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sábado, agosto 17, 2024
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    Ezequiel 37 - Biblia de nuestro Pueblo

    El valle de los huesos secos

    1. Los huesos y el espíritu Is 26,14-19 La mano del Señor se posó sobre mí y el Señor me llevó en espíritu, dejándome en un valle todo lleno de huesos.

    2. Me hizo pasarles revista: eran muchísimos los que había en la cuenca del valle; estaban resecos.

    3. Entonces me dijo: -Hijo de hombre, ¿podrán revivir esos huesos? Contesté: -Tú lo sabes, Señor.

    4. Me ordenó: -Profetiza así sobre esos huesos: Huesos secos, escuchen la Palabra del Señor.

    5. Esto dice el Señor a esos huesos: Yo les voy a infundir espíritu para que revivan.

    6. Les injertaré tendones, les haré crecer carne; tensaré sobre ustedes la piel y les infundiré espíritu para que revivan. Así sabrán que yo soy el Señor.

    7. Pronuncié la profecía que se me había mandado, y mientras lo pronunciaba, resonó un trueno, luego hubo un terremoto y los huesos se juntaron, hueso con hueso.

    8. Vi que habían prendido en ellos los tendones, que brotaba la carne y tenían la piel tensa; pero no había espíritu en ellos.

    9. Entonces me dijo: -Llama al espíritu, llama, Hijo de hombre, diciéndole al espíritu: Esto dice el Señor: Ven, espíritu, desde los cuatro vientos y sopla en estos cadáveres para que revivan.

    10. Pronuncié el llamado que se me había mandado. Penetró en ellos el espíritu, revivieron y se pusieron en pie: era una muchedumbre inmensa.

    11. Entonces me dijo: -Hijo de hombre, esos huesos son toda la casa de Israel. Ahí los tienes diciendo: Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza se ha desvanecido; estamos perdidos.

    12. Por eso profetiza diciéndoles: Esto dice el Señor: Yo voy a abrir sus sepulcros, los voy a sacar de sus sepulcros, pueblo mío, y los voy a llevar a la tierra de Israel.

    13. Sabrán que yo soy el Señor cuando abra sus sepulcros, cuando los saque de sus sepulcros, pueblo mío.

    14. Infundiré mi espíritu en ustedes para que revivan, los estableceré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo digo y lo hago -oráculo del Señor-.

    La reunión de Judá e Israel

    15. Las dos varas Is 11,10-16; Ez 34,23s Me dirigió la palabra el Señor:

    16. -Y tú, Hijo de hombre, agarra una vara y escribe en ella: Judá; agarra luego otra vara y escribe en ella: José.

    17. Júntalas la una con la otra de modo que formen una sola vara y queden unidas en tu mano.

    18. Y cuando la gente de tu pueblo te diga: Explícanos lo que quieres decir,

    19. respóndeles: Esto dice el Señor: Voy a tomar la vara de José y a juntarla con la vara de Judá, de modo que formen una sola vara y queden unidas en mi mano.

    20. Toma en la mano las varas escritas, y enseñándoselas, diles:

    21. Esto dice el Señor: Yo voy a recoger a los israelitas de las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar.

    22. Los haré un solo pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías.

    23. No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes. Los libraré de sus pecados y apostasías, los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

    24. Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra.

    25. Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sus padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos, y mi siervo David será su príncipe para siempre.

    26. Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los acrecentaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre;

    27. tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

    28. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre.