30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Deuteronomio 7 - Biblia Castilian 2003

    Advertencias contra la idolatría de Canaán

    1. Cuando Yahveh, tu Dios, te haya introducido en la tierra en la que vas a entrar para tomar posesión de ella y haya arrojado delante de ti a muchas naciones: a los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, siete naciones más numerosas y poderosas que tú,

    2. y Yahveh, tu Dios, te las haya entregado y tú las hayas derrotado, las darás al anatema. No pactarás alianza con ellas ni les tendrás compasión. No emparentarás con ellas dando tus hijas a sus hijos ni tomando sus hijas para tus hijos,

    3.

    4. porque eso apartar a de m a tu hijo y le har a servir a otros dioses; y entonces la ira de Yahveh se encender a contra vosotros y pronto te exterminar a.

    5. Por el contrario, as os comportaréis con ellas: demoleréis sus altares, romperéis sus estelas, talaréis sus bosques sagrados y prenderéis fuego a sus dolos.

    Un pueblo santo para Jehová

    6. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh, tu Dios. Es Yahveh, tu Dios, quien te ha escogido de entre todos los pueblos de la tierra para que seas pueblo de su propiedad.

    7. Si Yahveh se ha prendado de vosotros y os ha elegido no es porque seáis el más numeroso de todos los pueblos, ya que sois el más peque o de todos ellos,

    8. sino porque Yahveh os amó y porque quiso guardar el juramento que hizo a vuestros padres; por eso os sacó Yahveh de Egipto con mano poderosa y os rescató de la casa de la esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto.

    9. Reconoce, pues, que sólo Yahveh, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que guarda la alianza y la benevolencia hasta mil generaciones para con los que le aman y guardan sus mandamientos;

    10. pero que castiga a quien le odia destruyéndole personalmente y no tarda en dar su merecido, en su propia persona, a quien le odia.

    11. Guardarás, pues, los mandamientos, preceptos y normas que yo te mando hoy poner en práctica.

    Bendiciones de la obediencia

    12. Si escucháis estas normas, las guardáis y las ponéis en práctica, Yahveh, tu Dios, a su vez, te guardará la alianza y la benevolencia que prometió bajo juramento a tus padres;

    13. te amará, te bendecirá y te multiplicará; bendecirá el fruto de tu vientre y los productos de tu suelo: tu trigo, tu mosto, tu aceite, las cr as de tus vacadas y la fecundidad de tus reba os, en la tierra que a tus padres juró darte.

    14. Bendito serás más que todos los pueblos. No habrá en ti ni hombre ni mujer estériles, ni tampoco en tus ganados.

    15. Yahveh alejará de ti toda enfermedad; no te mandará ninguna de esas plagas malignas de Egipto que tú conoces, sino que las descargará sobre todos aquellos que te odian.

    16. Exterminarás, pues, a todos los pueblos que Yahveh, tu Dios, te va a entregar; no se apiaden tus ojos de ellos. Y no rendirás culto a sus dioses, porque eso ser a un lazo para ti.

    17. Si alguna vez pensaras: "¿Cómo voy a poder yo expulsar a esas naciones, que son más numerosas que yo?",

    18. no les temas; acuérdate de lo que Yahveh, tu Dios, hizo al Faraón y a todo Egipto:

    19. de las grandes pruebas que vieron tus ojos, de las se ales y prodigios, de la mano poderosa y brazo tenso con que Yahveh, tu Dios, te sacó. Eso mismo hará Yahveh, tu Dios, con todos los pueblos a los que tú temes.

    20. Más todav a: Yahveh enviará contra ellos el espanto, hasta que perezcan los que hayan quedado con vida o se hayan ocultado de tu presencia.

    21. No tiembles ante ellos, porque en medio de ti está Yahveh, tu Dios, el Dios grande y terrible.

    22. Yahveh, tu Dios, arrojará a esas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que se multipliquen contra ti los animales salvajes.

    23. Pero Yahveh, tu Dios, te las entregará, y sembrará gran confusión entre ellas, hasta que perezcan totalmente.

    24. Pondrá sus reyes en tu mano y harás desaparecer su nombre bajo el cielo, nadie podrá resistirte hasta que las hayas exterminado.

    25. Quemaréis en el fuego las esculturas de sus dioses; no codiciarás la plata y el oro que las recubren, ni te lo apropiarás, no sea que por ello caigas en una trampa, pues es una abominación para Yahveh, tu Dios,

    26. y no has de introducir en tu casa tal abominación, para que no llegues a ser anatema como ella. Las tendrás por inmundas y abominables, por ser cosa dada al anatema.