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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 7 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Jesús sana al siervo de un centurión

    1. Y cuando acabó de decir todas sus palabras al pueblo, que las oía, se entró en Cafarnaúm.

    2. Y había allí muy enfermo y casi a la muerte un criado de un Centurión, que era muy estimado de él.

    3. Y cuando oyó hablar de Jesús, envió a él unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a sanar a su criado.

    4. Y ellos, luego que llegaron a Jesús, le hacían grandes instancias, diciéndole: "Merece que le otorgues esto.

    5. Porque ama a nuestra nación, y él nos ha hecho una sinagoga".

    6. Y Jesús iba con ellos. Y cuando estaba cerca de la casa, envió a él el Centurión sus amigos, diciéndole: "Señor, no te tomes este trabajo(a); que no soy digno de que entres dentro de mi casa.

    7. Por lo cual ni aun me he creído yo digno de salir a buscarte; pero mándalo con una palabra, y será sano mi criado.

    8. Porque también yo soy un oficial subalterno, que tengo soldados a mis órdenes, y digo a este: ‘Ve’, y va; y al otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace".

    9. Cuando lo oyó Jesús, quedó maravillado, y vuelto hacia el pueblo, que le iba siguiendo, dijo: "En verdad os digo, que ni en Israel he hallado una fe tan grande".

    10. Y cuando volvieron a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al criado, que había estado enfermo.

    Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín

    11. Y aconteció después(b), que iba a una ciudad, llamada Naím(c), y sus discípulos iban con él, y una grande muchedumbre de pueblo.

    12. Y cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera a un difunto(d), hijo único de su madre, la cual era viuda; y venía con ella mucha gente de la ciudad.

    13. Luego que la vio el Señor, movido de misericordia por ella, le dijo: "No llores".

    14. Y se acercó, y tocó el féretro(e). (Y los que lo llevaban, se pararon). Y dijo: "Mancebo, a ti digo, levántate(f)".

    15. Y se sentó el que había estado muerto, y comenzó a hablar. Y le dio a su madre.

    16. Y tuvieron todos grande miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: "Un gran profeta se ha levantado entre nosotros"; y "Dios ha visitado a su pueblo(g)".

    17. Y la fama de este milagro corrió por toda la Judea, y por toda la comarca.

    Los mensajeros de Juan el Bautista

    18. Y contaron a Juan sus discípulos todas estas cosas.

    19. Y Juan llamó dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, diciendo: "¿Eres tú el que ha de venir(h), o esperamos a otro?"

    20. Y como viniesen estos hombres a él, le dijeron: "Juan el Bautista nos ha enviado a ti, y dice: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?"

    21. Y Jesús en aquella misma hora sanó a muchos de enfermedades, y de llagas(i), y de espíritus malignos, y dio vista a muchos ciegos.

    22. Y después les respondió, diciendo: "Id y decid a Juan lo que habéis oído, y visto: Que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres es anunciado el Evangelio;

    23. ¡Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí(j)!".

    24. Y cuando se hubieron ido los mensajeros de Juan, comenzó a decir a las gentes de Juan: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña movida del viento(k)?

    25. Mas ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido de ropas delicadas? Ciertamente los que visten ropas preciosas, y viven en delicias(l), en las casas de los reyes están.

    26. Mas ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? En verdad os digo, y más que profeta.

    27. Éste es, del que está escrito: He aquí envío mi ángel delante de tu faz, que aparejará tu camino delante de ti.

    28. Porque yo os digo, que entre los nacidos de mujeres no hay mayor profeta que Juan el Bautista. Mas el que es menor en el Reino de Dios, es mayor que él(m)".

    29. Y todo el pueblo, y los publicanos, que le oyeron, dieron gloria a Dios(n), los que habían sido bautizados con el bautismo de Juan.

    30. Mas los fariseos y los doctores de la ley despreciaron el consejo de Dios en daño de sí mismos, los que no habían sido bautizados por él.

    31. Y dijo el Señor: "Pues ¿a quién diré que se semejan los hombres de esta generación, y a quién se parecen?

    32. Semejantes son a los muchachos, que están sentados en la plaza hablando entre sí, y diciendo: ‘Os hemos cantado con flautas(o), y no bailásteis; os hemos endechado, y no llorásteis’.

    33. Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan, ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’.

    34. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘He aquí un hombre glotón(p), y bebedor de vino, amigo de publicanos, y de pecadores’.

    35. Mas la sabiduría ha sido justificada por todos sus hijos(q)".

    Jesús en el hogar de Simón el fariseo

    36. Y le rogaba un fariseo que fuese a comer con él. Y habiendo entrado en la casa del fariseo, se sentó a la mesa.

    37. Y una mujer pecadora, que había en la ciudad, cuando supo que estaba a la mesa en casa del fariseo, llevó un vaso de alabastro, lleno de ungüento(r);

    38. Y poniéndose a sus pies en pos de él(s), comenzó a regarle con lágrimas los pies, y los enjugaba(t) con los cabellos de su cabeza, y le besaba los pies, y los ungía con el ungüento(u).

    39. Y cuando esto vio el fariseo, que le había convidado, dijo entre sí mismo: "Si este hombre fuera profeta, bien sabría quién, y cuál es la mujer que le toca, porque pecadora es".

    40. Y Jesús le respondió(v), diciendo: "Simón, te quiero decir una cosa". Y él respondió: "Maestro, di".

    41. "Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta(w).

    42. Mas como no tuviesen con qué pagarle, se los perdonó a entrambos. Pues ¿cuál(x) de los dos le ama más?"

    43. Respondió Simón, y dijo: "Pienso(y) que aquel, a quien más perdonó". Y Jesús le dijo: "Rectamente has juzgado".

    44. Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no me diste agua para los pies; mas esta con sus lágrimas ha regado mis pies, y los ha enjugado con sus cabellos(z).

    45. No me diste beso. Mas ésta, desde que entró, no ha cesado de besarme los pies.

    46. No ungiste mi cabeza con óleo; mas esta con ungüento ha ungido mis pies(a).

    47. Por lo cual te digo: Perdonados le son sus muchos pecados, porque amó mucho(b). Mas al que menos se perdona, menos ama(c)".

    48. Y dijo a ella: "Perdonados te son tus pecados".

    49. Y los que comían allí, comenzaron a decir entre sí: "¿Quién es este, que aun los pecados perdona(d)?"

    50. Y dijo a la mujer: "Tu fe te ha hecho salva: vete en paz(e)".