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    Deuteronomio 28 - Biblia Castilian 2003

    Bendiciones de la obediencia

    1. Pero, en cambio, si de verdad escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y procuras practicar todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, Yahveh, tu Dios, te exaltará por encima de todas las naciones de la tierra.

    2. Vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones, por haber escuchado la voz de Yahveh, tu Dios.

    3. Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo.

    4. Bendito el fruto de tu vientre, el de tu suelo y el de tu ganado, los partos de tus vacas y las cr as de tus ovejas.

    5. Bendita tu cesta y tu artesa.

    6. Bendito cuando entras y cuando sales.

    7. Yahveh hará que los enemigos que se alcen contra ti sean abatidos en tu presencia; por un camino saldrán contra ti y por siete huirán delante de ti.

    8. Yahveh mandará a la bendición que esté contigo, en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en el pa s que Yahveh, tu Dios, te va a dar.

    9. Yahveh te establecerá como pueblo consagrado a él, como te lo ha jurado, si guardas los mandamientos de Yahveh, tu Dios, y andas por sus caminos.

    10. Todos los pueblos de la tierra verán que el nombre de Yahveh es invocado sobre ti y te temerán.

    11. Yahveh te hará sobreabundar en bienes: en el fruto de tu vientre, en el de tu ganado y en el de tu suelo, en el suelo que Yahveh juró a tus padres que te hab a de dar.

    12. Yahveh te abrirá el rico tesoro del cielo para darle a su tiempo la lluvia a tu tierra y para bendecir todas sus empresas; as tú prestarás a muchas naciones, y de ninguna tendrás que tomar prestado.

    13. Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la cola, estarás siempre encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh, tu Dios, que yo te prescribo hoy, observándolos y llevándolos a la práctica,

    14. sin desviarte a la derecha ni a la izquierda de ninguna de las disposiciones que yo te prescribo hoy, y si no te vas tras otros dioses para servirlos.

    Consecuencias de la desobediencia

    15. Pero si no escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y no pones cuidado en practicar todos estos mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones.

    16. Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.

    17. Malditas tu cesta y tu artesa.

    18. Maldito el fruto de tu vientre y el de tu suelo, los partos de tus vacas y las cr as de tus ovejas.

    19. Maldito tú cuando entras y cuando sales.

    20. Yahveh enviará contra ti la maldición, el pánico, el desconcierto y el fracaso en todas tus empresas, hasta quedar exterminado y perecer rápidamente por la maldad de tus obras, por las que me has abandonado.

    21. Yahveh hará que la peste se te pegue hasta que acabe contigo sobre el suelo en cuya posesión vas a entrar.

    22. Yahveh te herirá de consunción, de fiebre, de inflamación, de gangrena, de sequ a, de mildiu y de tizón, que te perseguirán hasta exterminarte.

    23. El cielo, sobre tu cabeza, será de bronce; y el suelo, debajo de ti, de hierro.

    24. En vez de lluvia Yahveh mandará sobre tu tierra polvo y arena, que bajarán del cielo sobre ti, hasta que perezcas.

    25. Yahveh hará que seas derrotado ante tus enemigos; por un camino irás contra ellos y por siete huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.

    26. Tu cadáver será pasto de todas las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra, y no habrá nadie que las espante.

    27. Yahveh te herirá con úlceras, hemorroides, sarna y ti a, de que no podrás ser curado.

    28. Yahveh te herirá de locura, de ceguera y de demencia;

    29. en pleno d a andarás a tientas, como a tientas camina el ciego en las tinieblas. Nunca tendrás éxito en tus empresas, y estarás siempre oprimido y despojado, sin que nadie salga en tu defensa.

    30. Te desposarás con una mujer y otro hombre dormirá con ella; construirás una casa y no la habitarás; plantarás una vi a y no la vendimiarás.

    31. Tu buey será degollado en tu presencia y no comerás de él; tu asno te será arrebatado en tu presencia y no te será devuelto; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos sin que nadie te preste ayuda.

    32. Tus hijos y tus hijas serán entregados a un pueblo extra o: tus ojos lo verán y se consumirán por ellos todos los d as, sin que tus manos puedan hacer nada por ellos.

    33. Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todos tus productos. Serás siempre oprimido y maltratado.

    34. Enloquecerás ante el espectáculo de lo que verán tus ojos.

    35. Yahveh te herirá de úlceras malignas en las rodillas y en las piernas de las que no podrás ser curado, desde la planta del pie hasta la coronilla.

    36. Yahveh te conducirá, a ti y al rey que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres conoc ais, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra,

    37. y causarás asombro, irrisión y mofa en todos los pueblos a los que Yahveh te llevará.

