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jueves, julio 18, 2024
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    Juan 10 - Biblia de nuestro Pueblo

    Parábola del redil

    1. El buen pastor Les aseguro: el que no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino saltando por otra parte, es un ladrón y asaltante.

    2. El que entra por la puerta es el pastor del rebaño.

    3. El cuidador le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca.

    4. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas le siguen; porque reconocen su voz.

    5. A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños.

    6. Ésta es la parábola que Jesús les propuso, pero ellos no entendieron a qué se refería.

    Jesús, el buen pastor

    7. Entonces, les habló otra vez: -Les aseguro que yo soy la puerta del rebaño.

    8. Todos los que vinieron [antes de mí] eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon.

    9. Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos.

    10. El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

    11. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

    12. El asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, escapa abandonando las ovejas, y el lobo las arrebata y dispersa.

    13. Como es asalariado no le importan las ovejas.

    14. Yo soy el buen pastor: conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí,

    15. como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y doy la vida por las ovejas.

    16. Tengo otras ovejas que no pertenecen a este corral; a ésas tengo que guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño con un solo pastor.

    17. Por eso me ama el Padre, porque doy la vida, para después recobrarla.

    18. Nadie me la quita, yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y para después recobrarla. Éste es el encargo que he recibido del Padre.

    19. Estas palabras provocaron una nueva división entre los judíos.

    20. Muchos decían: -Está endemoniado y loco, ¿por qué lo escuchan?

    21. Otros decían: -Esas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede un endemoniado abrir los ojos a los ciegos?

    Los judíos rechazan a Jesús

    22. La fiesta de la Dedicación Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación y era invierno.

    23. Jesús paseaba en el templo, en el pórtico de Salomón.

    24. Lo rodearon los judíos y le preguntaron: -¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo claramente.

    25. Jesús les contestó: -Ya se lo dije y no creen. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí.

    26. Pero ustedes no creen porque no son de mis ovejas.

    27. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen;

    28. yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano.

    29. Mi Padre que me las ha dado es más que todos y nadie puede arrancar nada de las manos de mi Padre.

    30. El Padre y yo somos uno.

    31. Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.

    32. Jesús les dijo: -Por encargo del Padre les hice ver muchas obras buenas: ¿por cuál de ellas me apedrean?

    33. Le contestaron los judíos: -Por ninguna obra buena te apedreamos, sino por la blasfemia, porque siendo hombre te haces Dios.

    34. Jesús les contestó: -¿No está escrito en la ley de ustedes: Yo les digo: son dioses?

    35. Si la ley llama dioses a aquéllos a quienes se dirigió la Palabra de Dios, y la Escritura no puede fallar,

    36. ¿cómo dicen: Tú blasfemas al que el Padre consagró y envió al mundo, porque dijo que es Hijo de Dios?

    37. Si no hago las obras de mi Padre, no me crean.

    38. Pero si las hago, crean en las obras aunque no me crean a mí, así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre.

    39. [Entonces] intentaron arrestarlo de nuevo, pero él se les escapó de las manos.

    40. Pasó de nuevo a la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba en otro tiempo, y se quedó allí.

    41. Acudieron muchos a él y decían: -Aunque Juan no hizo señal alguna, todo lo que dijo de éste era verdad.

    42. Y allí, muchos creyeron en él.