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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 13 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Arrepentíos o pereceréis

    1. Y en este mismo tiempo estaban allí unos que le decían nuevas de los Galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios(a) de ellos.

    2. Y Jesús les respondió diciendo: "¿Pensáis que aquellos Galileos fueron más pecadores que todos los otros(b), por haber padecido tales cosas?

    3. Os digo, que no; mas si no hiciéreis penitencia, todos pereceréis de la misma manera.

    4. Así como también aquellos diez y ocho hombres, sobre los cuales cayó la torre en Siloé(c), y los mató; ¿pensáis que ellos fueron más deudores(d) que todos los hombres, que moraban en Jerusalén?

    5. Os digo, que no; mas si no hiciéreis penitencia, todos pereceréis de la misma manera".

    Parábola de la higuera estéril

    6. Y decía también esta semejanza(e): "Un hombre tenía una higuera plantada(f) en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no le halló.

    7. Y dijo al que labraba la viña: ‘Mira, tres años(g) ha que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; pues: ¿para qué ha de ocupar aun la tierra(h)?’

    8. Mas él respondió, y le dijo: ‘Señor, déjala aun este año, y la cavaré alrededor, y le echaré estiércol;

    9. Y si con esto diere fruto(i); y si no, la cortarás después’".

    Jesús sana a una mujer en el día de reposo

    10. Y estaba enseñando en la sinagoga de ellos los sábados.

    11. Y he aquí una mujer, que tenía espíritu de enfermedad(j) diez y ocho años había, y estaba tan encorvada(k), que no podía mirar hacia arriba(l).

    12. Cuando la vio Jesús, la llamó a sí, y le dijo: "Mujer, libre estás de tu enfermedad".

    13. Y puso sobre ella las manos. Y en el punto se enderezó, y daba gloria a Dios.

    14. Y tomando la palabra el príncipe de la sinagoga(m), indignado porque Jesús había curado en el sábado, dijo al pueblo: "Seis días hay en que se puede trabajar(n); en estos pues venid, y que os cure, y no en sábado(o)".

    15. Y respondiéndole el Señor, dijo: "¡Hipócritas! ¿Cada uno de vosotros no desata en sábado su buey, o su asno del pesebre, y lo lleva a abrevar?

    16. ¿Y esta hija de Abraham, a quien tuvo ligada Satanás(p) diez y ocho años, no convino desatarla de este lazo en día de sábado?"

    17. Y diciendo estas cosas, se avergonzaban todos(q) sus adversarios(r); mas se gozaba todo el pueblo de todas las cosas, que él hacía gloriosamente(s).

    Parábola de la semilla de mostaza

    18. Decía pues: "¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo compararé?

    19. Semejante es al grano de mostaza, que lo tomó un hombre, y lo sembró en su huerto; y creció, y se hizo grande árbol; y las aves del cielo reposaron en sus ramas(t)".

    Parábola de la levadura

    20. Y dijo otra vez: "¿A qué diré que el reino de Dios es semejante?

    21. Semejante es a la levadura, que tomó una mujer, y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedase fermentado(u)".

    La puerta estrecha

    22. E iba por las ciudades y aldeas enseñando, y caminando hacia Jerusalén.

    23. Y le dijo un hombre: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?" Y él les dijo(v):

    24. "Porfiad a entrar por la puerta angosta(w); porque os digo que muchos procurarán entrar(x), y no podrán.

    25. Y cuando el padre de familias hubiere entrado(y), y cerrado la puerta, vosotros estaréis fuera, y comenzaréis a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor(z), ábrenos!’ Y él os responderá, diciendo: ‘No sé de dónde sois vosotros’.

    26. Entonces comenzaréis a decir: ‘Delante de ti comimos, y bebimos, y en nuestras plazas enseñaste(a)’;

    27. Y os dirá: ‘No sé de dónde sois vosotros. ¡Apartaos de mí, todos los obradores de la iniquidad!’.

    28. Allí será el llorar y el crujir de dientes, cuando viéreis a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, y a todos los profetas en el reino de Dios, y que vosotros sois arrojados fuera.

    29. Y vendrán de Oriente, y de Occidente, y de Aquilón, y de Austro(b), y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

    30. Y he aquí que son postreros los que serán primeros, y que son primeros los que serán postreros".

    Lamento de Jesús sobre Jerusalén

    31. El mismo día se llegaron a él ciertos fariseos, y le dijeron: "Sal de aquí, y vete, porque Herodes te quiere matar(c)".

    32. Y les dijo: "Id, y decid a aquella raposa(d), que yo lanzo demonios, y doy perfectas sanidades hoy y mañana, y al tercero día soy consumado(e).

    33. Pero es necesario que yo ande hoy, y mañana, y otro día(f); porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalem(g).

    34. ¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti. ¿Cuántas veces quise juntar tus hijos como el ave su nido debajo de sus alas, y no quisiste?

    35. He aquí que os será dejada desierta vuestra casa. Y os digo, que no me veréis, hasta que venga tiempo, cuando digáis: ¡Bendito(h) el que viene en el nombre del Señor!.