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    Nehemías 6 - Biblia Castilian 2003

    Maquinaciones de los adversarios

    1. Cuando a Sanbalat, a Tob as, a Guesen, el árabe, y a los demás enemigos nuestros les llegó la noticia de que yo hab a reedificado la muralla, sin que quedara ya brecha alguna en ella, aunque en ese momento aún no hab an sido colocadas las hojas de las puertas,

    2. enviaron a decirme Sanbalat y Guesen: "Ven a entrevistarte con nosotros en Quefir n, en el valle de Onó". Pero ellos tramaban mi da o.

    3. Por eso les envié mensajeros para decirles: "Estoy haciendo una obra muy importante, y no puedo bajar. ¿Por qué parar la obra y abandonarla mientras bajo a reunirme con vosotros?".

    4. Cuatro veces me enviaron este mismo recado, y yo les respond de la misma manera.

    5. Entonces Sanbalat me envió por quinta vez el mismo recado por medio de un criado suyo que tra a en la mano una carta abierta.

    6. En ella hab a escrito: "Corre el rumor entre esta gente - y Guesen lo confirma - de que tú y los jud os pensáis rebelaros, y que por eso estás reconstruyendo la muralla. Según estas noticias, tú ser as su rey.

    7. Incluso se dice que has establecido en Jerusalén profetas que aludiendo a ti, digan: "Hay un rey en Judá". Ahora bien, tales cosas llegarán a o dos del rey. Ven, pues, y deliberemos juntos".

    8. Pero yo envié a decirle: "Nada hay de todo eso que tú dices. Todo es un invento de tu corazón".

    9. En realidad, lo que todos ellos intentaban era infundirnos miedo, porque pensaban: "Sus manos desistirán de la obra, y no se llevará a cabo". Pero yo me reafirmé más todav a.

    10. Hab a ido yo a casa de Sema as, hijo de Dela as, hijo de Mehetabel, que estaba recluido en su casa, y me dijo: "Tengamos una reunión en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos sus puertas, porque van a venir a matarte. Esta misma noche vendrán a matarte".

    11. Pero yo le respond: "¿Un hombre como yo va a huir? ¿Y quién, siendo como yo, penetrará en el templo para salvar su vida? ¡No entraré!".

    12. Entonces comprend que Dios no lo hab a enviado, sino que hab a proferido aquella profec a sobre m porque Tob as y Sanbalat lo hab an sobornado con dinero.

    13. Él estaba vendido para que yo, llevado del pánico, lo hiciera as y cometiera un error. Esto les dar a pie para difamarme y burlarse de m.

    14. ¡Acuérdate, Dios m o, de Tob as y de Sanbalat por lo que han hecho, y también de la profetisa Noad a y de los demás profetas que trataron de asustarme!

    15. La muralla quedó terminada el veinticinco de elul, en cincuenta y dos d as.

    16. Cuando todos nuestros enemigos lo supieron, toda la gente de nuestro entorno quedó maravillada y reconocieron que esta obra hab a sido realizada gracias a nuestro Dios.

    17. Por aquellos d as, los principales de Judá dirig an muchas cartas a Tob as, y éste a ellos,

    18. porque muchos de Judá estaban comprometidos con él por juramento, dado que era yerno de Secan as, hijo de Araj, y que Juan, su hijo, se hab a casado con la hija de Mesulán, hijo de Berequ as.

    19. Incluso refer an ante m sus buenas cualidades y le hac an saber todo lo que yo hac a. Tob as, por su parte, me enviaba cartas intimidatorias.