Significado de ROLLOS DEL MAR MUERTO Según La Biblia | Concepto y Definición

ROLLOS DEL MAR MUERTO Significado Bíblico

¿Qué Es ROLLOS DEL MAR MUERTO En La Biblia?

Gran colección de manuscritos bíblicos, extrabíblicos y fragmentos descubiertos en cuevas y construcciones cerca de la costa occidental del Mar Muerto. En 2001 se celebró la finalización de la publicación oficial de los rollos (Descubrimientos en el Desierto de Judea).
El descubrimiento y la excavación
El descubrimiento comenzó en el invierno boreal de 1946-47 cuando dos jóvenes beduinos que pastoreaban ovejas y cabras descubrieron en una cueva varias vasijas grandes que contenían elementos de cuero envueltos en lino. Estos materiales fueron luego vendidos a un comerciante de reliquias y antigüedades de Belén, quien luego buscó compradores para los rollos. Dos juegos de rollos fueron vendidos al arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Siria de Jerusalén y a Eleazar Sukenik, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
La autenticidad fue proporcionada inicialmente por el profesor Sukenik, por John Trever, director a cargo de las Escuelas Americanas de Investigación Oriental de Jerusalén, y por el conocido erudito norteamericano William F. Albright.
Se contrataron dos arqueólogos para que efectuaran una exploración sistemática de la región de las cuevas, situadas aprox. a 12 km (8 millas) al sur de Jericó: el doctor G. L. Harding, director del Departamento de Antigüedades de Amman, y Fray Roland de Vaux de la Escuela Bíblica de Jerusalén Oriental. En su exploración no encontraron cuevas adicionales pero examinaron los restos superficiales de algunas ruinas conocidas por los árabes como Khirbet Qumrán, que recibe su nombre del cercano Wadi Qumrán. Designaron a Fray De Vaux para realizar una excavación sistemática de las ruinas de Khirbet Qumrán, mientras los beduinos continuaron buscando secretamente más rollos en las cuevas aledañas.
La excavación comenzó en la primavera boreal de 1952, dos meses después de que los beduinos descubrieran la Cueva 2 cerca de la primera, y De Vaux pronto se dio cuenta de la conexión entre los rollos de la Cueva 1 y las ruinas de Khirbet Qumrán. Durante la primera etapa de la excavación se exploraron muchas cuevas y entre ellas cuatro cuevas adicionales que contenían rollos. Algunas fueron encontradas por el equipo de excavación y otras por los beduinos locales. En la Cueva 4 los beduinos descubrieron el escondite más rico de material escrito, con más de 8000 fragmentos que representan más de 200 documentos. En 1955-56 se encontraron cinco cuevas más que contenían manuscritos y fragmentos. En el lado israelí del límite de Cisjordania, Yigael Yadin encabezó un equipo de exploradores a los precipicios profundos de los vados cerca de En-gadi, incluyendo Mishmar, Muraba’at, Hever y Zeelim. Se encontraron rollos y papiros que datan de la segunda rebelión judía de Bar Kochba (132–135 d.C.), junto con monedas de diversas fechas que van desde el 40 a.C. hasta el 135 d.C. En la excavación de la fortaleza herodiana y zelote de Masada en 1964–65, el equipo de Yigael Yadin descubrió varios fragmentos de manuscritos bíblicos y extrabíblicos.
Las excavaciones de Qumrán aportaron restos que datan de finales del Reino de Judá, que tal vez correspondan a una de las torres construidas por Uzías en el desierto (2Cr 6:10). Una torre grande con depósitos, dos hornos de alfarería y un edificio de dos pisos en el interior del sitio se consideraron como el Scriptorium. Los restos excavados del “scriptorium” incluyeron dos tinteros y secciones de mesas largas semejantes a bancos sobre las que se cree que los escribas de Qumrán cosían las piezas de pergamino de piel de oveja y producían copias de diversos documentos. El sitio fue destruido dramáticamente por el fuego y un terremoto entre los años 40 y 31 a.C.
