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    Josué 8 - Biblia Castilian 2003

    Toma y destrucción de Hai

    1. Yahveh dijo entonces a Josué: "No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente de guerra y disponte a subir a Ay. Mira: voy a entregar en tus manos al rey de Ay con su pueblo, su ciudad y su región.

    2. Tratarás a Ay y a su rey como trataste a Jericó y a su rey; pero os podréis quedar como bot n con sus despojos y sus ganados. Tiende una emboscada a la ciudad por la espalda".

    3. Josué se dispuso a subir contra Ay con todas sus tropas. Escogió treinta mil valientes guerreros y les mandó salir de noche,

    4. con esta orden: "Mirad: vosotros preparad una emboscada a la ciudad, por detrás, sin alejaros mucho de ella, y estad todos atentos.

    5. Entretanto, yo y toda la tropa que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y cuando ellos salgan a nuestro encuentro como la primera vez, nosotros retrocederemos.

    6. Ellos nos perseguirán hasta que los hayamos alejado de la ciudad, pues pensarán: "Huyen de nosotros como la otra vez".

    7. Mientras nosotros retrocedemos, vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Yahveh, vuestro Dios, la ha entregado en vuestras manos.

    8. Cuando hayáis tomado la ciudad, prendedle fuego. Actuaréis conforme a la orden de Yahveh. Mirad que os lo mando yo".

    9. Los despidió Josué, y ellos se fueron al lugar de la emboscada y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay, mientras que Josué pasó aquella noche en medio del pueblo.

    10. Se levantó Josué de madrugada, pasó revista a las tropas y, al frente de ellas, subió con los ancianos de Israel contra Ay.

    11. Subió también toda la gente de guerra que con él estaba y se fue acercando hasta llegar frente a la ciudad. Acamparon al norte de Ay. Entre ellos y Ay quedaba un valle.

    12. Tomó unos cinco mil hombres y tendió con ellos una emboscada entre Betel y Ay al occidente de la ciudad.

    13. El ejército acampó al norte de la ciudad, mientras que los emboscados se manten an apostados al oeste de la misma. Josué se dirigió aquella noche al centro del valle.

    14. Al ver esto el rey de Ay, los hombres de la ciudad se dieron prisa a madrugar y salieron él y todo su ejército al encuentro de Israel para entablar combate en el lugar previsto, frente a la Arabá, sin saber que se le hab a tendido una emboscada detrás de la ciudad.

    15. Josué y todo Israel, fingiéndose derrotados por ellos, huyeron camino del desierto.

    16. Entonces, todas las tropas que hab a en la ciudad salieron gritando tras ellos y, persiguiendo a Josué, se alejaron de la ciudad.

    17. No quedó nadie ni en Ay ni en Betel que no saliera detrás de Israel. Y dejaron la ciudad desguarnecida mientras persegu an a Israel.

    18. Entonces dijo Yahveh a Josué: "Tiende hacia Ay el dardo que tienes en tu mano, porque en tu mano te la voy a entregar". Tendió Josué el dardo que ten a en su mano hacia la ciudad

    19. y, al extender la mano, los emboscados surgieron rápidamente de sus posiciones, llegaron corriendo a la ciudad, se apoderaron de ella y se apresuraron a incendiarla.

    20. Al volver la vista hacia atrás, los hombres de Ay vieron la humareda que de la ciudad sub a al cielo, pero ya no pudieron escapar ni por un lado ni por otro, porque las tropas que hu an hacia el desierto se volvieron contra sus perseguidores.

    21. En efecto, Josué y todo Israel, al ver que los emboscados se hab an apoderado de la ciudad y que de ella sub a una humareda, se volvieron para atacar a los de Ay.

    22. También los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los de Ay quedaron rodeados por los israelitas, que atacaban unos por un lado y otros por otro. Fueron derrotados sin que quedaran supervivientes ni fugitivos.

    23. Al rey de Ay lo capturaron vivo y se lo presentaron a Josué.

    24. Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en la campi a, en el desierto, hasta donde éstos los hab an perseguido, y cuando todos hab an ca do a filo de espada hasta su total exterminio, se volvieron los israelitas hacia Ay y la pasaron también a filo de espada.

    25. El total de los que cayeron en aquel d a, hombres y mujeres, fueron doce mil: todos ellos habitantes de Ay.

    26. Josué no retiró la mano que hab a tendido con el dardo hasta que entregó al anatema a todos los habitantes de Ay.

    27. Israel se repartió tan sólo el ganado y los despojos de la ciudad, conforme a la orden dada por Yahveh a Josué.

    28. Éste incendió Ay y la convirtió en un perpetuo montón de ruinas hasta el d a de hoy.

    29. Al rey de Ay lo colgó de un árbol hasta el atardecer; pero a la puesta del sol mandó Josué que descolgaran del árbol el cadáver. Luego lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y echaron sobre él un gran montón de piedras, que subsiste hasta el d a de hoy.

    Lectura de la ley en el monte Ebal

    30. Entonces Josué erigió un altar a Yahveh, Dios de Israel, sobre el monte Ebal,

    31. conforme a lo que hab a ordenado Moisés, siervo de Yahveh, a los israelitas, según está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, que no hayan sido trabajadas con instrumento de hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos a Yahveh y sacrificios de comunión.

    32. Escribió all, sobre las piedras, una copia de la ley que Moisés hab a escrito en presencia de los israelitas.

    33. Todo Israel, tanto los extranjeros como los nativos, con los ancianos, escribas y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca, delante de los sacerdotes levitas portadores del arca de la alianza de Yahveh, una mitad frente al monte Gariz n y la otra frente al monte Ebal, como hab a dispuesto Moisés, siervo de Yahveh, para bendecir por vez primera al pueblo.

    34. Después de esto, leyó todas las disposiciones de la ley, con sus bendiciones y maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.

    35. No quedó disposición de cuantas hab a ordenado Moisés que no leyera Josué delante de toda la asamblea de Israel, incluidos mujeres y ni os, y los extranjeros que moraban entre ellos.