Significado de MINAS Y MINERÍA Según La Biblia | Concepto y Definición

MINAS Y MINERÍA Significado Bíblico

¿Qué Es MINAS Y MINERÍA En La Biblia?

Extracción de minerales de la tierra.
Las minas más antiguas
Las primeras actividades mineras en la Medialuna Fértil procuraban proporcionarle a la gente los materiales necesarios para fabricar armas y herramientas. Si bien los asentamientos amurallados más antiguos de la región datan de épocas previas al 6000 a.C., mucho tiempo antes ya se extraían materiales de las minas para fabricar herramientas. En fechas anteriores al 10.000 a.C., los pueblos empleaban utensilios y armas hechas del pedernal que se hallaba en la superficie de la tierra. Los pueblos de la antigüedad indudablemente extraían de las capas expuestas de obsidiana (una roca volcánica negra) y sílex (horsteno) el material necesario para fabricar hachas, cuchillos para matar animales y rascaderas para limpiar alimentos. Los utensilios de piedra se comenzaron a usar más cuando surgieron la domesticación de animales y el cultivo de trigo y cebada. Las hojas con bordes dentados de las hoces se obtenían del pedernal; varios trozos cortados de este material se sujetaban a un mango de hueso o madera. Las herramientas de piedra más grandes, como el hacha manual, eran apropiadas para cortar y moldear vigas de madera para las construcciones. Las piedras extraídas de la superficie se empleaban para fabricar armas para cazar. Hojas laminadas de todos los tamaños se empleaban como cuchillos. La gran cantidad de puntas de lanza detalladamente trabajadas que se hallaron junto a huesos de animales demuestra que los hombres de la edad neolítica que habitaban en Palestina dependían de la caza. Para teñir y coser cueros se empleaban rascaderas y punzones de pedernal.
Bronce
Las herramientas de cobre fueron inmediatamente remplazadas. Alrededor del 3200 a.C., los que trabajaban metales descubrieron que la combinación de nueve partes de cobre con una de estaño formaba un metal mucho más resistente: el bronce. Este se convirtió en el material más utilizado de la época debido a su mayor maleabilidad. El cobre para fabricar bronce se continuó extrayendo del mismo modo, aunque las herramientas de piedra para cavar fueron remplazadas por otras más resistentes fabricadas con bronce. Los depósitos de estaño en la Mesopotamia hicieron que el desarrollo de esta nueva tecnología fuera más sencillo en el extremo norte de la Medialuna Fértil, en tanto que Palestina y Egipto, debido a la falta de depósitos naturales y minas de estaño, se veían forzadas a importarlo. Las regiones correspondientes a la actual Afganistán exportaban estaño para todo el antiguo Cercano Oriente.
Aproximadamente en el 2500 a.C., los fenicios establecieron colonias en España y Portugal para explotar los vastos suministros locales de cobre y estaño. Las provisiones de este último procedentes de estos países y de otros lugares de Europa se continuaron transportando por barco a todo el antiguo Cercano Oriente hasta la época romana. En las minas de estaño romanas en Bretaña trabajaban esclavos y había pozos de aprox. 100 m (350 pies) de profundidad. Las minas de cobre de Timna, en Palestina, estuvieron bajo el dominio egipcio durante la Edad de Bronce tardía. Se han descubierto ruinas de un pequeño templo abierto dedicado a Hathor, la diosa patrona de los mineros. El recinto posee una pequeña área sagrada delimitada con matsevot, columnas dedicadas a la deidad. El sitio más importante del santuario, su “lugar santísimo”, lo constituía un altar central con nichos diminutos cavados en la parte saliente del precipicio donde estaba ubicado. El altar se hallaba totalmente oculto con una cubierta de lana. El diseño del templo del desierto es similar al tabernáculo israelita o a la tienda de reunión. Los ceneos y los madianitas ocuparon Timna antes del 1100 a.C., pero no se han identificado ruinas correspondientes al período comprendido entre el 1000 y el 900. No obstante, resulta difícil imaginar que Israel no haya explotado en el período de la monarquía unida estos valiosos depósitos que se encontraban dentro de su territorio, en especial durante el reinado de Salomón.