Contenido de los Rollos
Los rollos se dividen en documentos bíblicos y sectarios, incluyendo un número de comentarios sobre libros de la Biblia. Los textos apócrifos y pseudoepigráficos abundan en la colección, que también contiene numerosos textos escritos por la comunidad que ponen de manifiesto sus doctrinas y prácticas. Los siete manuscritos originales de la Cueva 1 incluían una gran mezcla de documentos. El arzobispo sirio compró
1QIsa, un rollo completo de Isa 1:1-31
QpHab, un comentario de Hab 1:1-17; Hab 2:1-20 (p= pesher, una especie de interpretación por iluminación divina);
1QGenApoc, una versión apócrifa del Génesis, y
1QS, el Seder (precepto) de la Comunidad que consistía en doctrinas y reglas que regían al grupo sectario. Este último documento también contenía una porción identificada como
1QSa, a la que se alude a veces como el “Reinado Mesiánico”. Estos cuatro rollos finalmente fueron vendidos al israelí Yigael Yadin a través de un intermediario por unos 250.000 dólares. El profesor Sukenik compró tres rollos identificados como
1QIsb, que contenía una porción importante de Isaías, el 1QM (M = Hb. Mil’ hamah, “guerra”), conocido como el “Rollo de la Guerra”, y el 1QH (H = Hb. hodayot, “acción de gracias”) que contenía numerosos salmos y cánticos compuestos por líderes y miembros de la secta.
Los 39 libros de la Biblia hebrea están representados al menos en fragmentos, con excepción de Ester y posiblemente Nehemías. El libro de Ester está representado en una versión aramea parafraseada (seis fragmentos). Si Nehemías estaba combinado con Esdras en esa época, como muchos eruditos creen, entonces podemos decir que está representado, ya que hay una porción de Esdras en la recopilación. De algunos libros bíblicos, tales como Crónicas, se encontraron solamente algunos versículos en un fragmento pequeño, mientras que otros como Isaías se encuentran completos en múltiples copias (21). El mayor número de manuscritos bíblicos corresponde al Pentateuco, Isaías y Salmos (36). Algunos de los textos bíblicos se encuentran en la forma y el lenguaje griegos de la Septuaginta, y un número de textos, principalmente del Pentateuco, fueron escritos en la escritura paleo-hebrea usada por los israelitas antes del cautiverio babilónico. A través de un análisis paleográfico de la formación de caracteres hebreos, algunos manuscritos bíblicos se han fechado como del siglo III a.C., lo que sugiere que los fundadores originales de la secta de Qumrán llevaron copias de los libros bíblicos que ya tenían casi 100 años de antigüedad.
Los documentos sectarios se dividen en cinco categorías:
(1) Reglas y Halaká,
(2) Himnos, Liturgias y Sabiduría,
(3) Interpretación y Paráfrasis de la Biblia,
(4) Apócrifos y Pseudoepígraficos, y
(5) Textos Astronómicos y Calendarios. Algunos eran conocidos por medio de fuentes judías y cristianas anteriores; sin embargo, muchos eran desconocidos antes de los descubrimientos. El Documento de Damasco, que describe temas relacionados con la fundación de la secta así como materias doctrinales y prácticas, fue encontrado primeramente entre los manuscritos descubiertos en excavaciones de una sinagoga judeo-caraíta en El Cairo, Egipto, en 1890. La popularidad que algunos documentos tenían entre los miembros de la secta tal vez se refleje en la cantidad de manuscritos encontrados. Por ejemplo, Jubileos está representado por 15 copias encontradas en las cuevas 1, 2, 3, 4, y 11. Entre los rollos se identificaron doce manuscritos del Documento de Damasco y otros doce de la Regla de la Comunidad. Se encontraron siete copias de 1 Enoc en la cueva 4, y de allí también provinieron seis manuscritos de la carta Halakhic (4QMMT), que postula ciertas creencias y prácticas rituales que los miembros de Qumrán mantenían en contraposición con el círculo sacerdotal establecido en Jerusalén. Este documento pudo haber servido como tratado fundacional de la creación del grupo por parte de un líder conocido como el Maestro Justo. Se identificaron nueve copias del Rollo de la Guerra, que describe la preparación para la batalla y una secuencia de conflictos en los 50 años de luchas escatológicas hasta el establecimiento del reino mesiánico.
