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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 9 - Scio de San Miguel (Solo los Evangelios)

    Misión de los doce discípulos

    1. Y llamando a los doce Apóstoles, les dio virtud y potestad sobre todos los demonios, y que sanasen enfermedades.

    2. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar los enfermos.

    3. Y les dijo: "No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tengáis dos túnicas.

    4. Y en cualquiera casa en que entráreis, allí permaneced, y no salgáis de allí(a).

    5. Y todos los que no os recibieren, al salir de aquella ciudad, sacudid aun el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos".

    6. Y habiendo salido, iban de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y sanando por todas partes.

    Muerte de Juan el Bautista

    7. Y llegó a noticia de Herodes el tetrarca todo lo que hacía Jesús, y quedó como suspenso, porque decían algunos:

    8. Que Juan ha resucitado de entre los muertos; y otros: Que Elías había aparecido; y otros: Que un profeta de los antiguos había resucitado.

    9. Y dijo Herodes: "Yo degollé a Juan. ¿Quién pues es éste, de quien oigo tales cosas?" Y procuraba verlo.

    Alimentación de los cinco mil

    10. Y vueltos los Apóstoles, le contaron cuanto habían hecho; y tomándolos consigo aparte, se fue a un lugar desierto(b), que es del territorio de Betsaida.

    11. Y cuando las gentes lo supieron, le siguieron; y Jesús los recibió(c), y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que lo habían menester.

    12. Y el día había comenzado ya a declinar; cuando llegándose a él los doce, le dijeron: "Despide a esas gentes, para que vayan a las aldeas y pueblos de la comarca(d), se alberguen, y hallen qué comer; porque aquí estamos en un lugar desierto".

    13. Y les dijo: "Dadles vosotros de comer". Y dijeron ellos: "No tenemos más de cinco panes y dos peces; a no ser que vamos nosotros a comprar viandas para toda esta gente".

    14. Porque eran como unos cinco mil hombres. Y él dijo a sus discípulos: "Hacedlos sentar en ranchos de cincuenta en cincuenta(e)".

    15. Y así lo ejecutaron. Y los hicieron sentar a todos.

    16. Y tomando los cinco panes, y los dos peces, alzó los ojos al cielo, y los bendijo, y partió, y dio a sus discípulos, para que los pusiesen delante de las gentes.

    17. Y comieron todos, y se saciaron. Y alzaron lo que les sobró: doce cestos de pedazos.

    La confesión de Pedro

    18. Y aconteció, que estando solo(f) orando, se hallaban con él sus discípulos; y les preguntó, y dijo: "¿Quién dicen las gentes que soy yo?"

    19. Y ellos respondieron, y dijeron: "Juan el Bautista; y otros Elías; y otros, que resucitó alguno de los antiguos profetas".

    20. Y les dijo: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?" Respondiendo Simón Pedro, dijo: "El Cristo de Dios".

    Jesús anuncia su muerte

    21. Él entonces les amenazó, y mandó que no lo dijesen a nadie(g),

    22. Diciéndoles: "Es necesario que el Hijo del hombre padezca muchas cosas, y que sea desechado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y que sea entregado a la muerte, y que resucite al tercero día".

    23. Y decía a todos: "Quien en pos de mí quiere venir, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.

    24. Porque el que quisiere salvar su alma(h), la perderá; y quien perdiere su alma por amor de mí, la salvará.

    25. Porque ¿qué aprovecha un hombre(i), si granjeare todo el mundo, y se pierde él a sí mismo, y se daña a sí mismo?

    26. Porque el que se afrentare de mí, y de mis palabras, se afrentará de él el Hijo del hombre, cuando viniere con su majestad, y con la del Padre, y de los santos ángeles.

    27. Mas dígoos en verdad: Que algunos hay aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el reino de Dios(j)".

    La transfiguración

    28. Y aconteció como ocho días(k) después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, y a Santiago y a Juan, y subió a un monte a orar.

    29. Y entre tanto que hacía oración, la figura de su rostro se hizo otra, y sus vestidos se tornaron blancos y resplandecientes.

    30. Y he aquí que hablaban con él dos varones. Y estos eran Moisés y Elías;

    31. Que aparecieron en majestad; y hablaban de su salida(l), que había de cumplir en Jerusalén.

    32. Mas Pedro, y los que con él estaban, se hallaban cargados de sueño(m). Y despertando vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que con él estaban.

