¿Qué Significa SOBERANÍA En La Biblia Según El Diccionario Bíblico Online?
Dominio; dignidad del gobernante, rey, emperador u otra persona que ejerce o posee la autoridad suprema del poder público; fundamento del poder de una persona o grupo en los que se halla depositada la máxima autoridad de un Estado.En las Escrituras Hebreas aparece con frecuencia la palabra ?Adho-nái, y 285 veces la expresión ?Adho-nái Yehwíh. ?Adho-nái es una forma plural de ?a-dhóhn: “señor; amo”. Otra forma plural, ?adho-ním, puede aplicarse a hombres simplemente como pluralidad: “señores” o “amos”. Pero el término ?Adho-nái sin sufijo siempre se utiliza en las Escrituras con referencia a Dios, indicando el plural excelencia o majestad. Los traductores lo suelen traducir por “Señor”. Cuando acompaña al nombre de Dios (?Adho-nái Yehwíh), como, por ejemplo, en el Sal 73:28, la expresión se traduce “DIOS el Señor” (BAS), “Señor Dios” (DK, PIB), “Jehová el Señor” (Mod, Val), “Señor Jehovah” (Val, 1989), “??donay Yahveh” (CI), “Señor Yavé” (NC), “Yahweh Dios” (BR), “Señor Soberano Jehová” (NM). Aunque la Versión Valera de 1960 utiliza la palabra “soberano” en Job 31:28 y Eze 38:2; y Eze 39:1, no lo hace como traducción de ?Adho-nái.La palabra griega de-spó-t?s designa a la persona que posee la autoridad suprema o tiene la posesión absoluta y el poder sin control alguno. (Véase el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, de W. E. Vine, vol. 1, 1984, pág. 93; vol. 4, 1987, págs. 44, 73.) Se traduce “señor”, “amo” y “dueño”. Cuando se utiliza para dirigirse directamente a Dios, se traduce “Señor” (NC, CI y otras), “Soberano” (Besson), “Soberano Señor” (ENP, VHA) y “Señor Soberano” (NM) en Luc 2:29, Hch 4:24 y Apo 6:10. Otras versiones la traducen en este último texto “Soberano” (Mod, NBE, SA, Sd, VP), “Soberano Señor” (HAR; NVI; Val, 1989), “Dominador” (RH), “Dueño” (BJ, JT, NTI) y “(el) Amo” (AFEBE, CEBIHA, CJ).Por tanto, aunque los textos hebreos y griegos no tienen una palabra específica para “soberano”, las palabras ?Adho-nái y de-spó-t?s comunican esta idea cuando las Escrituras hacen referencia a Jehová Dios, indicando la excelencia de su señorío.La soberanía de Jehová. Jehová Dios es el Soberano del universo (“Señor del universo”; Luc 2:29, Sd) debido a que es el Creador y a su Divinidad y supremacía como el Omnipotente. (Gén 17:1; Éxo 6:3; Apo 16:14.) Es el Dueño de todas las cosas y la Fuente de toda autoridad y poder, el Gobernante Supremo de todos los gobiernos (Sal 24:1; Isa 40:21-23; Apo 4:11; Apo 11:15); de Él dijo el salmista: “Jehová mismo ha establecido firmemente su trono en los cielos mismos; y sobre toda cosa su propia gobernación real ha tenido la dominación”. (Sal 103:19; Sal 145:13.) Los discípulos de Jesús oraron dirigiéndose a Dios: “Señor Soberano, tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra”. (Hch 4:24, NM; véanse también CEBIHA; HAR; NTI; NVI; Val.) Para la nación de Israel, Dios mismo constituía los tres poderes del gobierno: el judicial, el legislativo y el ejecutivo. El profeta Isaías dijo: “Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestro Dador de Estatutos, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará”. (Isa 33:22.) Moisés da una notable descripción de Dios como Soberano en Deu 10:17.Por ser Jehová el Soberano, tiene el derecho y la autoridad de delegar responsabilidades gubernativas. Hizo a David rey de Israel, y aunque las Escrituras hablan del ‘reino de David’, este rey reconoció a Jehová como el Gran Gobernante Soberano al decir: “Tuya, oh Jehová, es la grandeza y el poderío y la hermosura y la excelencia y la dignidad; porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo. Tuyo es el reino, oh Jehová, Aquel que también te alzas como cabeza sobre todo”. (1Cr 29:11.)Gobernantes terrestres. Los gobernantes de las naciones ejercen su limitada gobernación por tolerancia o permiso del Señor Soberano Jehová. Los gobiernos políticos no reciben su autoridad de Dios, es decir, no desempeñan su cargo debido a que Dios les haya concedido autoridad o poder, como se muestra en Apo 13:1-2, donde se dice que la bestia salvaje de siete cabezas y diez cuernos consigue “su poder y su trono y gran autoridad” del dragón, Satanás el Diablo. (Apo 12:9; véase BESTIAS SIMBÓLICAS.)De modo que aunque Dios ha permitido que se sucedan los gobiernos humanos, uno de sus reyes poderosos tuvo que reconocer por experiencia propia: “Su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido, y su reino es para generación tras generación. Y a todos los habitantes de la tierra se está considerando como meramente nada, y él está haciendo conforme a su propia voluntad entre el ejército de los cielos y los habitantes de la tierra. Y no existe nadie que pueda detener su mano o que pueda decirle: ‘¿Qué estás haciendo?’”