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LA BENDICION DEL PADRE Visite aquella noche su casa invitado por un Pastor amigo. Todavía no sabía con lo me encontraría minutos después. Un evento que cambió mi manera de mirar y me ayudó a darme cuenta de cuanto bien nos haría en las familias si lo sucedido esa noche ocurriera en cada hogar de América.

CUIDANDO MI CUERPO “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios”. (1 Corintios 6:18-19)

Josué 7:20,21 INTRODUCCIÓN: (Transcribir Ec. 10:1) Hay cosas aparentemente insignificantes que llegan a tener una trascendencia insospechada. (Transcribir Josué 7: 21 subrayando: “pues vi”, “muy bueno”, y “codicié”) Todo comenzó con una mirada aparentemente insignificante. 1-EL COMIENZO DE UNA CADENA DE PECADOS. Josué 7:11 (Transcribir) Acán quebrantó el pacto de Dios con el pueblo. Traicionó la causa. (Transcribir Josué 6:19) Acán le robó a Dios. ¿Mira usted el diezmo con una mirada codiciosa? Mintió. Cometió hipocresía. ¿De qué manera mira usted a las personas o a las cosas?

Hoy pienso y reflexiono las veces que he mostrado un imagen mediocre y triste. Mi pequeña y escaza fe y mis grandes y abundantes problemas algunas veces me han llevado a preguntarme si detras de una no muy comoda providencia el Señor esconde un rostro no muy satisfecho conmigo. Miro las masivas fuerzas que me rodean, enfermedad, preocupación, accidentes, muerte y conflictos y entonces experimento una gran sencación de inferioridad. A menudo me siento acobardado, temeroso y angustiado. Sin embargo , cuando me siento así, el Señor me muestra la porción que tiene para mi. Hoy quiero ver esa porción . A ti te daré tierra de Canaán, porción de tu heredad.

Todos podemos encontrar dificultades en la educación de los hijos. A medida que crecen, algunos sacuden cada vez más los principios de educación enseñados en su familia. Por eso se dice: «Pequeños niños, pequeños problemas, grandes hijos, grandes problemas».

Hacía unas semanas que en mis visitas de rutina a la sucursal del Banco de América más cercana a mi casa no veía a Marylin; quien es una de las cajeras que con más frecuencia se encarga de atenderme. Pero en esta oportunidad la primera persona que mis ojos vieron al entrar al banco fue a Marylin y gracias a la Diocidencia pude escuchar su voz diciéndome:"Good morning Sergio, you are next". Inmediatamente, salió de su boca una cadena de preguntas la cuales me he familiarizado a escucharlas por varios años:"¿Cómo has estado? ¿Cómo está la iglesia? ¿Has viajado a algún lugar últimamente?"