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sábado, julio 20, 2024
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    Isaías 34 - Biblia de nuestro Pueblo

    La ira de Jehová contra las naciones

    1. ESCATOLOGÍA DE ISAÍAS II Juicio 13,21s; 66,15-17; Jl 4,1-8; Sof 1,14-18 Acérquense, pueblos, a escuchar; naciones, atiendan; escuche la tierra y los que la llenan, el mundo y cuanto produce;

    2. porque el Señor está irritado con todas las naciones, enojado con todos sus ejércitos; los consagra al exterminio, los entrega a la matanza.

    3. Sus muertos son arrojados y de los cadáveres se levanta el hedor, los montes chorrean sangre

    4. y los valles se resquebrajan, el cielo se enrolla como un pliego y se marchitan sus ejércitos, como se marchita el follaje de la vid, como se marchita la hoja de la higuera.

    5. Porque la espada del Señor se embriaga en el cielo: mírenla bajar hacia Edom para ejecutar a un pueblo condenado.

    6. La espada del Señor chorrea sangre, está grasienta de sebo, sangre de corderos y machos cabríos, sebo de entrañas de carneros. Porque el Señor hace carnicería en Bosra, gran matanza en Edom;

    7. y caen juntos búfalos con toros y novillos. Se empapa la tierra de su sangre, el polvo está grasiento de su sebo;

    8. porque es el día de la venganza del Señor, año de desquite para la causa de Sión.

    9. Sus arroyos se transforman en brea y el polvo en azufre, su territorio se vuelve brea ardiente,

    10. que no se apaga de día ni de noche, y su humareda sube perpetuamente; de edad en edad seguirá desolada, por siglos de siglos nadie la transitará.

    11. Se adueñan de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo la habitan. El Señor le aplica la plomada del caos y el nivel del vacío;

    12. y no queda nombre con que llamar a su reino, sus jefes vuelven a la nada.

    13. En sus palacios crecen espinos; en sus torreones, cardos y ortigas; se convierte en morada de chacales, en guarida de avestruces;

    14. se reúnen hienas y gatos salvajes, el chivo llama a su compañero, allí descansa el búho y encuentra dónde posarse;

    15. allí anida la serpiente, pone, incuba y empolla sus huevos; allí se juntan los buitres sin que falte a las hembras compañeros.

    16. Estudien el libro del Señor: ni uno solo de ellos falta, porque lo ha mandado la boca del Señor y su aliento los ha reunido.

    17. Echa la suerte para ellos y con la cuerda de medir en su mano les reparte el país: lo poseerán para siempre, de edad en edad lo habitarán.