29.2 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Jeremías 8 - Biblia Castilian 2003

    Violación del pacto de libertar a los siervos hebreos

    1. En aquel tiempo - oráculo de Yahveh - sacarán de sus sepulturas los huesos de los reyes de Judá y los huesos de sus pr ncipes, los huesos de los sacerdotes y los huesos de los profetas, y los huesos de los habitantes de Jerusalén,

    2. y los dispersarán ante el sol y la luna y ante todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, tras de los cuales anduvieron, a quienes consultaron y adoraron. No serán recogidos ni enterrados; servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra.

    3. La muerte será preferible a la vida para todo el resto de los que queden de esta generación malvada en todos los lugares restantes adonde los haya expulsado - oráculo de Yahveh Sebaot -.

    4. Les dirás: as dice Yahveh: Si alguien cae, ¿no se levanta? Si alguien se marcha, ¿no vuelve?

    5. Pues, ¿por qué este pueblo sigue apostatando? ¿Será Jerusalén una apostas a continua? Se aferran a la mentira, no quieren convertirse.

    6. Estuve atento y o: hablan como no deben nadie se arrepiente de su maldad diciendo: "¿Qué he hecho?". Todos se precipitan en su carrera, como caballo lanzado al combate.

    7. Hasta la cigüe a en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla observan el tiempo de su migración. Pero mi pueblo no conoce el derecho de Yahveh.

    8. ¿Cómo podéis decir: somos sabios, y la ley de Yahveh está con nosotros? Pero es cierto que en mentira la ha convertido la pluma mentirosa de los escribas.

    9. Los sabios serán confundidos, quedarán consternados y apresados; mirad: despreciaron la palabra de Yahveh. ¿Qué clase de sabidur a es la que tienen?

    10. Por eso daré sus mujeres a otros, sus campos a conquistadores, porque desde el menor al mayor, todos ellos andan buscando su provecho; y desde el profeta al sacerdote, todos ellos obran con enga o.

    11. Curan a la ligera la herida de mi pueblo, diciendo: "Va todo muy bien", cuando todo va mal.

    12. Deber an avergonzarse de sus abominaciones. Pero no sólo no se avergüenzan, sino que ni siquiera saben lo que es ruborizarse. Por eso caerán entre los que caigan, el d a en que yo los visite se desplomarán - dice Yahveh -.

    13. Si voy a cosechar entre ellos - oráculo de Yahveh -, no hay racimos en la vi a, ni hay higos en la higuera; incluso el follaje está mustio. Los entregaré a los devastadores.

    14. ¿Por qué nos estamos sentados? Reun os y entremos en las ciudades amuralladas y perezcamos all; pues Yahveh, nuestro Dios, nos destina a perecer y nos da para beber agua envenenada, porque hemos pecado contra Yahveh.

    15. Esperábamos la paz, y no ha habido bien alguno; el tiempo de curación, y nos viene el terror.

    16. Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el pa s y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.

    17. Pues mirad: yo env o contra vosotros serpientes venenosas contra las que no hay conjuro y os morderán - oráculo de Yahveh -.

    Lamento sobre Judá y Jerusalén

    18. Mi alegr a es para m pesadumbre, mi corazón dentro de m languidece.

    19. ¡Mira! ¡Oye! Gritos de socorro de la hija de mi pueblo, por todo el pa s a la redonda: ¿no está Yahveh en Sión, no está en ella su rey? ¿Por qué me han irritado con sus estatuas, con los dolos del extranjero?

    20. Pasó la siega, terminó el verano, pero nosotros no hemos sido salvados.

    21. Por el hundimiento de la hija de mi pueblo estoy hundido, estoy triste, la consternación me sobrecoge.

    22. ¿No hay bálsamo en Galaad, o no hay all un médico? ¿Por qué, entonces, no se cierra la herida de la hija de mi pueblo?