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jueves, julio 18, 2024
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    Romanos 6 - Biblia de nuestro Pueblo

    Muertos al pecado

    1. Muertos al pecado, vivos con Cristo ¿Qué diremos entonces? ¿Que debemos seguir pecando para que abunde la gracia?

    2. ¡Ni pensarlo! Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a seguir viviendo en él?

    3. ¿No saben que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?

    4. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó de la muerte por la acción gloriosa del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

    5. Porque, si nos hemos identificado con él por una muerte como la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección.

    6. Sabemos que nuestra vieja condición humana ha sido crucificada con él, para que se anule la condición pecadora y no sigamos siendo esclavos del pecado.

    7. Porque el que ha muerto ya no es deudor del pecado.

    8. Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.

    9. Sabemos que Cristo, resucitado de la muerte, ya no vuelve a morir, la muerte no tiene poder sobre él.

    10. Muriendo murió al pecado definitivamente; viviendo vive para Dios.

    11. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

    12. Liberados del pecado, siervos de Dios No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales obedeciendo a sus bajos deseos.

    13. No entreguen sus miembros a disposición del pecado como instrumentos de injusticia, sino pónganse a disposición de Dios, como resucitados de la muerte, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al servicio de Dios.

    14. El pecado no tendrá dominio sobre ustedes, ya que no viven sometidos a la ley, sino bajo la gracia.

    Siervos de la justicia

    15. Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!

    16. ¿No saben que si se ponen a obedecer como esclavos, son esclavos de aquél a quien obedecen? Sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia, que conduce a la justicia.

    17. Ustedes eran esclavos del pecado; pero gracias a Dios se han sometido de corazón a la doctrina de la fe que han recibido;

    18. y libres del pecado, se hicieron esclavos de la justicia.

    19. Les hablo de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y el libertinaje, para hacer el mal, del mismo modo ofrezcan ahora sus miembros al servicio de la justicia para que sean consagrados.

    20. Mientras eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres de la justicia.

    21. ¿Y qué sacaban en limpio? Resultados que ahora los avergüenzan, porque acaban en la muerte.

    22. Pero ahora, libres del pecado y esclavos de Dios, su fruto es una consagración que desemboca en vida eterna.

    23. Porque el salario del pecado es la muerte; mientras el don de Dios, por Cristo Jesús Señor nuestro, es la vida eterna.