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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 8 - Castellano Antiguo (Nuevo Testamento)

    Jesús sana a un leproso

    1. Al bajar Jesús del monte, le seguía una gran muchedumbre.

    2. En esto se le acercó un leproso, que hincándose de rodillas ante él le dijo: Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi mal.

    3. Jesús extendió la mano y lo tocó, al tiempo que decía: Sí quiero. Queda limpio.En el mismo instante le desapareció la lepra.

    4. Entonces Jesús añadió: Mira, no digas de esto nada a nadie, sino ve y preséntate primero al sacerdote; y para que a ellos les quede constancia, lleva la ofrenda ordenada por Moisés. La fe del centurión

    Jesús sana al siervo de un centurión

    5. Entrando en Cafarnaum, vino al encuentro de Jesús un centurión que comenzó a rogarle:

    6. Señor, tengo a mi criado en casa, paralítico, sufriendo de un modo terrible.

    7. Jesús le contestó: Yo iré y lo curaré.

    8. Pero el centurión le dijo: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, bajo mi techo; pero bastará con que tú pronuncies la palabra para que mi criado quede sanado.

    9. Mira, yo soy también un hombre sujeto a autoridad, y al mismo tiempo tengo soldados bajo mis órdenes. Si a uno le digo "Ve allá", va; si a otro le digo "Ven acá", viene; y si digo a mi sirviente "Haz esto", lo hace.

    10. Jesús se quedó admirado al oírlo, se quedó admirado, y dijo a la gente que le seguía; Os aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado a nadie que tenga tanta fe.

    11. Por eso os digo que muchos vendrán de oriente y de occidente, y se sentarán juntamente con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

    12. en tanto que los ciudadanos del reino serán expulsados a las tinieblas de afuera. ¡Allí llorarán y les rechinarán los dientes!

    13. Luego se volvió Jesús al centurión, y le dijo: Vete, y lo que creíste te sea cumplido.En aquel mismo momento quedó sanado el criado del centurión. Jesús sana a muchos enfermos

    Jesús sana a la suegra de Pedro

    14. Después entró Jesús en casa de Pedro, a cuya suegra encontró postrada en cama, con fiebre alta.

    15. Le tocó Jesús la mano y desapareció la fiebre. Entonces ella se levantó y se puso a servirles.

    16. Al caer la tarde le trajeron muchos endemoniados, y Jesús, con solo su palabra, expulsó a los demonios y sanó a todos los que estaban enfermos,

    17. para que se cumpliera lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras dolencias". Lo que cuesta seguir a Jesús

    Los que querían seguir a Jesús

    18. Jesús, viéndose rodeado de aquella muchedumbre, mandó a sus discípulos pasar a la otra orilla.

    19. Entonces se le acercó un escriba, que le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.

    20. Le respondió Jesús: Mira, las zorras tienen cubiles y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene un lugar donde recostar la cabeza.

    21. Otro, de entre sus discípulos, le pidió: Señor, permite que vaya y entierre primero a mi padre.

    22. Jesús le dijo: Tú sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Jesús calma la tormenta

    Jesús calma la tempestad

    23. Luego entró en la barca, y sus discípulos le siguieron.

    24. Bruscamente se desató en el mar una gran tempestad. Las olas cubrían la barca, pero Jesús dormía.

    25. Los discípulos, asustados, fueron a despertarle: ¡Señor, sálvanos, que vamos a morir!

    26. Él les dijo: ¡Hombres de poca fe!, ¿por qué tenéis tanto miedo? Luego se levantó e increpó a los vientos y al mar. Todo se calmó, y se hizo una gran bonanza.

    27. Los hombres, asombrados, se decían: ¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen? Liberación de dos endemoniados

    Los endemoniados gadarenos

    28. Llegados a la otra orilla, a la región de los gadarenos, dos endemoniados salieron al encuentro de Jesús. Venían de entre los sepulcros, y eran tan violentos que nadie podía pasar por su propio camino.

    29. Gritaban: ¿Qué tienes en contra nuestra, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá a atormentarnos antes de tiempo?

    30. A cierta distancia de allí estaba paciendo una gran piara de cerdos,

    31. y los demonios suplicaron a Jesús: Si nos expulsas, permítenos ir a aquella piara de cerdos.

    32. Él les dijo: Id.Ellos salieron y se fueron a la piara de cerdos, que se precipitó en el mar por un despeñadero. Todos los cerdos murieron ahogados,

    33. y los que cuidaban de ellos huyeron a la ciudad, donde relataron lo ocurrido con la piara y con los endemoniados.

    34. Al saberlo, toda la gente de la ciudad salió en busca de Jesús, y cuando lo vieron le rogaron que se fuera de aquella región.