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    Lucas 12 - Biblia Castilian 2003

    La levadura de los fariseos

    1. Y mientras la multitud segu a aumentando por millares, hasta el punto de atropellarse unos a otros, primero comenzó a decir a sus disc pulos: "Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocres a.

    2. Pues nada hay oculto que no se descubra, y nada secreto que no se conozca.

    3. Por lo cual, todo lo que dijisteis en la obscuridad, será o do a plena luz; y todo lo que hablasteis al o do, en las habitaciones más escondidas, será proclamado desde las terrazas.

    A quién se debe temer

    4. A vosotros os lo digo, amigos m os: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero después de esto no pueden hacer más.

    5. Os voy a indicar a quién habéis de temer: temed a quien, después de haber matado, tiene poder para arrojar a la gehenna. S, os lo repito: a ése habéis de temer.

    6. ¿Acaso no se venden por dos ases cinco pajarillos? Sin embargo, ni uno de ellos queda olvidado ante Dios.

    7. Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. ¡No tengáis miedo! Valéis más que muchos pajarillos.

    El que me confesare delante de los hombres

    8. Pero yo os digo: respecto a todo aquel que se declare en mi favor delante de los hombres, el Hijo del hombre también se declarará en favor suyo delante de los ángeles de Dios.

    9. Pero aquel que me niegue ante los hombres, también él será negado ante los ángeles de Dios.

    10. Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonada; pero a aquel que blasfeme contra el Esp ritu Santo, no se le perdonará.

    11. Cuando los poderes y las autoridades os hagan comparecer ante las sinagogas no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis o qué habéis de decir.

    12. Porque el Esp ritu Santo os ense ará en aquel mismo momento lo que conviene decir".

    El rico insensato1

    13. D jole uno de la multitud: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia".

    14. Pero él le contestó: "¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o partidor entre vosotros?".

    15. Entonces les dijo: "Guardaos muy bien de toda avidez, porque no por estar uno en la abundancia los bienes que posee le garantizan la vida".

    16. Luego les dijo esta parábola: "Un hombre muy rico ten a una finca que le dio una gran cosecha.

    17. Y discurr a para s de esta forma: "¿Qué voy a hacer, si ya no tengo dónde almacenar mis cosechas?".

    18. Y se dijo: "Voy a hacer esto: derribaré mis graneros para edificar otros mayores; as podré almacenar all todo mi trigo y mis bienes.

    19. Y diré a mi alma: alma m a, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos a os; ahora descansa, come, bebe y pásalo bien".

    20. Entonces le dijo Dios: "¡Insensato! Esta misma noche te van a reclamar tu alma; y todo lo que has preparado, ¿para quién va a ser?".

    21. As sucederá con aquel que atesora riquezas para s, pero no se enriquece ante Dios".

    El afán y la ansiedad

    22. Luego dijo a [sus] disc pulos: "Por eso os digo: no os agobiéis por la vida, pensando qué vais a comer; ni por [vuestro] cuerpo, con qué lo vais a vestir.

    23. Porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido.

    24. Fijaos en los cuervos: no siembran ni siegan, ni tienen despensa ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!

    25. ¿Quién de vosotros, por mucho que se afane, puede a adir una hora a su existencia?

    26. Pues, si ni siquiera lo m nimo podéis, ¿por qué afanaros por lo demás?

    27. Fijaos en los lirios: cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo: ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos.

    28. Pues si a la hierba que hoy está en el campo y ma ana se echa al horno Dios la viste as, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe!

    29. Por tanto, no andéis buscando qué habéis de comer y de beber; no os inquietéis por eso.

    30. Pues todas estas cosas las buscan ansiosamente los paganos del mundo; pero vuestro Padre sabe bien que las necesitáis.

    31. Buscad, en cambio, su reino y estas cosas se os darán por a adidura.

    Tesoro en el cielo

    32. No temas, peque o reba o; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.

    33. Vended vuestros bienes para darlos en limosnas. Haceos bolsas que no se desgastan, un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que se acerque ni polilla que carcoma.

    34. Porque donde está vuestro tesoro, all está también vuestro corazón.

    El siervo vigilante

    35. Tened bien ce ida la cintura y encendidas las lámparas;

    36. y sed como los que están esperando a que regrese su se or del banquete de bodas, para abrirle inmediatamente cuando vuelva y llame.

    37. Dichosos aquellos criados a quienes el se or, al volver, los encuentre velando. Os lo aseguro: él también se ce irá la cintura, los hará ponerse a la mesa y se acercará a servirles.

    38. Y si llega a la segunda vigilia de la noche, o incluso a la tercera, y los encuentra as, ¡dichosos ellos!

    39. Enteded bien esto: si el due o de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejar a horadar su casa.

    40. Estad también vosotros preparados: que a la hora en que menos lo penséis vendrá el Hijo del hombre".

    El siervo infiel

    41. Dijo entonces Pedro: "Se or, ¿a quién diriges esta parábola, a nosotros o a todos?".

    42. El Se or contestó: "¿Quién es el administrador fiel y sensato a quien el se or pondrá al frente de sus criados, para darles la ración de trigo a su debido tiempo?

    43. Dichoso aquel criado a quien su se or, al volver, lo encuentre haciéndolo as.

    44. De verdad os lo digo: lo pondrá al frente de todos sus bienes.

    45. Pero, si aquel criado dijera para s: "Mi se or se va a retrasar", y se pusiera a pegar a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse,

    46. llegará el se or de ese criado el d a en que menos lo espera y a la hora en que menos lo piensa, lo castigará duramente y le asignará la misma suerte que a los desleales.

    47. El criado ese que conoce la voluntad de su se or pero no prepara o no actúa conforme a esa voluntad será castigado muy severamente.

    48. En cambio, el que no la conoce, si hace cosas condenables, será castigado con menos severidad. Pues a aquel a quien mucho se le dio mucho se le ha de exigir; y al que mucho se le ha confiado, mucho más se le ha de pedir.

    Jesús, causa de división

    49. Fuego he venido a echar sobre la tierra. ¡Y cuánto desear a que ya estuviera ardiendo!

    50. Yo tengo un bautismo con que he de ser bautizado. ¡Y cuánta angustia siento hasta que se cumpla!

    51. ¿Pensáis que yo he venido a poner paz en la tierra? Nada de eso - os lo digo yo -, sino discordia.

    52. Porque desde ahora en adelante, en una casa de cinco personas estarán en discordia tres contra dos y dos contra tres:

    53. el padre estará en discordia contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra la suegra".

    ¿Cómo no reconocéis este tiempo?

    54. Dec a también a la multitud: "Cuando veis que una nube se levanta por poniente, en seguida dec s: "Va a llover", y as sucede.

    55. Cuando sopla el viento del sur, dec s: "Va a hacer calor", y lo hace.

    56. ¡Hipócritas! Sabéis escudri ar el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo, pues, no escudri áis el momento presente?

    Arréglate con tu adversario

    57. ¿Y por qué no juzgáis también por vosotros mismos lo que es justo?

    58. Cuando vas, pues, a presentarte al magistrado con tu contrario, trata de llegar a un arreglo con él por el camino, no sea que te arrastre hasta el juez, y el juez te entregue al ejecutor, y el ejecutor te meta en la cárcel.

    59. Te digo que no saldrás de all hasta que pagues el último cuadrante".