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Una mañana de abril de 1822, dos navíos de guerra británicos encargados de luchar contra la trata de esclavos detuvieron un barco negrero. En la cala estaban amontonados 187 cautivos flacos y hambrientos.

Desde hacía algunos meses Lea había cambiado de actitud. De vez en cuando la encontraba discutiendo en voz baja con uno u otro de sus colegas. En ocasión del nuevo año, le ofrecí un calendario bíblico, y ella me explicó qué era lo que tanto le interesaba. Ella iba a las clases de yoga de un profesor de origen hindú. Los ejercicios de yoga estaban acompañados por meditaciones que acaparaban sus pensamientos. Hasta se había hecho militante.

Algunos dicen: -Usted siempre asegura que basta creer para ser salvo. Discúlpeme, pero verdaderamente es demasiado sencillo. En realidad, creer es a la vez muy simple y muy difícil. Para un niño, ¿hay algo más fácil que apoyarse en el hombro de su madre? ¿O hay algo más natural que creer en la palabra de un amigo? Para alguien que se está ahogando, ¿es difícil aferrarse a la soga que le echan? Asimismo la fe es simple, casi espontánea y está al alcance de todos.

No te apoyes en tus capacidades... Apoyate en AQUEL que te las dio... El éxito que tu ves en el desenvolvimiento de tu labor, a pesar del poco tiempo que llevas en ella, se la debes a Dios... De igual forma, esa REALIZACIÓN PLENA que ahora estas comenzando a experimentar es a Dios quien se la debes... Por ejemplo...

Muy al norte del país de Israel, el Señor Jesús puso de manifiesto su poder y su gracia divina, que no conocen fronteras (Marcos 7:24). Una mujer extranjera acudió a él y se postró a sus pies con un inmenso dolor: su hija estaba poseída por un demonio. ¿Se ocuparía Jesús de alguien que no pertenecía a su pueblo? Sin dejar de indicar cuál era la posición privilegiada de los judíos, el Señor muestra que la gracia no tiene límites raciales o geográficos. Nada la detiene cuando la fe de alguien la deja obrar.

"Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo, a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impio; porque sobre mi echaron iniquidad, y con furor me persiguen. Mi corazón está dolorido dentro de mi, y terrores de muerte sobre mi han caido, temor y temblor vinieron sobre mi, y terror me ha cubierto. Y dije: Quien me diese a