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miércoles, julio 17, 2024
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    Juan 5 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    El paralítico de Betesda

    1. Después de estas cosas, era el día de fiesta de los Judíos(a), y subió Jesús a Jerusalén.

    2. Y en Jerusalén está la piscina(b) Probática(c), que en hebreo se llama Betsaida, la cual tiene cinco pórticos.

    3. En estos yacía grande muchedumbre de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando el movimiento del agua.

    4. Porque un ángel del Señor descendía en cierto tiempo a la piscina, y se movía el agua(d). Y el que primero entraba en la piscina después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

    5. Y estaba allí un hombre, que había treinta y ocho años, que estaba enfermo.

    6. Y cuando Jesús vio que yacía aquel hombre, y conoció que estaba ya de mucho tiempo(e), le dijo: "¿Quieres ser sano?”

    7. El enfermo le respondió: "Señor, no tengo hombre(f), que me meta en la piscina, cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo voy, otro entra antes que yo”.

    8. Jesús le dijo: "Levántate, toma tu lecho, y anda”.

    9. Y luego fue sano aquel hombre, y tomó su camilla, y caminaba. Y era sábado aquel día.

    10. Dijeron entonces los Judíos al hombre, que había sido sanado: "Sábado es, y no te es lícito llevar tu camilla”.

    11. Les respondió: "Aquél, que me sanó, me dijo: toma tu camilla, y anda(g)”.

    12. Entonces le preguntaron: "¿Quién es aquel hombre, que te dijo: Toma tu camilla, y anda?”

    13. Y el que había sido sanado, no sabía quién era; porque Jesús se había retirado del tropel de gente, que había en aquel lugar.

    14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: "Mira, que ya estás sano; no quieras pecar más, para que no te acontezca alguna cosa peor(h)”.

    15. Fue aquel hombre, y dijo a los Judíos que Jesús era el que le había sanado(i).

    16. Por esta causa los Judíos perseguían a Jesús(j), porque hacía estas cosas en sábado.

    17. Y Jesús les respondió: "Mi Padre obra hasta ahora, y yo obro(k)”.

    18. Y por esto los Judíos tanto más procuraban matarlo; porque no solamente quebrantaba el sábado, sino porque también decía que era Dios su Padre, haciéndose igual a Dios. Y así Jesús respondió, y les dijo:

    La autoridad del Hijo

    19. "En verdad, en verdad os digo: El Hijo no puede hacer por sí cosa alguna, sino lo que viere hacer al Padre(l): porque todo lo que el Padre hiciere, lo hace también igualmente el Hijo(m).

    20. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas, que él hace(n). Y mayores obras que estas le mostrará, de manera que os maravilléis vosotros(o).

    21. Porque así como el Padre resucita los muertos, y les da vida, así el Hijo(p) da vida a los que quiere.

    22. Y el Padre no juzga a ninguno(q); mas todo el juicio ha dado al Hijo(r),

    23. Para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. Quien no honra al Hijo, no honra al Padre, que le envió.

    24. En verdad, en verdad os digo: Que el que oye mi palabra, y cree a aquel, que me envió, tiene vida eterna, y no viene a juicio, mas pasó de muerte a vida(s).

    25. En verdad, en verdad os digo, que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren, vivirán(t).

    26. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo(u);

    27. Y le dio poder de hacer juicio, porque es Hijo del hombre(v).

    28. No os maravilléis de esto: porque viene la hora, cuando todos los que están en los sepulcros, oirán la voz del Hijo de Dios(w).

    29. Y los que hicieron bien, irán(x) a resurrección de vida; mas los que hicieron mal, a resurrección de juicio.

    Testigos de Cristo

    30. No puedo yo de mí mismo hacer cosa alguna(y). Así como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad de aquel, que me envió(z).

    31. Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero(a).

    32. Otro es el que da testimonio de mí; y se que es verdadero el testimonio, que da de mí.

    33. Vosotros enviasteis a Juan, y dio testimonio a la verdad.

    34. Mas yo no tomo testimonio de hombre pero digo esto para que vosotros seáis salvos(b).

    35. El era una antorcha que ardía y alumbraba(c). Y vosotros quisisteis por breve tiempo alegraron con su luz(d).

    36. Pero yo tengo mayor testimonio que Juan. Porque las obras, que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras, que yo hago(e), dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.

    37. Y el Padre que me envió, él dio testimonio de mí(f); y vosotros nunca habéis oído su voz(g), ni habéis visto su semejanza.

    38. Ni tenéis en vosotros estable su palabra, porque al que él envió, a este vosotros no creéis.

    39. Escudriñad las Escrituras, en las que vosotros creéis tener la vida eterna(h); y ellas son las que dan testimonio de mí;

    40. Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida.

    41. No recibo gloria de hombres(i).

    42. Mas yo os he conocido que no tenéis el amor de Dios en vosotros(j).

    43. Yo vine en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su nombre, a aquel recibiréis(k).

    44. ¿Cómo podéis creer vosotros, que recibís la gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria, que de sólo Dios viene(l)?

    45. No penséis que yo os he de acusar delante del Padre. Otro hay que os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis(m).

    46. Porque si creyeseis a Moisés, también me creeríais(n) a mí; pues él escribió de mí.

    47. Mas si a sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis a mis palabras(o)?”