La hermenéutica de Qumrán fue regida por el principio de pesher, por el cual se creía que el Maestro Justo estaba dotado por Dios con una iluminación especial para discernir los tiempos y las Escrituras, a fin de entender lo que Dios estaba haciendo en el tiempo de ira presente. Esta perspectiva es evidente en el pesher de Hab 2:1-2, “y Dios le dijo a Habacuc que escribiera lo que le sucedería a la última generación, pero no le dio a conocer cuándo sería el tiempo del fin […] Esto le preocupa al Maestro Justo a quien Dios dio a conocer todos los misterios de los profetas”. Por lo tanto, la escatología de Qumrán fue regida por el concepto que tenían de su lugar en el plan de Dios: ellos iban a lograr la concreción de aquellos planes durante ese tiempo.
Identidad sectaria
Desde la primera publicación de los rollos, la mayoría de los eruditos han notado los paralelos entre su contenido y la organización de la comunidad con los esenios, conocidos a través de los escritos de Josefo, Filón de Alejandría y Plinio, el Anciano. Otras sugerencias anteriores incluyen grupos conocidos tales como fariseos, saduceos, zelotes e incluso caraítas medievales. L. Schiffman ha continuado abogando por una identidad proto-saducea, aduciendo algunos de los rituales de purificación más estrictos descriptos en los rollos de Qumrán que tienen afinidad con los rituales saduceos conocidos más tarde y específicamente citados en la Mishná. Otros han sugerido la idea de que los rollos fueron depositados en cuevas por los escribas líderes de Jerusalén poco antes de la destrucción de la ciudad y el templo.
Los esenios de la literatura del siglo I d.C. eran una secta judía profundamente religiosa, ascética, comunitaria y pacífica, considerados por los escritores de su época como personas con una vida muy virtuosa y más amor el uno por el otro que cualquier otro grupo. En los documentos de Qumrán, los miembros de la secta nunca se referían a sí mismos por nombre sino por términos descriptivos tales como “el camino de la verdad”, “comunidad” (o “unidad”), “pobres”, “hombres de santidad”, o “guardadores del pacto”. Es de particular interés la identidad personal como “hijos de la luz” que en esa era estaban en una batalla espiritual escatológica contra los “hijos de las tinieblas” representados por las naciones gentiles y los desleales al pacto (judíos infieles). Entre los argumentos contra la hipótesis de los esenios están las diferencias entre las etapas iniciales para ingresar a las comunidades, la práctica de matrimonio en Qumrán a diferencia del celibato sugerido por los escritores sobre este grupo, y la ausencia del término “esenio” en los textos de Qumrán. A pesar de esto, la evidencia favorece a los esenios o posiblemente a un subgrupo de entre los miles de esenios que existían en la última mitad del siglo I d.C.