. (Dan 4:34-35.)Por ello, mientras Dios permita la existencia de los gobiernos humanos, aplicará la admonición del apóstol Pablo a los cristianos: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas”. Luego el apóstol explica que cuando estos gobiernos actúan para castigar al que hace el mal, la ‘autoridad superior’ o gobernante (aunque no sea un fiel adorador de Dios) actúa indirectamente como ministro de Dios en esta misión particular, al expresar ira sobre los malhechores. (Rom 13:1-6.)En cuanto a que estas autoridades están “colocadas por Dios en sus posiciones relativas”, las Escrituras indican que esto no significa que Dios haya constituido estos gobiernos ni que los apoye. Más bien, los ha utilizado para realizar su buen propósito en relación con su voluntad para sus siervos terrestres. Moisés dijo: “Cuando el Altísimo dio a las naciones una herencia, cuando separó a los hijos de Adán unos de otros, procedió a fijar el límite de los pueblos con consideración para el número de los hijos de Israel”. (Deu 32:8.)El hijo de Dios como Rey. Después de que se destronó al último rey que se sentó en el “trono de Jehová” en Jerusalén (1Cr 29:23), el profeta Daniel recibió una visión en la que contempló el nombramiento futuro del propio Hijo de Dios para ser Rey. La posición de Jehová sobresale claramente cuando Él, el Anciano de Días, concede la gobernación a su Hijo. El relato dice: “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. (Dan 7:13-14.) Cuando se compara este texto con Mat 26:63-64, no queda ninguna duda de que el “hijo del hombre” mencionado en la visión de Daniel es Jesucristo. Él obtiene acceso a la presencia de Jehová y recibe autoridad para gobernar. (Compárese con Sal 2:8-9; Mat 28:18.)Se desafía la soberanía de Jehová. La iniquidad ha existido durante la práctica totalidad de la existencia de la raza humana en la Tierra. La humanidad ha ido muriendo, y los pecados y las transgresiones contra Dios se han multiplicado. (Rom 5:12; Rom 5:15-16.) Como la Biblia indica que Dios dio al hombre un comienzo perfecto, han surgido las siguientes preguntas: ¿cómo empezaron el pecado, la imperfección y la iniquidad?, y ¿por qué ha permitido el Dios Todopoderoso que estas cosas continúen por siglos? Las respuestas tienen que ver con un desafío a la soberanía de Dios que planteó una cuestión suprema relacionada con la humanidad.Lo que Dios quiere de los que le sirven. Durante el transcurso de los siglos, Jehová Dios ha probado mediante sus palabras y acciones que es un Dios de amor y bondad inmerecida, que ejerce justicia y juicio perfectos, y que extiende misericordia a los que intentan servirle. (Éxo 34:6-7; Sal 89:14; véanse JUSTICIA; MISERICORDIA.) Ha expresado su bondad hasta a los desagradecidos e inicuos. (Mat 5:45; Luc 6:35; Rom 5:8.) Se deleita en el hecho de que su soberanía se administra con amor. (Jer 9:24.)Por ello desea que en su universo haya exclusivamente personas que le sirvan por amor a Él y a sus excelentes cualidades, que le amen primero a Él y después a su prójimo (Mat 22:37-39); que amen, deseen y antepongan Su soberanía a cualquier otra (Sal 84:10), y que, aunque puedan independizarse, escojan Su soberanía porque saben que Su gobernación es mucho más sabia, más justa y mejor que cualquier otra. (Isa 55:8-11; Jer 10:23; Rom 7:18.) Tales personas no sirven a Dios simplemente por temor a su omnipotencia ni por razones egoístas, sino por amor a Su justicia, derecho y sabiduría y debido a que conocen la grandeza y la bondad amorosa de Jehová. (Sal 97:10; Sal 119:104; Sal 119:128; Sal 119:163.) Exclaman junto con el apóstol Pablo: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos! Porque ‘¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién se ha hecho su consejero?’. O, ‘¿Quién le ha dado primero, para que tenga que pagársele?’