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jueves, julio 18, 2024
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    Hechos 13 - Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

    Bernabé y Saulo comienzan su primer viaje misionero

    1. En la iglesia de Antioquía había por entonces profetas y maestros: Bernabé, Simón (a quien llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Manaén (criado juntamente con el rey Herodes) y Saulo.

    2. Todos estos estaban dedicados al servicio del Señor. Un día en que ellos ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión que les voy a encomendar.

    3. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. En Chipre

    Los apóstoles predican en Chipre

    4. Guiados por el Espíritu Santo se dirigieron a Seleucia, desde cuyo puerto navegaron rumbo a Chipre.

    5. Con ellos iba también Juan Marcos, a quien tenían como ayudante. Arribaron a Salamina, y predicaron el mensaje de Dios en las sinagogas que allí tenían los judíos.

    6. Después atravesaron la isla de parte a parte y llegaron a Pafos, donde conocieron a cierto judío llamado Barjesús. Era este un mago y falso profeta

    7. que formaba parte del séquito de Sergio Paulo, gobernador de la isla, un hombre de clara inteligencia que hizo llamar a Bernabé y Saulo para que le hablasen del mensaje de Dios.

    8. Pero el mago Elimas (que era su nombre en griego), tratando de apartar de la fe al gobernador, intervino oponiéndose a lo que decían Saulo y Bernabé.

    9. Entonces Saulo, que también se llamaba Pablo, lleno del Espíritu Santo fijó su mirada en el mago y le increpó, diciendo:

    10. ¡Hijo del diablo, malvado y embustero, enemigo del bien!, ¿hasta cuándo pretendes trastornar los caminos de la justicia del Señor?

    11. Ahora, pues, la mano del Señor se levanta contra ti para castigarte: vas a quedarte ciego, y durante un tiempo no podrás ver la luz del sol.En aquel mismo instante cayeron sobre él las más profundas tinieblas, y se puso a andar a tientas mientras suplicaba que alguien le tomara de la mano para guiar sus pasos.

    12. Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza del Señor. En Antioquía de Pisidia

    Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia

    13. Cuando Pablo y sus compañeros zarparon de Pafos, arribaron al puerto de Perge de Panfilia. Allí se separó de ellos Juan Marcos, que emprendió el regreso a Jerusalén;

    14. por su parte, Bernabé y Pablo salieron de Perge y se encaminaron a Antioquía de Pisidia. En Antioquía, al llegar el sábado, acudieron a la sinagoga y tomaron asiento.

    15. Concluida la lectura de la ley y de los libros proféticos, los responsables de la sinagoga les mandaron a decir: "Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para nuestro pueblo, pasad adelante y hablad".

    16. Pablo se puso entonces de pie, pidió silencio con un gesto de la mano y dijo: Israelitas y todos los que teméis a Dios, prestadme atención:

    17. El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros antepasados, y en Egipto, donde residían como extranjeros, enalteció a todo el pueblo, al que de una manera milagrosa sacó de allí,

    18. y durante unos cuarenta años lo cuidó y guió en su peregrinación por el desierto.

    19. Más tarde destruyó siete naciones en la tierra de Canaán, para dar sus territorios a Israel, a título de herencia.

    20. Después de esto les dio jueces que los gobernaron a lo largo de unos cuatrocientos cincuenta años. El último de los jueces fue el profeta Samuel,

    21. pues a su muerte el pueblo quiso tener un rey; se lo pidieron a Dios, y él les dio a Saúl, hijo de Cis, un varón que pertenecía a la tribu de Benjamín. Reinó cuarenta años,

    22. al cabo de los cuales Dios lo quitó y puso en su lugar a David, de quien Dios mismo testificó diciendo: "Este David, hijo de Isaí, es un hombre que me agrada y que me obedecerá en todo lo que yo disponga".

    23. Pues bien, precisamente de la descendencia del rey David levantó Dios a Jesús, que había de ser el Salvador que Dios mismo había prometido a Israel.

    24. Antes que Jesús viniera, Juan el Bautista estuvo predicando a todo el pueblo de Israel el bautismo como signo de arrepentimiento y conversión a Dios.

    25. Y cuando ya Juan se hallaba al final de su carrera, declaró: "¿Pensáis acaso que yo soy el Mesías? Pues no, yo no lo soy. Pero después de mí viene uno de quien ni siquiera soy digno de desatar las correas de su calzado".

