la historia de la salvación. Ernst Käsemann percibió en Hechos la fuerte influencia de la iglesia institucional primitiva.
Dos observaciones acerca de la teología de Hechos son dignas de considerar. Primero, aunque el Evangelio de Lucas y Hechos están íntimamente relacionados, su teología se debe considerar en forma separada. Cada uno se sostiene sobre su propia base teológica. Segundo, la teología de Hechos se comunica principalmente en el movimiento narrativo mediante la repetición y el énfasis de temas recurrentes en esos relatos. Es una teología narrativa. La cristología de Hechos es mesiánica y altamente desarrollada, y se encuentra de manera principal en los discursos basados en el testimonio del AT dirigidos a oyentes judíos. Esta cristología mesiánica incluye la expiación por medio de la muerte de Cristo y la confirmación de Su condición mesiánica por la resurrección. La soteriología paulina resuena en todo el libro de Hechos, aunque no se presenta de manera sistemática.
Encontramos el propósito de Hechos en el primer volumen (el Evangelio de Lucas), en Luc 1:4 : “para que conozcas bien las verdades de las cosas en las cuales has sido instruido”. El autor logró este objetivo mediante una investigación cuidadosa y una presentación cronológica de los acontecimientos. Su audiencia inmediata era Teófilo, pero Lucas indudablemente esperaba que las obras se copiaran y circularan. Algunos han sugerido que Lucas escribió para contrarrestar alguna enseñanza falsa como el gnosticismo, pero es cuestionable.
Hechos se caracteriza por una multiplicidad de temas. Hch 1:8 declara el tema central de la extensión del evangelio desde Jerusalén a toda la tierra. Quizás el tema particular más poderoso de la teología de Hechos sea la misión de la iglesia bajo el control directo de la providencia de Dios. El papel del Espíritu Santo es parte del énfasis en la providencia divina. Gran parte del libro de los Hechos se ocupa de la tarea de testificarles a los judíos y de la posibilidad de que Israel fuera restaurada cuando la nación recibiera a su Mesías. Si bien Hechos da un cuadro del rechazo judío masivo del evangelio y su consecuente exclusión del pueblo de Dios, también presenta la otra cara: la inclusión de los gentiles en ese pueblo. No es una cuestión de exclusión de uno o de inclusión del otro. Es, más bien, la historia de la forma en que Dios guió a los judíos cristianos primitivos a la visión de un pueblo de Dios más incluyente, una iglesia que trascendía las barreras de la discriminación y el prejuicio humano.
El concepto del testimonio fiel une las dos mitades de Hechos. La última mitad del libro enfatiza la relación de los cristianos con las autoridades políticas romanas mediante dos patrones recurrentes. Primero, la nota constante de que Pablo era inocente de haber quebrantado las leyes romanas, y que los oficiales romanos reconocieron y confirmaron esta verdad. Segundo, los oficiales romanos intervinieron para librar a Pablo de los judíos que amenazaban con quitarle la vida. Pablo ejemplificó la manera en que los creyentes deben relacionarse con las autoridades y utilizó los derechos de su ciudadanía romana para el avance del evangelio hasta llegar finalmente ante el tribunal de César en Roma. Lucas, a través del ejemplo de Pablo, desarrolló una agenda política realista para sus lectores: no dar motivos para acusaciones en su contra, utilizar los derechos legales que uno posea, estar dispuesto a sufrir por la fe, y dar testimonio donde y cuando sea posible. Incluso Roma podía ser ganada para Cristo.
La historia de los Hechos tal vez pueda resumirse en una sola frase, “el triunfo del evangelio”. Es una historia triunfante de cómo la comunidad cristiana primitiva, en el poder del Espíritu, saturó al mundo con el mensaje de la salvación de Dios por medio de Jesucristo. No fue un sendero fácil. Hubo obstáculos internos y se desafiaron antiguas suposiciones. Fue necesario revisar opiniones y vencer prejuicios a medida que el Espíritu guiaba hacia un pueblo de Dios cada vez más incluyente.
