Etiqueta: Devocionales Cristianos para mujeres

En una época en la que se habla tanto de comunicaciones es importante saber que el Dios de los cristianos es un Dios que habla. Creó el mundo por su palabra, y desde el primer día de la existencia del hombre, fue a hablarle en el huerto del Edén (Génesis 1 y 2). Pero Adán no quiso escuchar la voz de su Creador y, después de haber desobedecido, se escondió para no oírlo.

Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, y les dijo: «Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, si yo mando una plaga de lepra sobre alguna casa de la tierra de vuestra posesión, aquel a quien pertenezca la casa irá a dar aviso al sacerdote, y le dirá: "Algo como plaga ha aparecido en mi casa". »Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes de entrar a examinar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que esté en la casa.Después el sacerdote entrará a examinarla. »Examinará la plaga, y si se ven manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales son más profundas

Lectura: Nehemías 4:1-23. Llegaron hasta la mitad de altura, porque el pueblo tuvo animo para trabajar. – Neh 4:6. Que cosa extraña es el desánimo, es un estado en la mente que no lo podemos entender, y nos sobreviene en el momento menos esperado, pero la verdad que va a llegar aunque no lo esperemos. Así le aconteció al pueblo de Dios en el tiempo de la reconstrucción del templo con sus murallas después del cautiverio.

Por nada estéis afanosos,sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7.

Las promesas que Dios nos ha dejado en su palabra son para apropiárselas, no solo para leerlas, algunos dirán, ¡!!pero es que esas promesas fueron hechas hace muchos años y fueron para Israel!!! ¡Cuán equivocados están aquellos que hacen tal aseveración!, se nota claramente que ni tienen fe, ni creen a Dios y mucho menos en su palabra.

Es el lema de los bomberos de París. Lo llevan bordado en su uniforme. Da testimonio de querer salvar a las personas que están en peligro, aunque sea a costa de su propia vida: 300 bomberos lo ilustraron trágicamente el 11 de septiembre de 2001, en Nueva York.