    26. Hermanos míos, a todos vosotros se os envía el anuncio de esta salvación, tanto a los que descendéis del linaje de Abraham como a cualquier otro que entre vosotros reverencie a Dios.

    27. Los que residían en Jerusalén, junto con sus gobernantes, fueron quienes cumplieron la profecía cuando mataron a Jesús; porque ni le reconocieron ni advirtieron que a él se referían los profetas en sus escritos, aun cuando todos los sábados se escucha su lectura en la sinagoga.

    28. Sin haber hallado en él causa alguna merecedora de muerte, pidieron a Pilato que lo hiciera matar.

    29. Y habiendo cumplido con su muerte todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en un sepulcro.

    30. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos,

    31. y durante muchos días se apareció a los que le habían acompañado a Jerusalén desde Galilea, los cuales ahora son testigos suyos presenciales, como sin cesar lo han venido manifestando delante del pueblo.

    32. Bernabé y yo hemos venido aquí para daros a conocer la buena noticia de la promesa que mucho tiempo atrás fue hecha a nuestros antepasados.

    33. Con la resurrección de Jesús, Dios ha cumplido su promesa; y nos la ha cumplido a nosotros, que somos descendientes de aquellos. El Salmo segundo lo manifiesta así: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy".

    34. Y esto es lo que Dios dice acerca de que lo resucitaría de entre los muertos y no volvería a morir: "A vosotros os cumpliré fielmente las promesas que le hice a David".

    35. También en otro Salmo tenemos esta referencia: "No permitirás que tu Santo entre en corrupción".

    36. Esto, por cierto, no se refería a David, porque David, después de haber servido a su generación de acuerdo6 con la voluntad de Dios, murió, fue enterrado y su cuerpo se descompuso.

    37. No se refería a él, sino a aquel a quien Dios resucitó y cuyo cuerpo no entró en corrupción.

    38. Hermanos míos, sabed esto: que por medio de Jesús se os anuncia el perdón de los pecados.

    39. Esto es, que a todo el que cree en Jesús, Dios, liberándole de toda culpa, le declara justo, algo que nunca pudo hacer la ley dada por Moisés.

    40. Pero ahora estad atentos a que estas otras palabras, que también son proféticas, no se os apliquen a vosotros:

    41. "Mirad, los despreciativos, asombraos y pereced, porque en vuestros días estoy haciendo una obra que no creeréis, aunque alguien os la refiera".

    42. Cuando salieron de la sinagoga, los gentiles les rogaron que "el sábado siguiente volvieran a hablarles de las mismas cosas.

    43. Ellos se despidieron de los que allí habían estado congregados, si bien muchos, tanto judíos como gentiles piadosos, se fueron con ellos, acompañándolos por la calle; y ellos dos, Pablo y Bernabé, les hablaban instándolos a permanecer en la gracia de Dios.

    44. El sábado siguiente, casi todos los que vivían en la ciudad se reunieron para escuchar la predicación de la palabra de Dios.

    45. Pero los dirigentes judíos se llenaron de celos al ver juntarse tan gran gentío, y empezaron a rebatir hasta con insultos lo que decía Pablo.

    46. Entonces Pablo y Bernabé, hablando con valor y decisión, dijeron: Era necesario que vosotros, los judíos, recibieseis el mensaje de Dios antes que ningún otro. Pero puesto que lo despreciáis y no os tenéis por dignos del don de la vida eterna, a nosotros no nos queda otra solución que ofrecérselo a los gentiles.

    47. Porque nosotros hemos de cumplir lo que el Señor nos ha mandado, diciendo: "Te he puesto como luz que ilumine a los gentiles, para que lleves la salvación hasta el último rincón de la tierra".

    48. Al oir esto, los gentiles se sintieron llenos de alegría y gratitud por haber podido escuchar el mensaje del Señor que Pablo les anunciaba; y creyeron todos los que estaban ordenados para alcanzar la vida eterna.

    49. La palabra del Señor comenzó pronto a difundirse por toda aquella región.

    50. Pero un día, los judíos instigaron a algunas mujeres piadosas y distinguidas, así como a los principales de la ciudad, a promover una persecución contra Pablo y Bernabé y a expulsarlos de allí.

    51. Entonces, habiéndose sacudido contra aquellos el polvo de los pies, se fueron ambos a Iconio.

    52. Pero los discípulos que dejaron en Antioquía estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.