Un peligro de dicho triunfo es la arrogancia de una desequilibrada “teología de la gloria”. Visto de manera correcta, aquí no hay lugar para la arrogancia sino solo para la humildad y la disposición ante la guía de Dios. No son los testigos los que triunfan, sino la Palabra, y solo cuando los testigos son siervos fieles del Señor Jesús. El libro de los Hechos es, en un sentido real, un libro de renovación, un llamado a la iglesia a volver a sus raíces, establecer un modelo para el discipulado fiel, testificar siguiendo los pasos del Maestro, y consagrarse de todo corazón al sacrificio y al sufrimiento. Nos habla aun en momentos de profundo desaliento, recordándonos la realidad de la mano soberana de Dios que lleva a cabo Su voluntad y propósito en nuestra vida, confirmándonos la certeza de la presencia de Su Espíritu en nuestro interior. Nos desafía a testificar fielmente sin importar lo que pueda cruzarse en nuestro camino.
Hechos se divide naturalmente en dos partes: la misión de la iglesia de Jerusalén (Hch 1:1-26; Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42; Hch 6:1-15; Hch 7:1-60; Hch 8:1-40; Hch 9:1-43; Hch 10:1-48; Hch 11:1-30; Hch 12:1-25) y la misión de Pablo (Hch 13:1-52; Hch 14:1-28; Hch 15:1-41; Hch 16:1-40; Hch 17:1-34; Hch 18:1-28; Hch 19:1-41; Hch 20:1-38; Hch 21:1-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32; Hch 27:1-44; Hch 28:1-31). Cada una se puede dividir en dos secciones principales. En la porción correspondiente a Jerusalén, Hch 1:1-26; Hch 2:1-47; Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42 trata acerca de la primera iglesia en ese lugar. Hch 6:1-15; Hch 7:1-60; Hch 8:1-40; Hch 9:1-43; Hch 10:1-48; Hch 11:1-30; Hch 12:1-25 se refiere a la extensión más allá de Jerusalén. En la mitad referida a Pablo, Hch 13:1-52; Hch 14:1-28; Hch 15:1-41; Hch 16:1-40; Hch 17:1-34; Hch 18:1-28; Hch 19:1-41; Hch 20:1-38; Hch 21:1-16 relata los tres viajes misioneros más importantes del apóstol. Hch 21:17-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32; Hch 27:1-44; Hch 28:1-31 se ocupa de la defensa que hizo Pablo de su ministerio.
Bosquejo
I. El Espíritu confiere poder a la iglesia para testificar (Hch 1:1-26; Hch 2:1-47)
A.  Prólogo literario (Hch 1:1-2)
B.  Instrucciones preparatorias para Pentecostés (Hch 1:3-5)
C.  Legado de Cristo: El llamado a testificar (Hch 1:6-8)
D. La ascensión de Cristo (Hch 1:9-11)
E. Preparación del aposento alto (Hch 1:12-14)
F. Restauración del círculo apostólico (Hch 1:15-26)
G.  Milagro en Pentecostés (Hch 2:1-13)
H. El sermón de Pedro en Pentecostés (Hch 2:14-41)
I. La vida en comunidad (Hch 2:42-47)
II. Los apóstoles testifican a los judíos en Jerusalén (Hch 3:1-26; Hch 4:1-37; Hch 5:1-42)
A.  Pedro sana al mendigo paralítico (Hch 3:1-11)
B.  Sermón de Pedro desde el Pórtico de Salomón (Hch 3:12-26)
C.  Pedro y Juan ante el Sanedrín (Hch 4:1-22)
D. La oración de la comunidad (Hch 4:23-31)
E. La vida en comunidad (Hch 4:32-37)
F. Una grave amenaza a la vida en común (Hch 5:1-11)