Cobre
El uso de minerales extraídos de la tierra comenzó cerca de Catal Huyuk en Asia Menor aprox. en el 6500 a.C. Es probable que los seres humanos hayan descubierto las propiedades de la fundición mientras fabricaban pigmentos a partir de malaquita triturada, un carbonato de cobre color verdoso. Esto dio comienzo a la era calcolítica que se extendió aprox. entre el 4500 y el 3200 a.C.
La Biblia hace referencia a Tubal-caín, un descendiente de Caín, como padre de las artesanías de cobre (bronce) y de hierro (Gén 4:22). Inicialmente, el primero se obtenía de depósitos ubicados en la superficie de la tierra. No obstante, poco tiempo después se comenzaron a cavar pozos y túneles en las zonas donde los depósitos superficiales indicaban que debajo había más cantidad de ese mineral. En el Arabá y el Sinaí se descubrieron asentamientos mineros. En las montañas y colinas del Valle de Timna se cavó una serie de pozos para llegar hasta los valiosos depósitos de cobre que se hallaban debajo de la superficie. Cerca de las minas se construyeron chozas, muros para detener el viento y áreas de fundición para llevar a cabo las actividades mineras. Es probable que las ruinas del centro minero de Khirbet en-Nahas, situado unos 27 km (17 millas) al sur del Mar Muerto, indiquen la ubicación de la Nahas bíblica, la “ciudad del cobre”. No obstante, en Palestina no había demasiado cobre. Gran parte de lo que se utilizaba se importaba de regiones donde había más concentración de este mineral. Se mantenían relaciones comerciales con asentamientos de Asia Menor, Armenia y la isla de Chipre. Las láminas y lingotes de cobre se trasladaban miles de kilómetros por mar y tierra para suplir el creciente requerimiento de herramientas, armas y joyas fabricadas con este material. Años más tarde, estos lingotes se emplearon como una especie de moneda rudimentaria. Antes del 3000 a.C., se descubrió que el cobre se podía mezclar con arsénico para obtener una aleación más resistente. Las herramientas de cobre duraban más que las de piedra y podían resistir un uso más intenso. Los hombres continuaron excavando vetas de minerales siguiendo el rastro de los depósitos y haciendo túneles de aprox. 45 m (50 yardas) de largo en la ladera de un monte. El amplio uso del cobre en el antiguo Cercano Oriente se puso de manifiesto con el descubrimiento de la magnífica reserva de este metal en Nahal Mishmar cerca del Mar Muerto. Entre los más de 400 artefactos de cobre había numerosas cabezas de mazas, cinceles, azuelas, cetros y “coronas” pequeñas y pesadas. Lo más probable es que el cobre de Nahal Mishmar se importara de Armenia o Azerbaiyán, sitios ubicados a cientos de kilómetros de distancia.
Hierro
El caos político posterior al 1300 a.C. interrumpió las rutas mercantiles y las prácticas comerciales del antiguo Cercano Oriente. El suministro de cobre se redujo y Egipto y Palestina interrumpieron la importación de estaño y cobre, lo que forzó a los trabajadores del metal a desarrollar un método nuevo para fabricar herramientas. La atención se volcó hacia el hierro. Si bien el descubrimiento en Egipto de pequeños glóbulos minerales demuestra que ya alrededor del 4000 a.C. se empleaban rocas meteóricas para fundir el hierro, el punto de fundición mucho más elevado de este material (200º C [400º F] más que para el cobre) demandó el desarrollo de nuevas técnicas. El calor necesario era tan intenso que la Biblia compara la esclavitud de Israel en Egipto con el horno de un herrero (Deu 4:20). Se crearon aventadores más eficientes para producir las altas temperaturas necesarias para derretir el mineral de hierro. Dado que los depósitos de este metal yacían cerca de la superficie, resultaba mucho más fácil extraerlo que al cobre.