Vida comunitaria y teología
Al principio del Documento de Damasco, el escritor describe el escenario para la fundación de la comunidad como el “tiempo de la ira” que había continuado desde el cautiverio babilónico. En el siglo II a.C., un grupo de “hombres culpables” arrepentidos que buscaron el perdón y el favor de Dios, fueron bendecidos con un Maestro Justo quien guiaba a los fieles “en el camino de Su corazón”. Se les opuso un sacerdote infiel llamado “Burlador” que abandonó la enseñanza verdadera del pacto y finalmente los forzó a retirarse de Jerusalén hacia una localidad aislada con vista al Mar Muerto donde podrían prepararse para la venida del reino de Dios. Se denominaron “hijos del Sacerdote Sadoc”, interpretaron literalmente Isa 40:3 y buscaron “preparar el camino del Señor en el desierto”. La comunidad estaba guiada por un consejo integrado por sacerdotes y laicos dedicados al estudio y discusión de la Torá, y eran ejemplo de fidelidad en la enseñanza de las Escrituras según la interpretación del Maestro Justo. Los miembros de la secta debían invertir un tercio de su tiempo en el estudio de las Escrituras, con frecuencia en el contexto de un grupo de por lo menos diez hombres y la presencia de un sacerdote docto. Muchos otros miembros contribuían realizando tareas agrícolas y prácticas de granja, producción de alfarería, teñido de pieles para sandalias y pergaminos para escribir, preparación de comidas y otras necesidades diarias.
El ingreso a la secta consistía en un proceso de tres años durante el cual la persona era instruida y debía demostrar las doctrinas de la secta con su estilo de vida. Un examen anual analizaba el progreso del iniciado y de esa manera la persona podría gradualmente participar en las “cosas santas” de la comunidad, tales como lavamiento ritual, comidas comunitarias y actividades festivas. Al final del proceso, las pertenencias terrenales que habían sido registradas al ingresar se incorporaban a las posesiones de la comunidad.
Desde el principio a la persona se le enseñaba a discernir los caminos de la humanidad para determinar si eran del espíritu de la luz y la verdad o del espíritu de la oscuridad y el engaño: las dos categorías en que Dios agrupa a la humanidad. La teología de la secta consideraba a Dios como el creador de ambos espíritus, si bien “ama a uno eternamente y se deleita en sus obras para siempre pero aborrece el consejo del otro y odia para siempre sus caminos” (1QS IV.2-3). Los miembros de la secta compartían con los fariseos la creencia en la inmortalidad del alma, y también con los esenios según la descripción de Josefo (La Guerra de los Judíos II.154-55; Antigüedades Judías XVIII.i.2-6; 1QS IV; 1QH 3.19-23). Sin embargo, la Regla de la Comunidad (IV.10-11) sugiere que en la etapa final de la escatología (los últimos días), el fin del malvado y del espíritu del engaño será “la extinción vergonzosa en el fuego de las regiones de oscuridad. Todos sus hijos vivirán en lamento doloroso y en miseria amarga y en calamidades de la oscuridad hasta que sean destruidos sin que les quede remanente ni sobreviviente”.
Los Rollos del Mar Muerto y el texto del Antiguo Testamento
Antes del descubrimiento de estos rollos, los manuscritos más antiguos completos o casi completos del AT hebreo eran el Códice de Leningrado (1009 d.C.) y el Códice de Aleppo (930 d.C.). El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto ha extendido nuestro conocimiento del texto hebreo a 1000 años antes. La lección más importante es el cuidado con que los escribas judíos de aquella época preservaron la integridad del texto. Por otra parte, entre los manuscritos recuperados estaba la traducción textual primitiva que posteriormente se convirtió en el texto estándar, conocido como Texto Masorético (TM). Este descubrimiento demostró que los masoretas judíos no estaban creando un texto sino preservando fielmente una forma antigua del AT hebreo. Las condiciones del texto hebreo en Qumrán son un testimonio de que existían otras formas del texto hebreo en ese lugar. Las múltiples tradiciones de los escribas se pueden descifrar de algunos de los textos más antiguos en relación con la ortografía (la grafía; algunas más influidas por el arameo que otras), la paleografía (formación de las letras) y las lecturas textuales. Los fragmentos del manuscrito hebreo de Jeremías, 1 Samuel, Josué y otros sugieren que la Septuaginta Griega, traducida en Egipto en los siglos II y III a.C., se realizó a partir de un texto hebreo que difiere en algunos aspectos del texto luego estandarizado y preservado por los masoretas. También, otros textos hebreos de Qumrán concordaban con variantes conocidas a través del Pentateuco Samaritano (aprox. 150 a.C.). Los eruditos creen que la forma estándar del texto hebreo fue determinada alrededor del 100 d.C. Gracias a los descubrimientos de los Rollos del Mar Muerto, los eruditos están ahora en una posición mejor para identificar las mejores lecturas hebreas por medio de la disciplina de la crítica textual (que establece las palabras originales del texto). En resumen, el campo de la crítica textual del AT ha avanzado en su análisis y en la recuperación de las Escrituras hebreas.
