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jueves, julio 18, 2024
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    Deuteronomio 28 - Jünemann Septuaginta en español

    Bendiciones de la obediencia

    1. Bendiciones. Maldiciones. Y será: si con oído oyeres la voz del Señor, tu Dios, para guardar y hacer todos estos mandamientos que yo te mando hoy; te pondrá el Señor, tu Dios, por cima de todas las gentes de la tierra;

    2. y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán; si con oído oyeres la voz del Señor, tu Dios,

    3. bendito tú en la ciudad y bendito tú en el campo.

    4. Bendito lo nacido de tu vientre, y los frutos de tu tierra, y lo nacido de tu ganado, y las vacadas de tus vacas y las greyes de tus ovejas.

    5. Benditos tus graneros y tus sobras.

    6. Bendito tú en tu entrar, y bendito tú en tu salir.

    7. Entregará el Señor, tu Dios, tus enemigos, los que se hubieren levantado contra ti, destrozados ante tu faz; por vía una vendrán contra ti, y en siete vías huirán ante tu faz.

    8. Enviará el Señor sobre ti la bendición en tus arcas y sobre todas las cosas en que pusieres tu mano; y te bendecirá sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

    9. Te levantará el Señor para sí pueblo santo; del modo que juró a tus padres, si oyeres la voz del Señor, tu Dios, y anduvieres en todos sus caminos;

    10. y te verán los pueblos de la tierra que el nombre del Señor ha sido invocado sobre ti y temeránte.

    11. Y te multiplicará el Señor, tu Dios, en bienes, en lo nacido de tu vientre y con lo nacido de tu ganado, y con los gérmenes de tu tierra, sobre la tierra que juró el Señor a tus padres darte.

    12. Te abrirá el Señor su tesoro el bueno: el cielo, dando la lluvia a tu tierra, a tiempo: bendecirás todas las obras de sus manos; y prestarás a gentes muchas; tú empero no pedirás prestado; y dominarás tú a gentes muchas; a ti, empero, no dominarán.

    13. Te pondrá el Señor, tu Dios, por cabeza y no por cola; y estarás entonces arriba y no estarás debajo, si oyeres la voz del Señor, tu Dios, cuanto yo te mando hoy guardar y hacer;

    14. no te apartarás de todos los mandamientos que te mando hoy, a derecha ni a izquierda, para ir tras otros dioses a servirles.

    Consecuencias de la desobediencia

    15. Y será: si no oyeres la voz del Señor, tu Dios, para guardar y hacer todos sus mandamientos y ceremonias cuantos yo te mando hoy; pondrán sobre ti todas estas maldiciones y te cogerán.

    16. Maldito tú en ciudad, y maldito tú en campo.

    17. Malditos tus graneros y tus sobras.

    18. Maldito lo nacido de tu vientre, y los gérmenes de tu tierra, las vacadas de tus vacas y las greyes de tus ovejas.

    19. Maldito tú en tu entrar, y maldito tú en tu salir.

    20. Enviará el Señor sobre ti la indigencia y el hambre rabiosa, y la consunción sobre todas las cosas en que pusieres tu mano, cuanto hicieres, hasta destruirte y hasta perderte en breve, por tus malas obras, por esto: por haberme abandonado.

    21. Adhiérate el Señor la muerte, hasta borrarte de la tierra a que irás a poseerla.

    22. Percútate el Señor en miseria, y fiebre, y frío, e inflamación, y matanza, y tormenta y en la palidez; y te perseguirán hasta exterminarte.

    23. Y será para ti el cielo el sobre tu cabeza broncíneo, y la tierra debajo de ti, férrea.

    24. Dé el Señor, tu Dios, la lluvia de tu tierra, polvo; y ceniza desde el cielo descenderá sobre ti, hasta consumirte y hasta perderte en breve.

    25. Déte el Señor, tu Dios, en matanza delante de tus enemigos: en un camino vendrás a ellos y en siete caminos huirás a faz de ellos y serás dispersión en todos los reinos de la tierra;

    26. y serán vuestros muertos pasto a todos los volátiles del cielo y a las fieras de la tierra; y no habrá quien espante.

    27. Percútate el Señor con llaga de Egipto en las asentaderas, con sarna furiosa y picazón, a punto de no podérsete sanar.

    28. Percútate el Señor con frenesí y ceguera y trastorno de espíritu.

    29. Y andarás palpando al mediodía como cuando palpa un ciego en las tinieblas; y no encaminará(a) bien tus caminos; y serás agraviado y despojado todos los días, y no habrá quien te ampare.

    30. Mujer tomarás y otro varón la tendrá; casa edificarás, y no habitarás en ella; viña plantarás, y no la vendimiarás.

    31. Tu becerro degollado a tus ojos, y no comerás de él; tu asno, arrebatado de ti, y no se te devolverá; tus ovejas, dadas a tus enemigos; y no habrá quien ampare.

    32. Tus hijos y tus hijas entregados a otra gente, y tus ojos mirarán, inflamándose, hacia ellos todo el día; no valdrá tu mano(b).

    33. Los frutos de tu tierra y todas tus labores comerá gente que no conoces y serás vejado y herido todos los días;

    34. y te pondrás frenético por las vistas de tus ojos que verás.