    38. Sembrarás mucha semilla en tu campo y recogerás poco, porque la langosta la devorará.

    39. Plantarás vi as y las trabajarás, pero no beberás vino ni harás provisión de él, porque se las comerá el gusano.

    40. Tendrás olivos en todo tu territorio, pero no te ungirás con su aceite, porque la aceituna se caerá.

    41. Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al cautiverio.

    42. Todos tus árboles y los frutos de tu suelo los consumirán los insectos.

    43. El extranjero que esté en medio de ti se alzará por encima de ti cada vez más alto, y tú caerás cada vez mas bajo;

    44. él te prestará y tú no le podrás prestar; él vendrá a ser cabeza, y tú serás la cola.

    45. Vendrán sobre ti todas estas maldiciones, te perseguirán y te alcanzarán hasta que desaparezcas, por no haber escuchado la voz de Yahveh, tu Dios, al no guardar los mandamientos y preceptos que te ordenó.

    46. Ellas serán como se al y prodigio contra ti y contra tu descendencia para siempre.

    47. Por no haber servido a Yahveh, tu Dios, con alegr a y de buen corazón cuando ten as de todo en abundancia,

    48. habrás de servir en hambre y en sed, en desnudez y en privación, al enemigo que Yahveh mandará contra ti y pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta que te extermine.

    49. Yahveh traerá contra ti, desde lejos, desde los confines de la tierra, como águila que se cierne, a un pueblo, a un pueblo cuya lengua no entenderás,

    50. a un pueblo de rostro fiero, que no respetará al anciano ni tendrá piedad del ni o.

    51. Él se comerá las cr as de tus ganados y los productos de tu suelo hasta que perezcas; no te dejará trigo, ni mosto, ni aceite, ni partos de tus vacas, ni cr as de tus ovejas, hasta destruirte.

    52. Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que, en todo tu pa s, se derrumben las murallas más altas y mejor fortificadas, en las que tú confiabas; que te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yahveh, tu Dios, te ha dado.

    53. La angustia y la miseria a la que te reducirá tu enemigo será tanta que llegarás a comer el fruto de tus entra as, la carne de los hijos y las hijas que Yahveh, tu Dios, te ha dado.

    54. El más delicado y el más tierno de entre los tuyos mirará con ojos torvos a su hermano, a la mujer que reposa en su seno y a los hijos que le queden,

    55. por miedo de tener que repartir con alguno de ellos la carne de sus hijos, que él comerá, por no quedarle otra cosa que comer en el asedio y en la angustia a que te someterá tu enemigo en todas tus ciudades.

    56. La más delicada y la más exquisita de las mujeres de tu pueblo, tan delicada y exquisita que no osaba poner en el suelo la planta de su pie, mirará con malos ojos al hombre de su corazón, a su hijo y a su hija,

    57. y se esconderá de ellos para devorar en secreto, por no tener otra cosa, las secundinas que salgan de su seno y el hijo que acaba de dar a luz; tanta será la angustia y la miseria a que te reducirá tu enemigo dentro de tus ciudades.

    58. Si no cuidas de poner en práctica todas las disposiciones de esta ley escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, el de Yahveh, tu Dios,

    59. Yahveh te enviará, a ti y a tus descendientes, castigos terribles, castigos enormes y persistentes, enfermedades malignas y crónicas.

    60. Traerá sobre ti todas aquellas plagas de Egipto ante las cuales quedabas aterrorizado y se pegarán a ti.

    61. Yahveh hará que te alcancen todas las enfermedades y todas las plagas, incluso las no escritas en el libro de esta ley, hasta que seas exterminado.

    62. Y quedaréis pocos, vosotros que erais tan numerosos como las estrellas del cielo, por no haber escuchado la voz de Yahveh, tu Dios.

    63. Sucederá, pues, que cuanto se complac a Yahveh en haceros bien y en multiplicaros, otro tanto se gozará en destruiros y exterminaros, hasta arrancaros del suelo en cuya posesión vas a entrar.

    64. Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conoc ais.

    65. Entre esas naciones no tendrás sosiego ni hallarás lugar donde posar la planta de tu pie. All te dará Yahveh un corazón trémulo, ojos desalentados y congoja de esp ritu.

    66. Tendrás la vida pendiente de un hilo, de d a y de noche temerás y nunca darás por segura tu vida.

    67. Por la ma ana dirás: "¡Oh, si fuese ya de noche!", y por la noche exclamarás: "¡Oh, si fuese ya de d a!", por el terror que invadirá tu corazón y por el espectáculo que verán tus ojos.

    68. Yahveh te hará volver en naves a Egipto por el camino del que te hab a dicho: "No volverás a verlo más". Y all os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y como esclavas, sin que haya siquiera quien os compre.