Los heteos (hititas) estuvieron entre los primeros pueblos antiguos en utilizar el hierro en gran escala. Comercializaban herramientas y armas con Egipto. No obstante, durante la mayor parte del tiempo mantuvieron el monopolio de este metal, que recién comenzó a usarse de manera más amplia después de la caída del reino hitita aprox. en el 1200 a.C. Aun así, Israel lo utilizó muy poco. La Biblia describe Canaán como una tierra “cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre” (Deu 8:9). El suministro de estos materiales era bastante escaso. Es probable que las minas situadas en Galaad cerca de ’Ajlun en Magharat Warda hayan constituido uno de los yacimientos de hierro más antiguos de Palestina. Tal vez la cama de hierro del rey Og de Basán se haya hecho con material proveniente de ese lugar.
La Biblia señala que en Palestina, los filisteos ejercían el control de las tareas realizadas con hierro (1Sa 13:19-22), razón por la cual los israelitas no podían conquistar los asentamientos filisteos en la llanura costera y la Sefela. El dominio que estos “pueblos del mar” ejercían sobre la tecnología del hierro da muestras del desarrollo y uso temprano de este metal en la región del Egeo, lugar de morada de los filisteos. En Bet-semes, fortaleza filistea ubicada en el Valle del Jordán, se descubrió una extensa zona industrial con instalaciones para trabajar bronce y hierro. Los hornos de fundición y los conductos para circulación del calor son prueba del trabajo que se realizaba con los metales. También se hallaron grandes cantidades de armas y joyas de hierro. Sin embargo, las excavaciones realizadas en otras ciudades filisteas como Asdod y Tel Qasile (cerca de la actual Tel Aviv) no reflejan que el hierro se usara en gran escala. Si bien es probable que los filisteos hayan controlado en cierta medida el uso del hierro, no ejercían el monopolio pleno. La mayor parte de las herramientas palestinas continuaron siendo de bronce. Herramientas comunes como las hoces se siguieron fabricando de pedernal, incluso después del 1000 a.C. Carros, puntas de lanza, cuchillos, espadas y otras herramientas de uso común como hoces y arados, todos de hierro, se popularizaron después del 900 a.C., momento en que remplazaron a sus antecesores de bronce. Durante la época de la monarquía unida, Israel fue incrementando el control de las exportaciones de bronce y metales en todo el antiguo Cercano Oriente, lo cual proporcionó inmensas riquezas en los reinados de David y Salomón. Este desencadenó una virtual guerra comercial entre Israel y los arameos que habitaban al norte.
Otros minerales
En el antiguo Cercano Oriente también se extraían otros minerales, pero estos eran más difíciles de obtener y manipular. El lapislázuli, piedra color azul oscuro, se extraía debido a su belleza y se empleaba para fabricar joyas. La loza fina egipcia constituyó un intento de producir lapislázuli sintético. El plomo ya se extraía en el 3000 a.C., pero su poca resistencia lo hacía inadecuado para fabricar herramientas o joyas. Más tarde se lo adicionó al bronce y, durante el período romano, se utilizó para elaborar vidrio. La plata se extrajo por primera vez en el noreste de Asia Menor de una aleación con plomo. También se extraía electro, plata mezclada con pequeñas cantidades de oro. El oro puro se encuentra en vetas de granito. No obstante, en los períodos más antiguos no se explotaba. Más bien, el desgaste de las rocas que contenían oro hacía que trozos de este material del tamaño de una arveja o un poco más grande aparecieran en arroyos y ríos mezclados con grava aluvial. El oro comenzó a extraerse mucho después debido a que se hallaba en zonas más aisladas correspondientes en su mayoría a las porciones superiores de los ríos en regiones como Egipto, el Desierto de Nubia y el Cáucaso. Las minas de oro recién comenzaron a explotarse aprox. en el 2500 a.C. dado que el nacimiento de los ríos y las corrientes solían encontrarse en lugares menos accesibles o inapropiados para el pastoreo de rebaños. En pinturas egipcias se observa cómo se lavaba la arena de los ríos para extraer pepitas, y autores como Strabo y Plinio el Viejo (60 d.C.) en épocas posteriores hablaron sobre los ricos depósitos de oro en España. La rareza del oro lo convirtió en sinónimo de riqueza y lujo extravagante. La descripción que el apóstol Juan hace del cielo como ciudad con paredes y calles de oro le proporciona al creyente un atisbo de la grandeza y gloria de la eternidad junto a Dios. Ver Minerales y metales.

David C. Maltsberger