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    Marcos 15 - Biblia Castilian 2003

    Jesús ante Pilato

    1. En cuanto amaneció, los pont fices con los ancianos y escribas, es decir: todo el sanedr n, después de preparar la conclusión del acuerdo, ataron a Jesús, y lo llevaron y entregaron a Pilato.

    2. Pilato lo interrogó: "¿Eres tú el rey de los jud os?". Él le contesta: "S, lo soy".

    3. Y los pont fices lo acusaban con insistencia.

    4. Pilato le preguntaba de nuevo: "¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan".

    5. Pero Jesús ya no respondió absolutamente nada, de forma que Pilato estaba extra ado.

    Jesús sentenciado a muerte

    6. En cada fiesta, les dejaba en libertad un preso, el que ellos pidieran.

    7. Hab a entonces uno, llamado Barrabás, encarcelado con los sediciosos que en el mot n hab an cometido un homicidio.

    8. Y cuando la gente subió, se puso a pedirle el indulto que les sol a conceder.

    9. Pilato les contestó: "¿Queréis que os suelte al rey de los jud os?".

    10. Pues bien sab a que por envidia se lo hab an entregado los pont fices.

    11. Pero los pont fices soliviantaron al pueblo para que les soltara más bien a Barrabás.

    12. Respondiendo Pilato de nuevo, les dec a: "¿Qué voy a hacer, pues, con ese que llamáis rey de los jud os?".

    13. Ellos volvieron a gritar: "¡Crucif calo!".

    14. Pilato les replicaba: "¿Pues qué mal ha hecho?". Pero ellos gritaron cada vez más fuerte: "¡Crucif calo!".

    15. Entonces Pilato, para complacer a la plebe, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de mandarlo azotar, para que lo crucificaran.

    16. Los soldados lo condujeron entonces dentro del palacio, es decir, al pretorio, y convocan toda la cohorte.

    17. Lo visten de púrpura y le ci en una corona de espinas que hab an entretejido;

    18. y comenzaron a saludarle: "¡Salve, rey de los jud os!",

    19. al mismo tiempo que le golpeaban la cabeza con una ca a, le escup an y, doblando las rodillas, le hac an reverencias.

    20. (20a) Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron la púrpura y le pusieron sus propios vestidos. (20b) Luego lo sacan para crucificarlo.

    Crucifixión y muerte de Jesús

    21. Y a un hombre que pasaba por all, que volv a del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo obligan a llevarle la cruz.

    22. Lo conducen, pues, al lugar llamado Gólgota, que quiere decir "Lugar de la calavera".

    23. Le daban vino mezclado con mirra, pero él no lo aceptó.

    24. Luego lo crucifican y se reparten sus vestidos, echando suertes sobre ellos, a ver qué le tocaba a cada uno.

    25. Era la hora tercera cuando lo crucificaron.

    26. Y encima estaba escrita la causa de su condena: EL REY DE LOS JUDÍOS.

    27. También crucifican con él a dos ladrones: uno a su derecha y otro a su izquierda.

    28.

    29. Y los que pasaban por all lo insultaban, moviendo la cabeza y diciendo: "¡Eh! Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres d as:

    30. sálvate a ti mismo bajando de la cruz".

    31. Igualmente, también los pont fices se burlaban de él, juntamente con los escribas, diciéndose unos a otros: "Ha salvado a otros, y no puede salvarse a s mismo:

    32. ¡el Cristo, el rey de Israel; que baje ahora mismo de la cruz, para que veamos y creamos!". También los que estaban crucificados con él lo insultaban.

    33. Llegada la hora sexta, quedó en tinieblas toda aquella tierra hasta la hora nona.

    34. Y a la hora nona clamó Jesús con voz potente: " Elo, Elo, lemá sabactan ". Lo cual quiere decir: "¡Dios m o, Dios m o!, ¿por qué me has desamparado? ".

    35. Y algunos de los que por all estaban dec an al o rlo: "Mira, está llamando a El as".

    36. Corrió entonces uno a empapar una esponja en vinagre, y poniéndola en la punta de una ca a, le daba de beber, diciendo: "¡Dejadlo! Vamos a ver si viene El as a bajarlo".

    37. Entonces Jesús, lanzando un potente grito, expiró.

    38. Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.

    39. Al ver el centurión, que estaba all frente a Jesús, de qué manera hab a expirado, dijo: "Realmente, este hombre era Hijo de Dios".

    40. Hab a además unas mujeres que miraban desde lejos, entre las cuales estaban también Mar a Magdalena, Mar a, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé,

    41. las cuales, cuando él estaba en Galilea, lo segu an y le serv an, y otras muchas que hab an subido con él a Jerusalén.

    Jesús es sepultado

    42. Llegada ya la tarde, por ser la parasceve, o sea, v spera del sábado,

    43. José de Arimatea, miembro ilustre del sanedr n, el cual también esperaba el reino de Dios, se fue resueltamente ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

    44. Pilato se extra ó de que ya hubiera muerto. Llamó entonces al centurión y le preguntó si efectivamente hab a muerto.

    45. Informado de ello por el centurión, concedió el cadáver a José.

    46. Éste, después de comprar una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo depositó en un sepulcro que estaba excavado en una roca; luego hizo rodar una piedra sobre la puerta del sepulcro.

    47. Mar a Magdalena y Mar a, la madre de José, estaban mirando dónde lo pon an.