. Porque procedentes de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén”. (Rom 11:33-36.)Tales personas llegan a conocer a Dios, y en realidad conocerle implica amarle y apegarse a su soberanía. El apóstol Juan escribe: “Todo el que permanece en unión con él no practica el pecado; nadie que practica el pecado lo ha visto ni ha llegado a conocerlo”. Y: “El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor”. (1Jn 3:6; 1Jn 4:8.) Jesús, quien conocía a su Padre mejor que ningún otro, dijo: “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie conoce plenamente al Hijo sino el Padre, ni conoce nadie plenamente al Padre sino el Hijo, y cualquiera a quien el Hijo quiera revelarlo”. (Mat 11:27.)No se cultivó amor y aprecio. Por consiguiente, el desafío a la soberanía de Jehová provino de una criatura que, aunque disfrutaba de los beneficios de Su soberanía, no apreciaba su conocimiento de Él ni lo había cultivado, y, por ello, no había profundizado su amor a Él. Era una criatura celestial de Dios, un ángel. Cuando se instaló en la Tierra a la primera pareja humana, Adán y Eva, este ángel vio una oportunidad de atacar la soberanía de Dios. Primero intentaría desviar a Eva de la sumisión a la soberanía de Dios, y luego a Adán, y lo logró. Su deseo era establecer una soberanía rival.Eva, la primera a la que se puso a prueba, no había cultivado aprecio a su Creador y Dios, y no aprovechó la oportunidad que tuvo de conocerlo. Escuchó la voz de una criatura inferior, en apariencia la serpiente, pero en realidad la voz de un ángel rebelde. La Biblia no dice que Eva se sorprendiera de oír hablar a la serpiente, pero sí dice que la serpiente era “la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho”. (Gén 3:1.) Nada se comenta en cuanto a que la serpiente primero comiera del fruto prohibido del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” y luego aparentase hacerse sabia y pudiera hablar. El ángel rebelde, valiéndose de la serpiente para que le hablase, le presentó a la mujer (según ella supuso) la oportunidad de hacerse independiente, “de ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”, y logró convencerla de que no moriría. (Gén 2:17; Gén 3:4-5; 2Co 11:3.)Adán, que tampoco demostró tener aprecio y amor a su Creador y Proveedor cuando se enfrentó a la rebelión en el seno de su propia familia, no apoyó lealmente a Dios y sucumbió ante la persuasión de Eva. Perdió la fe en Dios y en Su poder de proporcionarle a su siervo leal todo buen don. (Compárese con lo que Jehová le dijo a David después de su pecado con Bat-seba, en 2Sa 12:7-9.) Adán también dio la impresión de sentirse ofendido por la pregunta de Jehová sobre su mala acción, pues respondió: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio fruto del árbol y así es que comí”. (Gén 3:12.) Él no dio crédito a la mentira de la serpiente en cuanto a que no moriría, como sí había hecho Eva, pero tanto Adán como Eva emprendieron un derrotero de libre determinación, de rebelión contra Dios. (1Ti 2:14.)Adán no pudo decir: “Dios me somete a prueba”. Más bien, lo que sucedió estuvo en armonía con el principio: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte”. (Stg 1:13-15.) De modo que los tres rebeldes —el ángel, Eva y Adán— emplearon la facultad del libre albedrío que Dios les había dado para pasar de la perfección a un comportamiento pecaminoso deliberado. (Véanse PECADO; PERFECCIÓN.)El punto en cuestión. ¿Qué es lo que aquí se cuestionó? ¿A quién criticó y difamó este ángel que más tarde recibiría el nombre de Satanás el Diablo, cuyo desafío apoyó Adán mediante su acción rebelde? ¿Era el hecho de la supremacía de Jehová, la existencia de su soberanía? ¿Estaba la soberanía de Dios en peligro? No, pues Jehová tiene autoridad y poder supremos, y nadie, ni en el cielo ni en la Tierra, puede arrebatárselos. (Rom 9:19.) Por lo tanto, el desafío tiene que haber sido en cuanto a lo propio, merecido y justo de la soberanía de Dios, si ejercía su soberanía de una manera digna, justa y para los mejores intereses de sus súbditos, o no. Prueba de esto se halla en la manera de dirigirse a Eva: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. Con esas palabras la serpiente insinuó que tal cosa era inaceptable, que Dios era indebidamente restrictivo, que retenía algo que la pareja humana merecía legítimamente. (Gén 3:1.)
El Significado de la palabra SOBERANÍA en nuestro diccionario bíblico, fue minuciosamente consultado en diversas fuentes de diccionarios teológicos online y su significado o significados etimológicos publicados en su definición, contexto e historia bíblica.
En Devocionales Cristianos.org hemos estudiado, indagado y comparado el significado de SOBERANÍA para presentarle una definición clara y práctica, la cual puede ser usada en tu devocional, estudio bíblico, sermón, predica u oración.
Si quieres agregar algún comentario, sobre la definición o el significado bíblico de SOBERANÍA puedes dejarlo en la parte inferior del escrito.
SOBERANÍA En La Biblia – Significado de la Palabra y Su Historia Bíblica.