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    Josué 9 - Biblia Castilian 2003

    Astucia de los gabaonitas

    1. Cuando se enteraron todos los reyes de este lado del Jordán, los de la zona monta osa y los de la llanura, y todos los del litoral del gran mar en dirección al L bano: hititas, amorreos, cananeos, perizeos, jiveos y jebuseos,

    2. se aliaron para luchar todos a una contra Josué e Israel.

    3. También los habitantes de Gabaón supieron lo que hab a hecho Josué con Jericó y Ay

    4. y, actuando con astucia, se pusieron en camino con sacos viejos sobre sus asnos, odres viejos de vino rotos y remendados;

    5. sandalias viejas y recosidas en sus pies y vestidos viejos sobre sus cuerpos. Todo el pan de sus provisiones estaba seco y desmigajado.

    6. Llegaron hasta Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los israelitas: "Venimos de lejanas tierras; haced, pues, desde ahora alianza con nosotros".

    7. Replicaron los israelitas a los jiveos: "Quizá vosotros habitáis cerca de nosotros. ¿Cómo podemos pactar una alianza con vosotros?".

    8. Respondieron ellos a Josué: "Somos tus siervos". Le dijo a Josué: "¿Quiénes sois y de dónde venis?".

    9. Ellos le contestaron: "Tus siervos vienen de una tierra muy lejana a causa del renombre de Yahveh, vuestro Dios, pues ha llegado hasta nosotros su fama y cuanto hizo en Egipto,

    10. y el trato que dio a los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, a Sijón, rey de Jesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot.

    11. Nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra nos dijeron: "Tomad en vuestras manos provisiones para el camino, id a su encuentro y decidles: siervos vuestros somos, haced, pues, desde ahora alianza con nosotros".

    12. Éste es nuestro pan; caliente estaba cuando lo tomamos de nuestras casas como provisión para salir hacia vosotros, y ahora vedlo seco y desmigajado.

    13. Éstos son los odres de vino que llenamos: estaban nuevos, y vedlos ahora rotos; y éstos nuestros vestidos y nuestras sandalias, gastados por lo largo del camino".

    14. Los hombres de Israel compartieron las provisiones sin consultar al oráculo de Yahveh.

    15. Josué firmó la paz y pactó con ellos una alianza que les garantizaba la vida. Y lo mismo pactaron bajo juramento los jefes de la comunidad.

    16. Al cabo de tres d as después de cerrado el pacto, se enteraron de que eran vecinos suyos y que habitaban cerca de ellos.

    17. En efecto, los israelitas se hab an puesto en camino y al tercer d a llegaron a sus ciudades: Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Year n.

    18. Los israelitas no los atacaron a causa del juramento que los jefes de la comunidad les hab an hecho en nombre de Yahveh, Dios de Israel; pero toda la comunidad murmuró contra los jefes.

    19. Entonces todos los jefes declararon a la comunidad en pleno: "Nosotros les hemos jurado por Yahveh, Dios de Israel; por eso no podemos tocarlos.

    20. Vamos, pues, a hacer con ellos lo siguiente: dejarlos con vida para no atraer sobre nosotros la cólera divina, a causa del juramento que les hemos prestado".

    21. Y a adieron los jefes: "Que sigan viviendo; pero que sean le adores y aguadores de toda la comunidad". Y se hizo como hab an determinado los jefes.

    22. Luego Josué los llamó y les dijo: "¿Por qué habéis obrado arteramente con nosotros diciendo: "Vivimos muy lejos de vosotros", cuando en realidad moráis muy cerca?

    23. Ahora, pues, malditos seáis, y no dejaréis nunca de ser siervos, le adores y aguadores para la casa de mi Dios".

    24. Respondieron ellos a Josué en los siguientes términos: "Hab a llegado a conocimiento de tus siervos lo que Yahveh, tu Dios, hab a ordenado a Moisés, su siervo, a saber, entregaros todo este pa s y exterminar ante vosotros a todos los habitantes de esta tierra. Hemos temido mucho por nuestras vidas ante vosotros, y por eso hemos hecho esto.

    25. Ahora, pues, aqu estamos, en tus manos; haz con nosotros como te parezca mejor y más recto".

    26. As lo hizo con ellos: los libró de las manos de los israelitas y no los mataron.

    27. Pero aquel mismo d a los destinó Josué para que fueran, hasta hoy, le adores y aguadores de la comunidad y del altar de Yahveh, en el lugar que Yahveh hab a de elegir.