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miércoles, julio 17, 2024
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    Juan 3 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Jesús y Nicodemo

    1. Y había un hombre de los fariseos(a), llamado Nicodemo, príncipe de los Judíos.

    2. Éste vino a Jesús de noche(b), y le dijo: "Rabbí, sabemos(c) que eres maestro venido de Dios(d); porque ninguno puede hacer estos milagros, que tú haces, si Dios no estuviere con él(e)”.

    3. Jesús respondió, y le dijo: "En verdad, en verdad te digo, que no puede ver el reino de Dios, sino aquel que renaciere(f) de nuevo”.

    4. Nicodemo le dijo: "¿Cómo puede un hombre nacer, siendo viejo? ¿Por ventura puede volver al vientre de su madre, y nacer otra vez(g)?”

    5. Jesús respondió: "En verdad, en verdad te digo, que no puede entrar en el reino de Dios, sino aquel que fuere renacido de agua y de Espíritu santo(h).

    6. Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido de espíritu, espíritu es(i).

    7. No te maravilles, porque te dijo: Os es necesario nacer otra vez.

    8. El espíritu donde quiere sopla; y oyes su voz, mas no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Así es todo aquel que es nacido de espíritu(j)”.

    9. Respondió Nicodemo, y le dijo: "¿Cómo puede hacerse esto(k)?”

    10. Respondió Jesús, y le dijo: "¿Tú eres maestro en Israel, y esto(l) ignoras?

    11. En verdad, en verdad te digo, que lo que sabemos, eso hablamos; y lo que hemos visto, atestiguamos, y no recibís nuestro testimonio(m).

    12. Si os he dicho cosas terrenas, y no las creéis, ¿cómo creeréis, si os dijere las celestiales?

    13. Y ninguno subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo(n).

    14. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que sea levantado el Hijo del hombre(o),

    15. Para que todo aquel, que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

    De tal manera amó Dios al mundo

    16. Porque de tal manera amó Dios al mundo(p), que dio a su Hijo unigénito(q); para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

    17. Porque no envió Dios su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él(r).

    18. Quien en él cree, no es juzgado; mas el que no cree, ya ha sido juzgado(s); porque no cree en el nombre del unigénito(t) Hijo de Dios.

    19. Mas éste es el juicio(u): que la luz vino al mundo(v), y los hombres amaron más las tinieblas, que la luz; porque sus obras eran malas.

    20. Porque todo hombre, que obra mal, aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

    21. Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que parezcan sus obras, porque son hechas en Dios(w)”.

    El amigo del esposo

    22. Después de esto vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea(x); y allí se estaba con ellos, y bautizaba(y).

    23. Y Juan bautizaba también en Ainón junto a Salim(z), porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados allí.

    24. Porque Juan aún no había sido puesto en la cárcel.

    25. Y se movió una cuestión entre los discípulos de Juan y los Judíos acerca de la purificación(a).

    26. Y fueron a Juan, y le dijeron: "Maestro, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, de quien tú diste testimonio, mira que él bautiza, y todos vienen a él”.

    27. Respondió Juan, y dijo: "No puede el hombre recibir algo, si no le fuere dado del cielo(b).

    28. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: ‘Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él’.

    29. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está con él, y le oye, se llena de gozo con la voz del esposo. Así pues este mi gozo es cumplido.

    30. Es necesario que él crezca, y que yo mengüe(c).

    El que viene de arriba

    31. El que de arriba viene, sobre todos es. El que es de la tierra, terreno es, y de la tierra habla. El que viene del cielo, sobre todos es(d).

    32. Y lo que vio, y oyó, eso testifica, y nadie recibe su testimonio(e).

    33. El que ha recibido su testimonio, confirmó que Dios es verdadero(f).

    34. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; porque Dios no le da el espíritu por medida(g).

    35. El Padre ama al Hijo; y todas las cosas puso en sus manos(h).

    36. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que no da crédito al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios(i) está sobre él”.