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    Jeremías 24 - Biblia Castilian 2003

    La señal de los higos buenos y malos

    1. Yahveh me hizo ver dos cestas de higos colocadas delante del templo de Yahveh. Fue después de haber deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jecon as, hijo de Joaqu n, rey de Judá, a los pr ncipes de Judá, a los herreros y cerrajeros, y haberlos llevado de Jerusalén a Babilonia.

    2. Una cesta ten a higos muy buenos, como brevas, la otra cesta, higos muy malos, que de tan malos no se pod an comer.

    3. Yahveh me dijo: "¿Qué ves, Jerem as?". "Higos - respond -. Los higos buenos son muy buenos, pero los malos, muy malos, que de tan malos no se pueden comer".

    4. Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:

    5. as dice Yahveh, Dios de Israel: "Como a estos higos buenos, as miro yo con complacencia a los deportados de Judá, a quienes expulsé de este lugar al pa s de los caldeos,

    6. fijo en ellos mis ojos con complacencia, los volveré a este pa s, los reedificaré y no los destruiré, los plantaré y no los arrancaré,

    7. y les daré un corazón para conocerme, porque yo soy Yahveh: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues se convertirán a m con todo su corazón".

    8. Y de los higos malos, que de tan malos no se pueden comer, as dice Yahveh: "De la misma manera trataré a Sedec as, rey de Judá, a sus pr ncipes y al resto de Jerusalén, a los que han quedado en este pa s, que a los que residen en el pa s de Egipto.

    9. Los haré horror y desgracia para todos los reinos de la tierra; oprobio, proverbio, escarnio y maldición en todos los lugares adonde los habré expulsado,

    10. y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean extirpados del pa s que les di a ellos y a sus padres".