Los Rollos del Mar Muerto y el cristianismo
Luego del descubrimiento del primero de los rollos, algunos eruditos presentaron la idea de que parte de la ideología del cristianismo inicial pudo haber tenido sus orígenes en la teología de Qumrán. Frases de identificación propia como “los llamados” (ekklesia), “el camino”, “los pobres”, “los elegidos” y “los santos” eran comunes a ambos grupos, como así también su identidad como comunidades mesiánicas. Ambos se aferraban a una teología del “nuevo pacto” y consideraban a sus fundadores y líderes como el cumplimiento de la promesa profética del AT. Ambos grupos sostenían que el liderazgo religioso de Jerusalén se había corrompido y necesitaba la intervención divina a fin de corregirlo. Las comidas comunitarias y el compartir los bienes en la iglesia primitiva fueron comparables a Qumrán, y ambos grupos practicaban una forma de bautismo ritual. Sin embargo, por semejantes que pudieran parecer los textos a partir de su lectura superficial, hay notables diferencias. La esencia que los distingue es la identidad personal, la enseñanza y la obra de Jesús de Nazaret. Los miembros de Qumrán posiblemente buscaban dos mesías, uno del linaje de Aarón (sacerdotal) y otro de la rama de David (de la realeza), mientras que para el cristianismo el Mesías ya había venido y cumplido con la ley y los profetas, y regresaría a buscar a los santos en el futuro escatológico.
En numerosos casos, el NT evidencia que los escritores bíblicos proclamaron la persona y la obra de Jesucristo tomando en cuenta una amplia gama de perspectivas teológicas judías, incluyendo las de Qumrán. M. Abegg ha sugerido que Pablo pudo haber escrito sobre conceptos relatados en el 4QMMT (carta Halakic) cuando se refirió a las “obras de la ley” en Gál 2:16. El hebreo equivalente de esta frase (ma ‘asey haTorah) se encuentra solo en este trabajo dentro de toda la literatura judía existente. El uso del apóstol Juan de las imágenes dualistas para referirse a los “hijos de la luz” y al “espíritu del engaño” tiene su paralelo más cercano en el marcado dualismo evidente en los Rollos del Mar Muerto.
Numerosos eruditos han examinado los paralelos entre Juan el Bautista y la vida de los miembros de la secta de Qumrán. Dichos paralelos incluyen la forma general de vida ascética, la dieta magra compuesta por langostas y miel silvestre (ambas enumeradas en los suplementos alimenticios de Qumrán), el contexto y el linaje sacerdotal, aunque al mismo tiempo hubiera fuertes confrontaciones con el liderazgo religioso de Jerusalén, la proximidad relativa de la actividad de Juan el Bautista a la ubicación de Qumrán y, finalmente, el papel mesiánico como cumplimiento de Isa 40:3. Aunque la evidencia es en gran parte circunstancial, algunos puntos pueden ser válidos. Si Juan el Bautista había tenido algún contacto con la secta, en el momento de su ministerio público ya se había diferenciado de la enseñanza de la comunidad y percibía de una manera nueva la misión que Dios le había encomendado en la preparación del advenimiento del Mesías Jesús.

R. Dennis Cole y E. Ray Clendenen