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    Jeremías 33 - Biblia Castilian 2003

    Restauración de la prosperidad de Jerusalén

    1. De nuevo le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jerem as, mientras se hallaba recluido en el patio de la guardia, en estos términos:

    2. as dice Yahveh que lo hace todo, Yahveh que formó la tierra y la consolida - Yahveh es su nombre -:

    3. llámame y te responderé; te anunciaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces.

    4. Porque as dice Yahveh, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá que han sido demolidas. En los terraplenes de asedio

    5. se traba combate contra los caldeos para que quede llena con los cadáveres de los hombres que maté a causa de mi ira y de mi furor, puesto que hab a ocultado mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad.

    6. Mirad que voy a traerles la salud y la curación: voy a sanarlos y a descubrirles la riqueza de la paz y de la seguridad.

    7. Voy a cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y a restablecerlos como al principio.

    8. Voy a purificarlos de toda la iniquidad con que pecaron contra m; voy a perdonarles todas las iniquidades con que pecaron contra m y con las cuales se rebelaron contra m.

    9. Y esto será para m renombre, gozo, alabanza y gloria en todas las naciones de la tierra que oigan el bien que voy a hacerles, y as teman y se estremezcan ante todo el bien y ante toda la paz que voy a procurarles.

    10. As dice Yahveh: "En este lugar, acerca del cual vosotros dec s: "Es una ruina, sin hombres y sin animales", en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se volverá a o r

    11. el grito de gozo y el grito de alegr a, el canto del esposo y el canto de la esposa, el canto de los que dicen: "¡Alabad a Yahveh Sebaot, porque Yahveh es bueno, porque su misericordia es eterna!", cuando traigan el sacrificio de alabanza al templo de Yahveh, porque voy a restablecer la situación del pa s como era al principio" - dice Yahveh -.

    12. As dice Yahveh Sebaot: "En este lugar, que es una ruina, sin hombres y hasta sin animales, y en todas sus ciudades, habrá de nuevo apriscos donde los pastores echan a sestear el reba o.

    13. Por las ciudades de la monta a, por las ciudades de la llanura, por las ciudades del Negueb, por el territorio de Benjam n, por los alrededores de Jerusalén y por las ciudades de Judá volverán a pasar las ovejas ante las manos de quien las cuenta" - dice Yahveh -.

    14. Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.

    15. En aquellos d as y en aquel tiempo suscitara David un germen justo que practicará el derecho y la justicia en el pa s.

    16. En aquellos d as se salvará Judá, y Jerusalén morará segura. Y éste es el nombre con que se la llamará: "Yahveh, nuestra justicia".

    17. Pues as dice Yahveh: "No le faltará a David uno que se siente en el trono de la casa de Israel.

    18. A los sacerdotes levitas no les faltará quien ante m ofrezca el holocausto, queme el incienso y haga el sacrificio todos los d as".

    19. Le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jerem as en estos términos:

    20. as dice Yahveh: "Si pudierais romper mi alianza con el d a y mi alianza con la noche, de modo que no hubiera d a ni noche a su debido tiempo,

    21. entonces podr a romperse mi alianza con mi siervo David, de modo que no tuviera un hijo que reinara sobre su trono, y con los sacerdotes levitas que me sirven.

    22. Del mismo modo que no puede contarse el ejército del cielo ni calcularse la arena del mar, as multiplicaré la descendencia de mi siervo David y la de los levitas que me sirven".

    23. Le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jerem as en estos términos:

    24. "¿No ves lo que dice este pueblo: "Las dos familias que Yahveh hab a escogido, las ha rechazado", y menosprecian as a mi pueblo, de modo que para ellos ya no es una nación?

    25. Pues as dice Yahveh: tan cierto como es que existe mi pacto con el d a y con la noche, y que he establecido las leyes del cielo y de la tierra,

    26. tanto más cierto es que no rechazaré la descendencia de Jacob y de mi siervo David, ni dejaré de tomar de entre sus descendientes gobernantes para la estirpe de Abrahán, de Isaac y de Jacob, pues voy a cambiar su suerte y tendré compasión de ellos".