Significado de ROPA Según La Biblia | Concepto y Definición

ROPA Significado Bíblico

¿Qué Es ROPA En La Biblia?

Las fuentes bíblicas y arqueológicas concuerdan en que los recursos más antiguos para ropa eran los cueros de animales salvajes (Gén 3:21). No obstante, la Biblia incluye cierta información acerca del proceso de manufacturación de ropa a partir de fibras vegetales. Los desarrollos tecnológicos preceden a la historia bíblica.
Recursos naturales
La producción de ropa en el antiguo Cercano Oriente data del período neolítico; las fibras naturales de lino se hilaban y entretejían para hacer telas de ese material. Las culturas nómadas seguían teniendo preferencia por los cueros de animales, a algunos de los cuales les dejaban pequeñas cantidades de piel. Las crecientes culturas urbanas sedentarias preferían las telas hechas con fibras vegetales, como el lino o algodón, y de fibras animales como la lana, el pelo de cabra, la seda y el uso limitado de otros animales salvajes.
El lino silvestre era originario de las regiones de Palestina y el Cáucaso. Las plantas cultivadas se llevaron desde un principio a Egipto, donde crecieron en abundancia y se utilizaron para producir lino fino (Gén 41:42) para las vestiduras delicadas y las velas de embarcaciones (Eze 27:7). El lino de Siria se consideraba más fino que el egipcio. La importancia de la producción de lino en Palestina se refleja en el calendario de Gezer. Las telas de calidad se fabricaban a partir de plantas que crecían en Galilea y el Valle del Jordán. El tallo del lino también se usaba para hacer canastos resistentes.
El algodón, que parece haberse originado en la región del Valle del Indo, crecía en árboles pequeños. El árbol de algodón se introdujo en Asiria en la Edad de Hierro, pero el clima del sur de la Mesopotamia era más apropiado para el cultivo de granos. El algodón necesita un clima cálido y húmedo para que crezca y se procese con buena calidad, por lo tanto, no se producía tan ampliamente en Palestina. Sin embargo, los líderes desde Egipto hasta Babilonia lo apreciaban muchísimo debido a su color brillante y características delicadas y al mismo tiempo durables. La producción y el uso se incrementaron en gran manera durante el período helenista.
La lana era la materia prima utilizada más comúnmente entre los pueblos semíticos para el fieltro (pañolenci) y otras telas. En la época de los patriarcas el hilado de lana estaba lo suficientemente avanzado como para no merecer descripciones en la Biblia. Los tonos naturales de la lana iban desde el blanco al amarillo y al gris. Esto daba lugar a la posibilidad de múltiples colores en conjunto con tinturas naturales. El desarrollo de las tijeras metálicas para esquilar durante la Edad de Hierro facilitó en gran manera la remoción de la lana y el pelo. Al principio la lana se arrancaba a mano y posteriormente con un cepillo dentado. Las telas de lana estaban bastante de moda entre los sumerios, quienes hablaron ampliamente sobre los aspectos de la producción lanera.
Otros recursos incluían la seda, el cáñamo, el pelo de camello y el pelo de cabra. La seda se importaba de China y se extendió primero a la Mesopotamia y finalmente a las islas del Mediterráneo donde se criaba la mariposa nocturna. Generalmente se reservaba para la realeza y los adinerados. El cáñamo y el pelo producían vestimentas rústicas cuando se utilizaban solas pero, si se las usaba con lana, daban como resultado ropas resistentes.
El lavador tomaba la lana recién esquilada o el lino, y a veces el lino tejido, y preparaba los productos que se iban a utilizar en las vestimentas. El aceite, la suciedad u otros residuos se quitaban primero lavando la tela en un líquido de base alcalina que se hacía con cenizas, limo, etc., y luego se enjuagaba varias veces en agua limpia. A veces se apisonaba o se golpeaba contra las rocas durante la etapa del enjuague. Por último, y antes de utilizarlas, la tela se dejaba al sol para que se secara, se blanqueara y se encogiera (Isa 7:3). La justicia de Dios se compara con el jabón de lavar del lavador (Mal 3:2). En la transfiguración de Jesús (Mar 9:3) se dice que Sus vestidos se volvieron más blancos que con la mejor obra de un lavador.
Tejido
Las fuentes bíblicas indican que las materias primas se hilaban y tejían formando trozos de tela de unos 2 m (6 pies) de ancho y con un largo apropiado a las necesidades (Éxo 26:1-2; Éxo 26:7-8). Los murales egipcios indican que sus telares eran grandes y tecnológicamente avanzados. Se emplearon tres clases de telares durante los tiempos bíblicos: el vertical egipcio, el vertical griego y el horizontal. En las tumbas egipcias se han hallado modelos de telares horizontales. El vertical griego se utilizó originariamente en la producción de lana. Los verticales primitivos de urdimbre y con pesas que utilizaban contrapesos de arcilla moldeados manualmente se destacaron en Israel durante el período de Hierro II. En numerosos sitios del AT se han excavado pesas de telares del tamaño de un balón de béisbol. Estos telares consistían en dos piezas verticales, una viga horizontal y una urdimbre que se extendía entre la viga y una serie de pesas. Las vasijas pintadas griegas también muestran excelentes ejemplos de esta clase.
