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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 14 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Jesús sana a un hidrópico

    1. Y aconteció, que entrando Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos a comer pan(a), ellos le estaban acechando(b).

    2. Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de él.

    3. Y Jesús dirigiendo su palabra a los doctores de la ley, y a los fariseos, les dijo: "¿Si es lícito curar en sábado(c)?"

    4. Mas ellos callaron. Él entonces le tomó, le sanó, y le despidió.

    5. Y les respondió, y dijo: "¿Quién hay de vosotros, que viendo su asno, o su buey caído en un pozo, no le saque luego en día de sábado?"

    6. Y no le podían replicar a estas cosas(d).

    Los convidados a las bodas

    7. Y observando también, como los convidados escogían los primeros asientos en la mesa, les propuso una parábola, y dijo:

    8. "Cuando fueres convidado a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que haya allí otro convidado más honrado que tú;

    9. Y que venga aquel, que te convidó a ti y a él, y te diga: ‘Da el lugar a éste’; y que entonces tengas que tomar el último lugar con vergüenza.

    10. Mas cuando fueres llamado ve, y siéntate en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces serás honrado delante de los que estuvieren contigo a la mesa.

    11. Porque todo aquel, que se ensalza, humillado será; y el que se humilla, será ensalzado(e)".

    12. Y decía también al que le había convidado: "Cuando das una comida, o una cena, no(f) llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que te vuelvan ellos a convidar, y te lo paguen(g).

    13. Mas cuando haces convite, llama a los pobres, lisiados(h), cojos, y ciegos;

    14. Y serás bienaventurado, porque no tienen con qué corresponderte; mas se te galardonará en la resurrección de los justos(i)".

    Parábola de la gran cena

    15. Cuando uno de los que comían a la mesa oyó esto, le dijo: "Bienaventurado el que comerá pan(j) en el reino de Dios".

    16. Y él le dijo: "Un hombre hizo una grande cena, y convidó a muchos;

    17. Y cuando fue la hora de la cena, envió uno de sus siervos a decir a los convidados que viniesen, porque todo estaba aparejado.

    18. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado una granja, y necesito ir a verla; te ruego que me tengas por excusado’.

    19. Y dijo otro: ‘He comprado cinco yuntas(k) de bueyes, y quiero ir a probarlas; te ruego que me tengas por excusado’.

    20. Y dijo otro: ‘He tomado mujer, y por eso no puedo ir allá’.

    21. Y volviendo el siervo, dio cuenta a su señor de todo esto. Entonces airado el padre de familias, dijo a su siervo: ‘Sal luego(l) a las plazas y a las calles de la ciudad, y tráeme acá cuantos pobres, y lisiados, y ciegos, y cojos hallares’.

    22. Y dijo el siervo: ‘Señor, hecho está como lo mandaste, y aún hay lugar’.

    23. Y dijo el señor al siervo: ‘Sal a los caminos y a los cercados, y fuérzalos(m) a entrar, para que se llene mi casa.

    24. Mas os digo, que ninguno de aquellos hombres, que fueron llamados, gustará mi cena(n)’".

    Lo que cuesta seguir a Cristo

    25. Y muchas gentes iban con él; y volviéndose, les dijo:

    26. "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo(o).

    27. Y el que no lleva su cruz a cuestas, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

    28. Porque ¿quién de vosotros queriendo edificar una torre, no cuenta primero de asiento los gastos(p), que son necesarios, viendo si tiene para acabarla,

    29. No sea que después que hubiere puesto el cimiento, y no la pudiere acabar, todos los que lo vean, comiencen a hacer burla de él,

    30. Diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar(q), y no ha podido acabar’?

    31. O ¿qué rey queriendo salir a pelear contra otro rey, no considera antes de asiento, si podrá salir con diez mil hombres a hacer frente al que viene contra él con veinte mil?

    32. De otra manera, aún cuando el otro está lejos, envía su embajada, pidiéndole tratados de paz.

    33. Pues así cualquiera de vosotros, que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo(r).

    Cuando la sal pierde su sabor

    34. Buena es la sal. Mas si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será sazonada(s)?

    35. No es buena, ni para la tierra, ni para el muladar, mas la echarán fuera(t). Quien tiene orejas de oír, oiga(u)".