Juan 4 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)Jesús y la mujer samaritana1. Y cuando entendió Jesús que los fariseos habían oído que él hacía más discípulos, y bautizaba(a) más que Juan, 2. (Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), 3. Dejó la Judea, y se fue otra vez a Galilea(b). 4. Debía por tanto pasar por Samaria(c). 5. Vino pues a una ciudad de Samaria, que se llamaba Sicar(d), cerca del campo, que dio Jacob a su hijo José. 6. Y estaba allí la fuente de Jacob. Jesús pues cansado del camino(e), estaba así sentado(f) sobre la fuente. Era como la hora de sexta(g). 7. Vino una mujer de Samaria(h) a sacar agua. Jesús le dijo: "Dame de beber”. 8. (Porque sus discípulos habían ido a la ciudad(i) a comprar de comer). 9. Y aquella mujer Samaritana le dijo: "¿Cómo tú, siendo Judío, me pides de beber a mí, que soy mujer Samaritana?” Porque los Judíos no tienen trato con los Samaritanos(j). 10. Respondió Jesús, y le dijo: "Si supieses el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber(k)’, tú de cierto le pidieras a él(l), y te daría agua viva(m)”. 11. La mujer le dijo: "Señor, no tienes con qué sacarla(n), y el pozo es hondo; ¿de dónde pues tienes el agua viva? 12. ¿Por ventura eres tú mayor que nuestro padre Jacob, el cual nos dio este pozo, y él bebió de él, y sus hijos, y sus ganados(o)?” 13. Jesús respondió, y le dijo: "Todo aquel que bebe de esta agua(p), volverá a tener sed; mas el que bebiere el agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed(q); 14. Pero el agua que yo le daré, se hará en él una fuente de agua, que saltará hasta la vida eterna”. 15. La mujer le dijo: "Señor, dame esa agua, para que no tenga sed, ni venga aquí(r) a sacarla”. 16. Jesús le dijo: "Ve, llama a tu marido, y ven acá”. 17. La mujer respondió, y dijo: "No tengo marido”. Jesús le dijo: "Bien has dicho, no tengo marido. 18. Porque cinco maridos has tenido(s), y el que ahora tienes, no es tu marido: esto has dicho con verdad”. 19. La mujer le dijo: "Señor, veo que tú eres profeta(t). 20. Nuestros padres en este monte adoraron, y vosotros decís, que en Jerusalén está el lugar en donde es menester adorar”. 21. Jesús le dijo: "Mujer, créeme, que viene la hora, en que ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre(u). 22. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salud viene de los Judíos. 23. Mas viene la hora(v), y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque el Padre también busca tales, que le adoren. 24. Dios es espíritu(w); y es menester que aquellos que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad”. 25. La mujer le dijo: "Yo sé que viene el Mesías, (que se llama Cristo). Y cuando viniere él, nos declarará todas las cosas(x)”. 26. Jesús le dijo: "Yo soy, que hablo contigo”. 27. Y al mismo tiempo llegaron sus discípulos; y se maravillaban de que hablaba con una mujer(y). Pero ninguno le dijo: "¿Qué preguntas, o qué hablas con ella?” 28. La mujer pues dejó su cántaro, y se fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres(z): 29. "Venid, y ved a un hombre que me ha dicho todas cuantas cosas he hecho. ¿Si quizá es éste el Cristo(a)?” 30. Salieron entonces de la ciudad, y vinieron a él. 31. Entretanto le rogaban sus discípulos, diciendo: "Maestro, come”. 32. Jesús les dijo: "Yo tengo para comer un manjar, que vosotros no sabéis(b)”. 33. Decían pues los discípulos unos a otros: "¿Si le habrá traído alguno de comer?” 34. Jesús les dijo: "Mi comida es, que haga la voluntad del que me envió, y que cumpla su obra. 35. ¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses hasta la siega(c)? Pues yo os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad los campos, que están ya blancos para segarse. 36. Y el que siega, recibe jornal, y allega fruto para la vida eterna(d), para que se gocen a una el que siembra, y el que siega(e). 37. Porque en esto el refrán es verdadero: que uno es el que siembra, y otro es el que siega: 38. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros lo labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”. 39. Y creyeron en él muchos Samaritanos de aquella ciudad por la palabra de la mujer, que atestiguaba, diciendo: "Que me ha dicho todo cuanto he hecho(f)”. 40. Mas como viniesen a él los Samaritanos, le rogaron que se quedase allí. Y se detuvo allí dos días. 41. Y creyeron en él muchos más por la predicación de él. 42. Y decían a la mujer: "Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo(g)”. Jesús sana al hijo de un noble43. Y dos días después salió de allí, y se fue a Galilea. 44. Porque el mismo Jesús dio testimonio que un profeta no es honrado en su patria(h). 45. Y cuando vino a Galilea, le recibieron los Galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho el día de la fiesta en Jerusalén; pues ellos también habían asistido a la fiesta. 46. Vino pues otra vez a Caná de Galilea, en donde había hecho el agua vino. Y había en Cafarnaúm un señor de la corte(i), cuyo hijo estaba enfermo. 47. Éste habiendo oído que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él, y le rogaba que descendiese, y sanase a su hijo; porque se estaba muriendo. 48. Y Jesús le dijo: "Si no viereis milagros y prodigios, no creéis(j)”. 49. El de la corte le dijo: "Señor, ven antes que muera mi hijo”. 50. Jesús le dijo: "Ve, que tu hijo vive(k)”. Creyó el hombre a la palabra, que le dijo Jesús, y se fue. 51. Y cuando se volvía(l), salieron a él sus criados, y le dieron nuevas, diciendo, que su hijo vivía(m). 52. Y les preguntó la hora, en que había comenzado a mejorar(n). Y le dijeron: "Ayer a las siete(o) le dejó la fiebre”. 53. Y entendió entonces el padre que era la misma hora, en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive; y creyó él, y toda su casa”. 54. Este segundo milagro hizo Jesús(p) otra vez, cuando vino de Judea a Galilea. |