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    Hechos 24 - Biblia Castilian 2003

    Defensa de Pablo ante Félix

    1. Pasados cinco d as, bajó el sumo sacerdote Anan as con algunos ancianos y un abogado, un tal Tértulo, para presentar ante el procurador querella contra Pablo.

    2. Citado [éste] a juicio, comenzó Tértulo su acusación diciendo: "La gran paz de que disfrutamos, gracias a ti, y las mejoras hechas a esta nación por tu providencia,

    3. siempre y en todas partes las recibimos, excelent simo Félix, con inmensa gratitud.

    4. Mas, para no cansarte demasiado, te ruego nos escuches brevemente con tu probada clemencia.

    5. Hemos descubierto que éste es un hombre pest fero y promotor de tumultos entre todos los jud os dispersos por el mundo, como cabecilla de la secta de los nazarenos.

    6. Incluso ha intentado profanar el templo, pero hemos logrado apoderarnos de él.

    7.

    8. Por él podrás tú mismo, interrogándolo sobre todas estas cosas, descubrir de qué lo acusamos nosotros".

    9. Los jud os apoyaban la acusación, afirmando que as era en realidad.

    10. Respondió Pablo, cuando el procurador, con el gesto, le concedió la palabra: "Sabiendo que llevas muchos a os de juez en esta nación, me siento animado a defender mi propia causa.

    11. Tú mismo podrás cerciorarte de que no hace más de doce d as que sub a Jerusalén a adorar.

    12. Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni por la ciudad me encontraron discutiendo con ninguno ni promoviendo motines entre la turba.

    13. Ni pueden tampoco probar ante ti ninguna de las acusaciones que ahora me hacen.

    14. Una cosa s te confieso: que sirvo al Dios de mis padres según el Camino que llaman secta, creyendo todo lo que está de acuerdo con la ley y escrito en los profetas,

    15. y teniendo en Dios la esperanza que ellos mismos tienen: que ha de haber resurrección de justos y pecadores.

    16. Por ello también yo me esfuerzo en tener continuamente una conciencia irreprochable ante Dios y ante los hombres.

    17. He venido, al cabo de muchos a os, a traer limosnas a los de mi nación y a ofrecer oblaciones.

    18. Fue as como me encontraron recién purificado en el templo, no con turbas ni con tumulto.

    19. Son algunos jud os de Asia los que deber an comparecer ante ti y acusarme si algo tuvieran contra m.

    20. O que estos mismos digan qué delito encontraron cuando comparec ante el sanedr n,

    21. fuera de esta sola frase que pronuncié estando de pie en medio de ellos: "A cuenta de la resurrección de los muertos estoy siendo juzgado por vosotros hoy"".

    22. Félix, que estaba bien informado de las cosas relativas al Camino, difirió la sentencia y les dio largas, diciendo: "Cuando baje el tribuno Lisias, resolveré vuestro asunto".

    23. Y ordenó al centurión que Pablo siguiera bajo custodia, pero que disfrutara de cierta libertad y que no se impidiera a ninguno de los suyos prestarle servicios.

    24. Al cabo de algunos d as, se presentó Félix con su mujer Drusila, que era jud a, hizo llamar a Pablo y lo escuchó sobre la fe en Cristo Jesús.

    25. Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: "Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré".

    26. Esperaba, por otra parte, que Pablo le dar a dinero. Y, por ello, con frecuencia lo mandaba llamar para conversar con él.

    27. Pero cumplido un bienio, Porcio Festo sucedió a Félix y éste, deseando ganarse el favor los jud os, dejó a Pablo en la cárcel.