    33. Y cuando se apartaron de él, dijo Pedro a Jesús: "Maestro, bueno es que nos estemos aquí; y hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías", no sabiendo lo que se decía.

    34. Y cuando él estaba diciendo esto, vino una nube, y los cubrió(n); y tuvieron miedo, entrando ellos en la nube.

    35. Y vino una voz de la nube, diciendo: "Éste es mi Hijo el amado; a él oíd".

    36. Y al salir esta voz, hallaron sólo a Jesús(o). Y ellos callaron, y a nadie dijeron en aquellos días(p) cosa alguna, de las que habían visto.

    Jesús sana a un muchacho endemoniado

    37. Y otro día bajando ellos del monte, les vino al encuentro una grande tropa de gente.

    38. Y he aquí un hombre de la turba clamó, diciendo: "Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, porque yo no tengo otro;

    39. Y he aquí que un espíritu le toma, y súbitamente da voces; y le tira por tierra, y le quebranta(q) haciéndole echar espuma, y apenas se aparta de él, despedazándole.

    40. Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron".

    41. Y respondiendo Jesús, dijo: "¡Oh generación infiel y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, y os sufriré? ¡Trae acá tu hijo(r)!".

    42. Y cuando se acercaba, le tiró el demonio en tierra, y le maltrató.

    43. Mas Jesús increpó al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se le volvió a su padre.

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    44. Y se pasmaban todos del gran poder de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: "Poned en vuestros corazones(s) estas palabras: El Hijo del hombre ha de ser entregado en manos de hombres(t)".

    45. Mas ellos no entendían esta palabra, y les era tan oscura, que no la comprendían(u); y temían de preguntarle acerca de ella.

    ¿Quién es el mayor?

    46. Y les vino también el pensamiento, quién de ellos sería el mayor.

    47. Mas Jesús, viendo lo que pensaban en su corazón(v), tomó un niño, y lo puso junto a sí(w).

    48. Y les dijo: "El que recibiere a este niño en mi nombre, a mí recibe; y cualquiera que a mí recibiere, recibe a aquel que me envió; porque el que es menor entre todos vosotros, éste es el mayor(x)".

    El que no es contra nosotros, por nosotros es

    49. Entonces Juan, tomando la palabra, dijo: "Maestro, hemos visto a uno, que lanzaba los demonios en tu nombre, y se lo vedamos, porque no te sigue con nosotros".

    50. Y Jesús le dijo: "No se lo vedéis; porque el que no es contra vosotros(y), por vosotros es".

    Jesús reprende a Jacobo y a Juan

    51. Y como se acercase el tiempo de su Asunción(z), hizo firme semblante(a) de ir a Jerusalén.

    52. Y envió delante de sí mensajeros; y ellos fueron, y entraron en una ciudad(b) de los Samaritanos, para prevenirle posada;

    53. Y no le recibieron, por cuanto hacía semblante de ir a Jerusalén(c).

    54. Y cuando lo vieron Santiago y Juan, sus discípulos, dijeron: "Señor, ¿quieres que digamos que descienda fuego del cielo, y los acabe(d)?"

    55. Mas él, volviéndose hacia ellos, los riñó, diciendo: "No sabéis de qué espíritu sois.

    56. El Hijo del hombre no ha venido a perder las almas, sino a salvarlas". Y se fueron a otra aldea.

    Los que querían seguir a Jesús

    57. Y aconteció, que yendo ellos por el camino, dijo uno a Jesús: "Yo te seguiré(e) a donde quiera que fueres".

    58. Jesús le dijo: "Las raposas tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre(f) no tiene donde recline la cabeza".

    59. Y a otro dijo: "Sígueme". Y él respondió: "Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre(g)".

    60. Y Jesús le dijo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos(h); mas tú ve, y anuncia el reino de Dios".

    61. Y otro le dijo: "Te seguiré, Señor; mas primeramente déjame ir a dar disposición de lo que tengo en mi casa(i)".

    62. Jesús le dijo: "Ninguno, que pone su mano en el arado, y mira atrás, es apto para el reino de Dios(j)".