    35. Percútate el Señor en llaga mala sobre las rodillas y sobre las piernas, sin que puedas sanar; de las plantas de tus pies hasta tu vértice.

    36. Lleve el Señor a ti y tus príncipes los que hubiere puesto sobre ti, a gente que no conoces tú y tus padres; y servirás allí a otros dioses: palos y piedras.

    37. Y estarás allí en proverbio y parábola y fábula en todas las gentes, a las que te hubiere llevado el Señor allí.

    38. Simiente, mucha sacarás al campo, y poca recogerás, que la devorará la langosta.

    39. Viña plantarás y labrarás, y vino no beberás ni te regocijarás con él; que lo devorará el gusano.

    40. Olivos tendrás en todos tus términos, y con óleo no te ungirás; que se caerá tu oliva.

    41. Hijos e hijas engendrarás, y no serán; que partirán en cautiverio.

    42. Todos tus árboles y los frutos de tu tierra consumirá el grillo.

    43. El advenedizo que hay en ti ascenderá sobre ti arriba, arriba, y tu descenderás abajo, abajo.

    44. Este te prestará, y tú a éste no prestarás; éste será cabeza, y tú serás cola.

    45. Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán y te cogerán hasta exterminarte y hasta perderte, por no haber escuchado tú la voz del Señor, tu Dios, guardando sus mandamientos y los preceptos cuantos te mandó.

    46. Y habrá en ti señales y prodigios y en la simiente tuya hasta el siglo;

    47. por cuanto no has servido al Señor, tu Dios, en alegría y buenamente por la abundancia de todo.

    48. Y servirás a tus enemigos que enviará el Señor contra ti en hambre y en sed, y en desnudez y falta de todo; y pondrá yugo férreo sobre tu cerviz hasta exterminarte.

    49. Traerá sobre ti el Señor una gente, de lejos, del confín de la tierra, cual dispararse de águila; gente que no habrá oído la voz de ella;

    50. gente descarada; el que no respetará rostro de anciano, y de niño no se apiadará;

    51. y devorará la cría de tu ganado, y los frutos de tu tierra, hasta borrarte, hasta no dejarte trigo, vino, aceite, las vacadas de tus vacas y las greyes de tus ovejas, hasta perderte,

    52. y borrarte en todas tus ciudades, hasta destruirte los muros, los encumbrados y los fuertes, en que confiabas, en toda tu tierra; y te atribulará en toda tu tierra, en tus ciudades que te dio el Señor, tu Dios;

    53. y comerás lo nacido de tu vientre: carne de tus hijos y tus hijas, cuanto te ha dado el Señor, tu Dios, en tu angustia y en tu aflicción conque te afligirá tu enemigo.

    54. El varón, el delicado que hay en ti y el regalado sobremanera envidiará con su ojo a su hermano y a su mujer en su regazo y a los restantes hijos que le restaren,

    55. para dar a uno de ellos, de la carne de sus hijos que hubiere devorado por no quedarle nada, en su angustia y en su aflicción con que te afligirán tus enemigos en todas tus ciudades.

    56. Y la delicada en ti y la regalada cuyo pie no ha hecho la prueba de andar sobre la tierra por el regalo y por la delicadeza, envidiará con su ojo a su marido, al en su regazo, y a su hijo y a su hija;

    57. aun sus secundinas, las salidas de entre sus muslos y el hijo de ella que pariere; pues los devorará por la carencia de todo, silenciosa, en tu angustia y en la tribulación con que atribulará tu enemigo, en tus ciudades;

    58. si no escuchares haciendo todas las palabras de esta ley, las escritas en este libro, temiendo este nombre, el glorioso y el admirable: al Señor, tu Dios.

    59. Y glorificará el Señor tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y admirables, y enfermedades malas y persistentes;

    60. y volverá sobre ti toda la aflicción de Egipto, la mala, de la cual te amedrentaba a faz de ellas, y se adherirán a ti;

    61. y toda flaqueza y toda plaga la no escrita y toda la escrita en el libro de esta ley, traerá el Señor sobre ti hasta exterminarte.

    62. Y quedaréis, en número breve, en lugar de haber sido como los astros del cielo en muchedumbre; porque no escuchaste la voz del Señor, tu Dios.

    63. Y será: así como se gozó el Señor en vosotros, bien haciéndoos y multiplicándoos, así se gozará el Señor en vosotros exterminándoos y borrándoos; y arrebatados seréis en breve de la tierra, a que vas para poseerla.

    64. Y te dispersará el Señor, tu Dios, por todas las gentes, de confín de la tierra a confín de la tierra; y servirás allí a otros dioses, palos y piedras, que no conocías tú y tus padres.

    65. Empero tampoco en aquellas gentes te reposará; y no hay firmeza para la planta de tu pie; y te dará el Señor allí otro corazón desconfiado y desfallecientes ojos y deshecha alma;

    66. y estará tu vida suspensa delante de tus ojos: te amedrentarás día y noche, y no confiarás en tu vida.

    67. Por la mañana dirás: «Ojalá fuera tarde»; y por la tarde, dirás: «Ojalá fuera mañana», del temor de tu corazón con que temerás y de las visiones de tus ojos que verás.

    68. Y te volverá el Señor a Egipto en naves; en el camino que te dije: «No le volverás a ver»; y seréis vendidos allí a vuestros enemigos por siervos y siervas y no habrá quien compre.»