En la construcción del tabernáculo, las mujeres talentosas hilaban lana con las manos e inclusive entretejían hilos de oro en la tela (Éxo 35:25; Éxo 39:3). En Egipto y en Mesopotamia se desarrollaron mejor las ruecas. El libro de Proverbios describe a una mujer que dedica mucho tiempo a hilar y tejer telas (Pro 31:13-24).
Tinturas y colores
Los egipcios previos a las dinastías (alrededor del 3000 a.C.) habían comenzado a dominar el arte de teñir telas. Los rojos, los púrpuras y los azules (índigo) eran las tinturas naturales conocidas en las regiones mediterráneas y africanas. Provenían de la vida marina, de las plantas y de los insectos. Las tonalidades naturales de las diferentes razas de animales daban variedad a los colores de las telas (pelo de cabra marrón y negro; lana blanca, gris y amarilla). Las tinturas naturales disponibles y los tonos naturales diferentes ofrecían un amplio espectro de posibilidades de colores. La mezcla de tinturas y telas podía producir como resultado colores como el verde, el anaranjado, el café, el amarillo, el negro y el rosa, cada uno con diversas tonalidades. Según el geógrafo e historiador griego Estrabón, a lo largo de la historia antigua, el púrpura natural de Tiro se consideró el color más hermoso.
Los que podían afrontar el gasto preferían las vestiduras más coloridas. Las descripciones bíblicas indican que las telas teñidas generalmente se reservaban para vestimentas y ocasiones especiales. En Éxo 26:1, el azul, el púrpura y el carmesí se enumeran como los tonos de las prendas del tabernáculo. El celo por el favoritismo al recibir una túnica de colores brillantes se refleja en el conflicto de José con sus hermanos (Gén 37:3-4).
Estilos de ropa
Las Escrituras solo dan descripciones generales de las vestimentas en los tiempos bíblicos. Los monumentos egipcios, asirios, romanos y heteos proporcionan amplia evidencia pictórica de la ropa en el mundo antiguo. La necesidad de ropa tiene su origen en la vergüenza que experimentaron Adán y Eva en el huerto a causa de su desnudez (Gén 3:7-8). La provisión de Dios para con su pueblo se refleja en las vestiduras de piel de animal que proporcionó en respuesta a la necesidad humana.
Los varones y las mujeres llevaban túnicas hechas de lino o lana que colgaban desde el cuello hasta las rodillas o los tobillos. La Tabla de Beni Hasan de la tumba de Khumhotep de Egipto describe la práctica semita de llevar túnicas con diversos diseños y colores.
Los hombres llevaban cintos o cinturones de lino (Jer 13:1) o de cuero (2Re 1:8) que se usaban a fin de ceñir la túnica para viajar. A la noche o durante el descanso se podían aflojar para estar más cómodos. Los sacerdotes tenían que cubrirse las caderas y los muslos (Éxo 28:42) con calzoncillos con el objeto de cubrir bien todo su cuerpo cuando prestaban servicio ante Jehová.
El manto era una vestimenta exterior para cubrirse durante la noche y, en consecuencia, no se debía prestar (Deu 24:13). Este vestido era el que generalmente utilizaban los extranjeros (Deu 10:18; Rut 3:3). En Jua 19:2, los soldados romanos envolvieron a Jesús en su manto mientras lo azotaban. Es probable que la túnica de Jesús haya sido la ropa sobre la cual los soldados romanos echaron suerte durante la crucifixión (Jua 19:23). La realeza, los profetas y los ricos llevaban túnicas exteriores sin mangas de tela azul o púrpura (1Sa 18:4; Esd 9:3; Luc 15:22). Los reyes, los profetas y otras personas destacadas llevaban mantos de diversas clases. En momentos de tristeza o angustia se podían rasgar estas vestiduras (Job 1:20). El efod era otra clase de vestimenta exterior que consistía generalmente en una túnica blanca especial (1Sa 2:18).
Las mujeres asimismo llevaban vestimentas interiores y exteriores, pero las diferencias de aspecto tienen que haber sido notorias ya que estaba estrictamente prohibido llevar ropas del sexo opuesto (Deu 22:5). La ropa interior era una indumentaria floja y abolsada (Pro 31:24), y las túnicas exteriores eran más sueltas. La mujer también llevaba en la cabeza un pañuelo de tela de colores brillantes y estampadas que se podía utilizar como sostén enrollado para acarrear cosas (Isa 3:22), como velo (Gén 24:65; Cnt 5:7) o como un vestido colgante que la protegía del sol. Una cola o velo adornaba a las mujeres de estatus social elevado (Isa 47:2).
Las vestimentas festivas tanto para hombres como para mujeres generalmente estaban hechas de tela blanca muy costosa, adornadas con envolturas exteriores coloridas y túnicas para la cabeza. Los atuendos festivos también se adornaban con oro, plata o joyas (2Sa 1:24). Las vestiduras sacerdotales asimismo estaban hechas del mejor lino fino al que se lo teñía de carmesí, azul y púrpura, y además tenían adornos de oro. Ver Lana; Lino; Seda.

R. Dennis Cole