G.  Los milagros realizados por los apóstoles (Hch 5:12-16)
H. Todos los apóstoles ante el concilio (Hch 5:17-42)
III. El avance de los helenistas hacia un testimonio más amplio (Hch 6:1-15; Hch 7:1-60; Hch 8:1-40)
A.  Presentación de los siete (Hch 6:1-7)
B.  Arresto y juicio de Esteban (Hch 6:8-15; Hch 7:1)
C.  Discurso de Esteban ante el Sanedrín (Hch 7:2-53)
D. Martirio de Esteban (Hch 7:54-60; Hch 8:1 a)
E. Persecución y dispersión de los helenistas (Hch 8:1 b – Hch 8:2-3)
F. El testimonio de Felipe (Hch 8:4-40)
IV. Pedro se une a un testimonio más amplio (Hch 9:1-43; Hch 10:1-48; Hch 11:1-30; Hch 12:1-25)
A.  Nuevo testimonio de Pablo para Cristo (Hch 9:1-31)
B.  Testimonio de Pedro en las ciudades costeras (Hch 9:32-43)
C.  Testimonio de Pedro a un gentil piadoso (Hch 10:1-48; Hch 11:1-18)
D. Testimonio de Antioquía a los gentiles (Hch 11:19-30)
E. Nueva persecución en Jerusalén (Hch 12:1-25)
V. Pablo se dirige a los gentiles (Hch 13:1-52; Hch 14:1-28; Hch 15:1-35)
A.  Pablo y Bernabé son comisionados (Hch 13:1-3)
B.  Conversión de Sergio Paulo en Chipre (Hch 13:4-12)
C.  Discurso de Pablo ante la sinagoga en Antioquía de Pisidia (Hch 13:13-52)
D. Aceptación y rechazo en Iconio (Hch 14:1-7)
E. Predicación a los paganos en Listra (Hch 14:8-21 a)
F. El regreso de los misioneros a Antioquía (Hch 14:21 b – Hch 14:22-28)
G.  Debate en Jerusalén sobre la aceptación de los gentiles (Hch 15:1-35)
VI. Testimonio de Pablo al mundo griego (Hch 15:36-41; Hch 16:1-40; Hch 17:1-34; Hch 18:1-22)
A.  Separación entre Pablo y Bernabé (Hch 15:36-41)
B.  Nueva visita a Derbe, Listra e Iconio (Hch 16:1-5)
C.  Llamado a Macedonia (Hch 16:6-10)
D. Testimonio en Filipos (Hch 16:11-40)
E. Establecimiento de iglesias en Tesalónica y Berea (Hch 17:1-15)
F. Testimonio a los intelectuales atenienses (Hch 17:16-34)
G.  Una iglesia establecida en Corinto (Hch 18:1-17)
H. Regreso a Antioquía (Hch 18:18-22)
VII. Pablo enfrenta oposición de gentiles y judíos (Hch 18:23-28; Hch 19:1-41; Hch 20:1-38; Hch 21:1-16)
A.  Apolos en Éfeso (Hch 18:23-28)
B.  Testimonio de Pablo a los discípulos de Juan (Hch 19:1-7)
C.  Predicación de Pablo en Éfeso (Hch 19:8-12)
D. Enfrentamiento de Pablo con la religión falsa en Éfeso (Hch 19:13-20)
E. Determinación de Pablo de ir a Jerusalén (Hch 19:21-22)
F. Oposición de los artesanos de Éfeso (Hch 19:23-41)
G.  Viaje de Pablo a Jerusalén (Hch 20:1-38; Hch 21:1-16)
VIII. Testimonio de Pablo ante los gentiles, los reyes y el pueblo de Israel (Hch 21:17-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32)
A.  Testimonio de Pablo ante los judíos (Hch 21:17-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35)
B.  Testimonio de Pablo ante los gentiles y el rey judío (Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32)
IX. Testimonio de Pablo sin obstáculos a judíos y gentiles (Hch 27:1-44; Hch 28:1-31)
A.  Viaje de Pablo a Roma (Hch 27:1-44; Hch 28:1-16)
B.  Testimonio de Pablo en Roma (Hch 28:17-31)

John B. Polhill y Charles W. Draper