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    Jeremías 9 - Biblia Castilian 2003

    1. ¡Quién me diera en el desierto un albergue de caminantes! Abandonar a a mi pueblo, me marchar a de su lado, pues todos son adúlteros, una banda de traidores.

    2. Tensan su lengua como en arco; la mentira, y no la verdad, domina en el pa s. Caminan de maldad en maldad, y a m no me conocen - oráculo de Yahveh -.

    3. Guardaos bien unos de otros, y en ningún hermano confiéis; pues todo hermano pone zancadillas y todo amigo anda con calumnias.

    4. Unos a otros se enga an, no hablan con sinceridad. A decir mentiras han acostumbrado su lengua; son unos pervertidos, no se pueden

    5. convertir. ¡Opresión sobre opresión, enga o sobre enga o! Rehúsan conocer a Yahveh.

    6. Por eso as dice Yahveh Sebaot: "Aqu estoy: voy a acrisolarlos y probarlos. ¿Qué otra cosa puedo hacer con la hija de mi pueblo?

    7. Saeta mort fera es su lengua, enga o son las palabras de su boca. Habla amablemente con su amigo, pero a escondidas le pone una emboscada. Su lengua es flecha mort fera, las palabras de su boca son mentira; ofrecen saludo de paz al prójimo mientras por dentro le maquinan asechanzas

    8. ¿No debo castigarlos por estas cosas - oráculo de Yahveh -, y de una nación como ésta no he de vengarme?".

    9. Entonad en los montes llanto y lamento, y en los pastizales de la estepa una eleg a, pues están abrasados, sin que nadie pase, y ya no se oye el mugir del ganado; desde las aves del cielo hasta las fieras todas huyeron, se han ido.

    10. Haré de Jerusalén una escombrera, una guarida de chacales; de las ciudades de Judá haré un desierto sin habitantes.

    11. ¿Quién es tan sabio que entienda esto? ¿A quién habló la boca de Yahveh, que pueda explicarlo? ¿Por qué el pa s se ha perdido, está abrasado como el desierto, sin que nadie pase?

    Amenaza de ruina y exilio

    12. Yahveh respondió: porque abandonaron mi ley, la que yo puse delante de ellos, no oyeron mi voz ni caminaron de acuerdo con ella,

    13. sino que siguieron la obstinación de su corazón y a los baales que sus padres les hab an ense ado.

    14. Por eso, as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: Aqu estoy: voy a darle de comer a este pueblo ajenjo, y voy a darle de beber agua envenenada.

    15. Los dispersaré por las naciones que ni ellos ni sus padres conocieron, y enviaré detrás de ellos a la espada hasta acabar con ellos". As, dice Yahveh Sebaot:

    16. "¡Atención! Llamad a las pla ideras, que vengan; mandad a buscarlas, que vengan las más expertas,

    17. que vengan en seguida, y entonen una lamentación por nosotros; que nuestros ojos viertan lágrimas y nuestros párpados destilen agua.

    18. ¡S ! ¡Escuchad! De Sión se oye un lamento: ¡Ay! Cómo estamos oprimidos, se nos cae la cara de vergüenza; pues hemos tenido que abandonar el pa s, porque han derribado nuestras moradas.

    19. Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro o do la palabra de su boca; ense ad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la eleg a:

    20. "Subió la muerte por nuestras ventanas, entró en nuestros palacios, segando al ni o en la calle, a los jóvenes en las plazas.

    21. Caerá el cadáver del hombre, como estiércol en pleno campo y como gavilla detrás del segador, sin que haya quien lo recoja"".

    22. As dice Yahveh: "No se ufane de su sabidur a el sabio, no se ufane de su valent a el valiente, no se ufane de su riqueza el rico,

    El conocimiento de Dios es la gloria del hombre

    23. sino de esto se ufane quien quiera ufanarse: de ser sensato y conocerme, pues yo soy Yahveh, que practico la bondad, el derecho y la justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco" - oráculo de Yahveh -.

    24. "Mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh - en que castigaré a todos los circuncidados que siguen siendo incircuncisos:

    25. a Egipto, a Judá, a Edom, a los hijos de Amón, a Moab y a todos los que se rapan las sienes, que habitan en el desierto. Todas estas naciones son incircuncisas, como también toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón."

    26.